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Invadiendo sin control: En el Magdalena falta autoridad y planificación

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Las afectaciones de fenómenos naturales como el coletazo del Huracán Matthew y el pasado Fenómeno de la Niña en 2010 desnudan que el territorio no está planificado. La comunidad no respeta las zonas de riesgos al invadir espacios que por ley no deben ocuparse. La falta de autoridad contribuye para que hoy los invasores de estos espacios se vean afectados por la naturaleza. El departamento ya inició el Plan de Ordenamiento Departamental, el cual brindará asistencia técnica a los municipios para la actualización de sus POT, teniendo en cuenta las zonas de alto riesgo. El Distrito, próximo a implementar el nuevo Plan de Ordenamiento, trabaja en la recuperación de estas áreas a través de proyectos de vivienda.

El Magdalena por naturaleza es una zona propensa a las inundaciones, ya sea porque haya desbordamiento del río Magdalena o por crecidas de los ríos de las vertientes de la zona norte en la parte occidental de la Sierra Nevada de Santa Marta, como Córdoba, Río Frío, Sevilla, Tucurinca, Aracataca, Fundación y Ariguaní.

También por el incremento de los cuerpos de agua en los lagunares de Zapatosa, Pijiño del Carmen, la Ciénaga de Zárate, la Ciénaga Grande de Santa Marta, Malibú, Cerro de San Antonio y la de Zapayán. El departamento por esta característica lagunar se ve afectado cuando suben los niveles de los ríos y busca los espacios que han sido invadidos por viviendas e infraestructura.

Una experta en zonas de riesgo en el Magdalena consultada por OPINIÓN CARIBE manifiesta, que la invasión de los espacios de reserva es la principal problemática, “por naturaleza el departamento es vulnerable, estamos en zona de inundación del río y ahí viviendas sin infraestructura. Esta problemática se puede abordar desde distintas perspectivas, con soluciones técnicas como hacer obras de protección, desarrollar procesos de reducción de asentamiento y generar información de los riesgos”.

Desde su conocimiento plantea que las soluciones deben ser integrales, explicarle a la comunidad cuáles son los riesgos, qué vulnerabilidad tiene la población y cuáles son los orígenes de esos riesgos. La población del departamento es propensa a exponerse en zonas de riesgo porque hay un porcentaje a la que sus ingresos no les permite tener recursos suficientes para ubicarse en un sector seguro, por esta razón se da un crecimiento espontáneo, lo que trae como consecuencia, zonas marginales en áreas de riesgo. Se podría decir que la vulnerabilidad se debe a las condiciones geográficas y socioeconómica de los magdalenenses.

Los procesos de ocupación indebida en los suelos donde se desarrollan actividades productivas son contraproducentes para la vocación natural del territorio. Ese crecimiento espontáneo sucede por la falta de autoridad municipal que durante años permitió que algunos ciudadanos se fueran asentando en zonas de protección, construyendo barrios sin servicios públicos.

Los sectores más ocupados son las laderas de los ríos, que son propensas a inundaciones, además de los cerros en donde podría haber deslizamientos. “Se dan estas problemáticas por la falta de comunicación, trabajo conjunto entre las administraciones y la autoridad ambiental regional en relación con la ocupación del suelo y el aprovechamiento de los recursos. Los Planes de Ordenamiento Territorial se han convertido en un instrumento de gabinete, es decir, no son prácticos, porque en ocasiones se alejan de la realidad territorial y los municipios no los aplican”.

Las Secretarías de Planeación Municipal no cuentan con oficinas de control urbano que hagan revisión de la ocupación e invasión del territorio. Estas circunstancias institucionales permiten que se agudice el problema de uso inapropiado del suelo.

La responsabilidad no solo recae en el Estado por ser permisivo, es el ciudadano el mayor responsable que detrás de la excusa de que no tiene donde vivir se ubica en las áreas protegidas.

La gestión del riesgo es una responsabilidad de todos los habitantes del territorio, aunque no se debe esperar a que, por autonomía, el ciudadano lo asuma; es ahí donde las administraciones tienen la obligación de generar las condiciones para que ello ocurra.

La poca intervención de los recursos naturales contribuye a que aumente la exposición al riesgo cuando se presentan fenómenos naturales o antrópicos accidentales.

Con el coletazo del Huracán Matthew se evidenció que los municipios como Ciénaga, Zona Bananera, Aracataca, Fundación, El Retén y Algarrobo son propensos a inundaciones por desbordamiento del río Magdalena.

El mayor Eduardo Vélez, director regional de la Defensa Civil, asegura, que es importante el conocimiento del riesgo para afrontar las situaciones que se presenten. Desde su perspectiva, la mayor amenaza que tiene la ciudad es la de los movimientos telúricos porque está ubicada frente a la intersección entre la falla Bucaramanga – Santa Marta y la falla de Oca.

Por otra parte, no hay un plan para afrontar huracanes aun cuando en 1974 Zona Bananera se vio afectada por el paso de este tipo de fenómeno meteorológico.

Puntualiza, que para prevenir los riesgos debe haber una gestión correctiva e informar a la comunidad sobre cómo actuar cuando haya una creciente del río que afecte los asentamientos urbanos. “La ciudadanía brilla por su ausencia, porque cuando ocurre el hecho adverso culpan al Estado, pero no ven el otro lado, qué es lo que ellos deben hacer”.

Critica que el Plan de Ordenamiento Territorial de Santa Marta no esté actualizado y el de los municipios no sean rigurosos y aplicables. “La gestión política empieza por organizar los POT, que se estipulen las zonas de riesgo y no permitir los asentamientos y por falta de autoridad”.

En la ciudad hay más de 40 barrios construidos en zonas de alto riesgo cercanos a las rondas del río. Es vital recalcar que según la Ley 1523 de Gestión del Riesgo, el artículo 8 establece que los responsables son las entidades públicas, privadas y la comunidad. No es una responsabilidad exclusiva del Estado, a los ciudadanos se les debe educar para cumplir la ley y no exponerse al riesgo.

EL MAGDALENA SE PREPARA

El departamento en suplan de acción conjunto con Corpamag ha definido como acción prioritaria brindarles asistencia técnica y capacitación a los municipios para la inclusión del componente de gestión del riesgo dentro del Plan de Ordenamiento Territorial.

La oficina de Planeación informó, que en el Plan de Desarrollo Departamental el primer capítulo concierne a la gestión ambiental, en lo que ha llamado el fortalecimiento de la gobernanza que consiste en que los actores locales tengan mejores herramientas técnicas para poder abordar sus competencias y responsabilidades en la gestión ambiental y ordenamiento del territorio.

Una de las obligaciones que tiene cada municipio es desarrollar el POT, incluyendo los elementos técnicos que por directriz nacional y departamental se han incluido en el componente de gestión del riesgo.

Cada municipio del Magdalena debe definir el suelo de su territorio, los usos y la clasificación del tratamiento, de acuerdo con el tipo de actividad que se pueda desarrollar dentro de cada clase de suelo, incorporando las zonas de alto riesgo, que deben ser delimitadas y sustentadas desde el punto de vista geológico, geomorfológico, climatológico e hidrológico para establecer a qué amenazas están expuestos, las zonas susceptibles de riesgos, por qué y cuál es el tratamiento que se le debe hacer.

Esta planificación permite conocer en qué espacios puede haber ocupación del suelo, “habrá zonas en donde la ocupación será restringida y delimitada; otras, en donde se pueda realizar construcción de viviendas de un piso a determinadas distancias, en pendientes o construcción de barreras de contención o canalización, todo lo que permite reducir el riesgo siempre que los estudios lo permitan; habrá otras áreas en que no se puede promover ningún uso urbanizable”.

Sumado a la obligación que tiene cada administración municipal, el departamento debe brindar el apoyo técnico en lo que les compete, haciendo un trabajo único con la oficina de Gestión del Riesgo para tratar las zonas donde haya parques, reservas naturales y concretar las restricciones, de tal manera que haya Planes de Ordenamiento Territorial estrictos en el cumplimiento de las normas urbanísticas.

El Magdalena como departamento tiene la responsabilidad de crear el Plan de Ordenamiento Territorial, es toda una novedad que ha establecido el Gobierno Nacional a partir de este periodo de administración. “Estamos gestionando el apoyo del Departamento de Planeación Nacional y de Findeter para efectos de apalancar con ellos, desde el punto de vista técnico y financiero, la elaboración del Plan de Ordenamiento Departamental, porque se hará con una visión regional de la problemática ambiental y de uso del suelo, lo que le dará insumos a los municipios sobre cómo alinear su ordenamiento territorial con la visión estratégica que tiene el departamento”, explicó Claudio Devani, asesor de la Secretaría de Planeación departamental.

En estos momentos, la Gobernación trabaja en el manejo de la Eco Región Ciénaga Grande de Santa Marta, que es una zona que abarca alrededor de 14 municipios del departamento, que tiene parte plana hacia el oriente colindando con la Sierra Nevada de Santa Marta donde hay humedales, zona costera, fluvial en el río, colinas, parques naturales, es zona Ramsar, y reserva de biosfera, además de unas connotaciones especiales para su manejo como ordenamiento territorial.

La labor del departamento como administración es dar la visión de cómo se debe orientar la organización del territorio en esos municipios que tienen dichas características geográficas, para que no haya un retazo de propuestas desligado el uno del otro, sino que el tratamiento que se le dé en los POT sea integral y de acuerdo con lo que el Magdalena necesita que se realice.

El Asesor de planeación destaca el desarrollo económico y de conectividad que producen la transversal del Caribe Ciénaga- Barranquilla, la Vía de la Prosperidad, la Vía entre Salamina, Pivijay y Fundación y la Ruta del Sol entre la ‘Y’ de Ciénaga y Bosconia, el cual propone el reto de cómo se van a instituir estos municipios de intersección de obras.

En estos casos se deben tener en cuenta algunos factores para que los nuevos POT contemplen las medidas para todas las variables que influyen en el territorio, que las actividades que se realicen en ellos sean compatibles con lo que permite el suelo, teniendo en cuenta las restricciones ambientales y las necesidades de la población, hacia dónde se debe concentrar la infraestructura.

Hay aspectos en los que se han adelantado trabajos como el tratamiento de las áreas afectadas por la erosión costera, pero también es imprescindible el trato a la Sierra Nevada de Santa Marta.

La caracterización del territorio del Magdalena requiere experticia técnica para plasmarlo en una cartografía que analice la manera de plantear estrategias para afrontar todas las situaciones ambientales y de fenómenos naturales a las que está propenso el territorio.

De acuerdo con las directrices del Gobierno Nacional algunos municipios ya han adelantado sus procesos de actualización del POT, con el cambio de administración varios procesos se han paralizado; sin embargo, no todos hoy han acudido al llamado que les han hecho de orden Nacional y de la Gobernación para que inicien los procesos de renovación, incluso había desconocimiento de la puesta en vigencia del tiempo para cumplir con esta obligación.

La mayoría de los POT de los municipios del departamento están desactualizados, en uno que otro caso hicieron modificaciones hasta el periodo pasado, pero la mayoría data de 2001 o 2002 donde hasta la fecha han pasado tres administraciones, por tanto, estos documentos están desactualizados.

El Departamento de Planeación Nacional pretende apoyar dos proyectos dentro del programa POT modernos: Santa Marta y Ariguaní. El Ministerio de Ambiente viene acompañando el proceso en la Eco Región Ciénaga Grande de Santa Marta para dar asistencia en los esquemas de atención.

Las inundaciones que se puedan presentar en el departamento y para las cuales debe estar preparado con un plan de gestión del riesgo y los municipios bien organizados en su composición territorial, podrían ser rápidas o lentas, sobre todo, las provenientes del río Magdalena, o más torrenciales si proceden de las cuencas de los ríos de la Sierra Nevada, porque vienen de pendientes, tramos más cortos y estrechos.

No solo por las inundaciones debe haber planificación en el territorio, los vientos son otra amenaza a los que se enfrenta el departamento. Para afrontar estas situaciones, la Gobernación trabaja en pro del Plan Departamental de Cambio Climático que debe dar cuenta de todos los cambios extremos en la climatología que puedan afectar al territorio.

Los cambios de un fenómeno de La Niña a uno de El Niño, acusan procesos de desertización, los suelos van perdiendo su capa vegetal orgánica y no podrán ser recuperados.

Ciénaga fue uno de los municipios más azotado por el coletazo del Huracán Matthew, por lo cual, el secretario de Gobierno, Julio David Alzamora, mencionó, que el municipio al estar rodeado por el mar y la Ciénaga, pone en riesgo a los barrios están asentados en línea de costa como son Miramar, Costa Verde, ‘Nancy Polo’, París, Mar de Plata, Barrio Abajo, y parte del barrio Kennedy. “Esos barrios cuando se presentan fenómenos como el Huracán, tienen problemas por el fuerte oleaje; el coletazo ocasionó múltiples daños y dejó a muchas familias damnificadas.

Por el lado de la Ciénaga Grande se producen inundaciones debido a los aguaceros que están cayendo, no solo en la parte baja sino en la parte alta de la Sierra Nevada y los ríos que desembocan en la Ciénaga como Río Frío y Sevilla”.

La Ciénaga se ha desbordado, la administración municipal ha tenido que evacuar a habitantes de los barrios San Juan, Santa Inés, Carreño, entre otros, y el agua les ha llegado casi a la altura de los techos. Estos afectados fueron llevados a un albergue, ubicado en el mercado público. A través de la Unidad de Gestión del Riesgo junto con los organismos de socorro se ha censado a la comunidad para determinar las afectaciones.

“La administración pasada dejó adjudicado el contrato de actualización del POT, a la fecha, los contratistas no han entregado un informe final de los avances de ese proceso, esperemos que lo presenten para llevarlo al Concejo Municipal en las sesiones ordinarias que empiezan el primero de noviembre”, expresó Julio Alzamora.

La secretaria de Planeación de Ariguaní, Jesenia Arrieta puntualizó, que están a la espera de la información de cuándo el Departamento de Planeación Nacional realizará las visitas al municipio para iniciar el proceso de acompañamiento de la actualización del Plan de Ordenamiento Territorial.

Con respecto a las medidas de protección de las zonas de alto riesgo que se deben tener en cuenta, la funcionaria respondió, que eso lo determinarán cuando esté el contratista que se encargará del proceso.

Por su parte, la alcaldesa de Fundación, Mallat Martínez, anunció, que intentaron participar nuevamente en la convocatoria del Ministerio de Vivienda para acceder a las viviendas gratis y reubicar a las familias que están en zonas de alto riesgo en el municipio, pero por haber sido favorecidos el año anterior con alrededor de mil casas, este año no fueron beneficiados.

También han solicitado participar en la selección que realiza el DNP de las familias que serán favorecidas para priorizar a los que están en zonas propensas a una afectación por un fenómeno natural.

El diputado Luís Vives expresa, que hay Planes de Ordenamiento Territorial municipales que mencionan las zonas de alto riesgo, como el caso de Zona Bananera que establece que las áreas aledañas al río Sevilla y a Guacamayal son zonas de alto riesgo, expuestas a inundaciones por el paso de las olas invernales. También referencia las zonas susceptibles a inestabilidad y actividad eólica; a pesar de esas advertencias, las familias siguen construyendo bajo el argumento que no tienen donde más hacerlo.

“Ante este tipo de situaciones mi pronunciamiento ha sido que las casas que se están consiguiendo con programas de vivienda del Gobierno Nacional sean para beneficiar a las personas que tienen sus viviendas en zonas de alto riesgo, y como medida preventiva los gobernantes municipales se deben asegurar que las personas no construyan a orillas de los ríos”, puntualizó Vives González.

El Diputado asegura, que, en conversaciones con el actual mandatario de la Zona Bananera, Holmes Echeverría, le mencionó un proyecto de vivienda de más de 200 casas, y en la zona aledaña al río Sevilla hay aproximadamente 291, por tanto, el gobierno municipal pretende que el Ministerio beneficie a estas familias para que cada vez que ocurra un fenómeno natural no haya pérdidas materiales ni humanas.

Sostiene, que no se debe permitir el asentamiento en estas áreas, porque al producirse una inundación, es más complejo el problema.

El ministro de Ambiente, Luís Gilberto Murillo, en entrevista con OPINIÓN CARIBE referente a la planificación de las zonas que comprende la Ciénaga Grande, en las que hay población asentada y el complejo lagunar está recuperando su espacio, manifestó, que se debe pensar en soluciones para esa población que tiene una cultura más de agua que de territorio firme para que puedan vivir en condiciones dignas y sanas en medio de esta reserva tal como se ha hecho en otras ciudades del mundo.

“Se deben buscar desarrollos normativos que permitan que estas poblaciones puedan adaptarse a esa nueva condición conforme al cuidado de la condición de humedales, eso se puede logar, no vamos a llegar al punto de que generemos más desplazamiento por darle uso a los humedales sin la población, es un tema de fondo del cambio de conservación ambiental del país”, afirmó el ministro Luís Murillo.

La Corporación Autónoma Regional del Magdalena está a la espera del Plan de Manejo Ambiental que debe entregar el Ministerio de Ambiente para determinar cómo será el uso del suelo, la zonificación y los usos permitidos en la Ciénaga Grande de Santa Marta, para así acompañar el trabajo de planificación que deben realizar los municipios. El director Carlos Francisco Diazgranados aseguró, que el próximo mes deben recibir el documento que les dará los lineamientos para actuar en el complejo lagunar y los municipios que la conforman.

MEDIDAS DEL DISTRITO

La administración Distrital ha iniciado procesos de liberación de los espacios cercanos al río que han sido invadidos por la ciudadanía, con la recuperación de la calle 30 se compraron varias viviendas a familias que se ubicaron en la ronda hídrica del río Manzanares, igual en la carrera 19 con Avenida del Río donde aún quedan algunos establecimientos comerciales ubicados en la zona y deben comprarse las mejoras.

En el puente de la carrera 19 se solucionó un problema de movilidad, pero no se logró resolver la problemática de inundación por la cercanía al río. Según explicó Francisco García, secretario de Planeación Distrital, “la primera etapa del Parque Lineal del Río está diseñada; va entre el puente de El Mayor y el puente de La Platina, donde se realizará un proceso de intervención del río;la segunda parte del proceso está por trazarse y comprende la zona desde La Platina hasta el mar.

El Sistema Estratégico de Transporte ha recuperado el espacio público de ronda hídrica; se está a la espera de contratar los diseños para terminar esta segunda etapa; y la tercera, va desde el puente de El Mayor hasta Mamatoco; esta tiene una gestión predial para reasentar las viviendas que han invadido el río y liberar los espacios.

La idea del Distrito es convertir el río Manzanares en un corredor geológico, en el que, al estar el espacio de las reservas naturales libres, se convierte en uno de conservación del recurso hídrico. Otro de los aspectos en los que trabaja la Administración es en proyectos de vivienda, porque se está haciendo una liberación de lotes, en el Plan Parcial de Bureche hay un área que va a quedar para vivienda.

Hay dos planes más que estamos trabajando en dos fajas de tierra, una de los Donado y otra de los Lacouture en la zona cercana a Bureche, que por norma se debe dejar un área que sería, según cálculos preliminares, de unas 12 hectáreas”.

Casi todo el Distrito ha sido invadido en zonas por encima de la cota 40, a pesar que ello está contemplado en el artículo 201 del POT, donde se advierte la imposibilidad de urbanizar, dada sus características geográficas, paisajísticas o ambientales de esos suelos, o por no formar parte de las zonas de utilidad pública, para la ubicación de infraestructura para la provisión de los servicios públicos domiciliarios.

Estos espacios están demarcados por los cerros que conforman el límite norte del área urbana, que comprenden desde el puerto hasta la Cuchilla de Palangana; estribaciones de los cerros orientales, desde el barrio Once de Noviembre hasta el Cisne. En esta franja encontramos los parques Dumbira en Taganga; Bondigua, sector de Bonda y Paz Verde en el sector de El Cisne.

Igualmente, la cordillera paralela a la zona sur hasta la quebrada del Doctor, y todos los cerros o promontorios que están en el interior del área urbana definida por el POT entre los que se encuentran el Cerro de San Fernando, La Llorona, Cundí, Las Tres Cruces, La Gloria y los de Ecopetrol.

Según la norma, también son suelos de protección urbana las rondas de los ríos Manzanares y Gaira y las quebradas Tamacá, Bureche, Don Diego, del Doctor, otras que bajan del piedemonte de los cerros ubicados al suroriente de la ciudad, así como todas las rondas de arroyos y cauces del sistema hídrico, zonas propensas a deslizamientos. Además de que la característica geográfica por los cerros limita las zonas de expansión.

“Uno de los principales proyectos de la Alcaldía en este cuatrienio es generar suelo para habilitar vivienda y ofrecerlas como alternativa para aquellas personas que puedan considerar abandonar esa situación de riesgo para reubicarse”, explicó el secretario Francisco García.

El alcalde Rafael Martínez señaló, que en el proyecto que impulsan junto con el Fondo Nacional de Ahorro se espera hacer una gestión para construir 3 mil viviendas de interés social o para los más necesitados. “Vamos a tratar de concentrarlas en personas que están en la ronda hídrica, en la línea férrea y en los cerros. No es fácil construir vivienda, sobre todo cuando no hay recursos ni tierra. Aprovechando la discusión del nuevo POT estamos habilitando suelo asociándonos con privados para que construyan”.

Con el Fondo Nacional de Ahorro se plantea que les presten a los posibles beneficiarios para que hagan sus aportes, porque no serán casas gratuitas. El Distrito va a poner la infraestructura y el equipamiento urbano.

Respecto a las viviendas que han invadido la zona de reserva del Parque Dumbira en Taganga, el Alcalde manifiesta, que seguirán con los procesos de demolición porque están sobre la cota 40 y zona de alto riesgo no mitigable; el actual POT es estricto en esta prohibición que ha sido violada por estas construcciones.

Orlando Rojas, presidente de la Acción Comunal del barrio Pamplonita y quien tiene 22 años de vivir en el sector, cuenta que sus habitantes han sufrido varias avalanchas; la de 1999 fue la peor, los dejó sin nada. “Cuando llegamos aquí no estábamos cerca del río, estábamos alejados 30 metros del cauce y hoy estamos a cinco metros y como se construyeron murallas, el afluente hizo su canal por este sector.

Ya nosotros tenemos calculados cuando se va a desbordar el río. El día que pasó el Huracán estábamos preparados, no dormimos esa noche y estuvimos pendientes con la Defensa Civil, revisábamos la marca del río, pero no bajó la fuente de agua que creíamos que iba a llegar”, relata Orlando Rojas.

Agrega, que su esposa ha aspirado al programa de viviendas del Ministerio y no han salido favorecidos hasta la fecha. Denuncian que hay casos en que a una misma familia les han entregado hasta 3 casas, porque benefician a una pareja, se trasladan a Santa Helena y luego los hijos vuelven a ocupar la misma vivienda y aspiran a otro beneficio. Por esta razón, les exige a las autoridades que demuelan las casas de las familias que son reubicadas.

Donaldo Monterrosa, otro habitante del sector desde 1986, manifiesta, que hace 30 años cuando él llegó a ubicarse en ese lugar las casas más cercas al río estaban a 35 metros de distancia. Señala, que hace cuatro años no se desborda el río como tiempo atrás en los que ocurrieron varias inundaciones, aunque sabe del peligro que representa vivir en la zona, solo se irá si le compran la vivienda, pero no por una reubicación.