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Metrópolis

Taganga: Desde los ojos de la comunidad

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Aunque sin agua ni alcantarillado, vivimos de la pesca y el turismo”

Taganga o “Serranía de las serpientes” (vocablos indígenas alzaría Ta-gunmy donde “Ta” significa cerro y “Gunmy” culebra o serpiente) también llamado Lugar donde se adentra el mar (etimología de la palabra indígena donde “Ta” es un entrante y “Ganga” es el mar) es uno de los sectores turísticos más atractivos para el mundo entero, OPINIÓN CARIBE visitó sus calles y revela la percepción de algunos de sus pobladores nativos.

Al caminar por las calles del corregimiento de Taganga se escucha una solo voz unida de la comunidad que demanda el servicio de agua, situación que se hace evidente, con el permanente transitar en las calles no pavimentadas de quienes se rebuscan llevando hasta las puertas de las casas el preciado líquido.

“Desde marzo vendo agua, pero a Taganga tiene rato que no llega agua, para las casas nos toca arriarla desde donde los carro-tanques que manda la alcaldía lo dejan, en unas albercas ubicadas en varios puntos cercanos al cerro. Los hoteles les compran el agua directamente a los carro-tanque, pero a mí me compran las casas, vendo un tanque en mil pesos pero vendo más el viaje completo” asegura un joven taganguero.

Situación que fue ratificada por Román Mattos Martínez, Coordinador del centro cultural, que asegura que la principal necesidad es “el agua, ninguna administración le ha metido un compromiso real, contundente, planificado coherente y comprometido con la comunidad de Taganga, se han adelantado pañitos de agua tibia, medianos proyectos con medianas soluciones que han llevado agua a ciertos sectores pero otros no”.

Pese a la carencia de agua y las dificultades para abastecerse, Taganga sigue siendo uno de los principales destinos de los turistas en todo el mundo, y aunque para algunos sigue siendo una población tranquila, para una nativa de la zona, que prefirió reservar su nombre, quien vive en el lugar hace 60 años y cuyos hijos son instructores de buceo “se extraña la tranquilidad del pueblo, no había tanta delincuencia y bandalaje en la zona de la playa y la zona que llama Hollywood donde la policía pide refuerzos para entrar, gracias al turismo podemos trabajar, yo trabajo en un kiosko y hay mucha gente que vive de la artesanía ellos (los extranjeros) vienen diciendo que hay tantas cosas buenas que este es un paraíso pero a qué vienen no se” expresa con cierta inocencia, agregando que la comunidad cuenta con gas, luz, teléfono, internet pero que no llega agua y el alcantarillado no funciona.

Los diferentes atractivos de Taganga, principalmente naturales, le han convertido en un lugar de interés para adquisición y construcción arquitectónica, pero, tal y como lo expresó Diana Sierra, Secretaria de Planeación Distrital, “todo tipo de construcción está prohibida en el corregimiento de Taganga teniendo en cuenta los presupuestos del nuevo Plan de Ordenamiento Territorial, acciones con el objetivo de evitar el desmedido crecimiento urbanístico en la zona”, sin embargo, al caminar por las calles de corregimiento es normal observar el inicio de obras, y obras casi totalmente terminadas, que carecen de la obligatoria licencia de construcción.

SIN ZONA DE PARQUEO

Rodrigo Cantillo, quien por 35 años administraba el campo de futbol de Taganga, asegura que luego de estar en el cementerio, la cancha fue ubicada próxima al colegio, habilitada por la comunidad cuyas gradas y cercas fueron dadas por los políticos quienes le metieron el relleno, aplanaron y cercaron y que en el lugar en horas de la noche practican los jóvenes que hacen parte de las tres escuelas de la zona Adolfo Mario, Ramón Zúñiga y Rodrigo Cantillo.

Para Rodrigo, antes de que avecinen la temporada turística ya existe una preocupación, porque la cancha durante la temporada de vacaciones, por años se había constituido en una zona que permitía el parqueo de más de 300 vehículos pero, con la construcción del parque, el comité se está preguntando en dónde podrán acomodarse la comunidad visitante.

“Las luces están dañadas y aunque las mantiene alumbrado público, el carro no ha podido entrar a la cancha y dentro de poco se va a quedar oscura, además eso va a ser un problema porque la gente de Playa Grande va a quedar en nada durante en la temporada porque ahí entran 300 carros que si no caben en Taganga tienen que irse, entonces los lancheros, los restaurantes y las mismas tiendas pierden, se había pensado en parquear en el colegio pero creemos que es muy lejos y las calles no dan para tantos carros que esperamos que vengan, seguimos buscando la solución”.