Metrópolis
Memorias de una histórica avenida

Después de más de tres décadas de haber sido inaugurada la hoy inconclusa Avenida del Río, es una realidad su culminación
Con su construcción, la Avenida del Río se convirtió en la quinta arteria cimentada en pro de la movilidad de Santa Marta, de ella se desprenden un sin número de historias entre la que se destaca la creación de más de veinte barrios de invasión. Expertos en el tema y testigos de la zona, le contaron a OPINIÓN CARIBE los pormenores que desde finales de los sesenta ha tenido la vía que colinda con el río Manzanares.
En edición 103 OPINIÓN CARIBE bajo el título “Esa maldita pared”, referenció el conjunto de viviendas ubicadas en la margen derecha del río manzanares entre las carreras quinta y cuarta que por más de cuarenta años han impedido la prolongación de la Avenida del Río.
La demolición de la pared que permite la culminación de la Avenida del Río, es sin lugar a dudas un agigantado paso en pro de la movilidad en la capital del Magdalena. De su historia, que pocos samarios conocen, se desprenden un sin número de situaciones como la compra y venta de predios, y las invasiones.
La Avenida del Río, construida en la década de los setenta, con el fin de convertirse en una alternativa vial diferente a la Avenida del Libertador, traja consigo el asentamiento de cientos de familias que se instalaron en la ribera del Manzanares logrando hasta la fecha la creación de más de veinte barrios de invasión.
“Cuando entré aquí, ni idea de construirse la avenida, esto era zona de fincas donde además de cuidar las tierras, teníamos permiso de sembrar para sostenernos con la agricultura, en mi caso sembré durante muchos años hortaliza. Dentro de lo que recuerdo, existía un camino que conducía al cerro de las “Tres Cruces”, que era utilizado por los camiones que iban en búsqueda de piedra a las canteras”, relata Erasmo Prado, quien con más de cuarenta años de vivir en la zona ilustra esos tiempos como si hubiese sido ayer.
Historiadores confirman la versión de Prado, y aseguran que estas hectáreas eran posesión de cunas de prestigio de la ciudad, sin embargo, hay versiones que hablan de invasiones que se llevaron a cabo con el consentimiento de los propietarios.
“La gente producto de la misma necesidad invadió tierras pertenecientes al Instituto Nacional de Vivienda de Interés Social y Reforma Urbana, (Inurbe), lo que hoy es Simón Bolívar, las Malvinas, Villas del río uno, dos y parte de las tres, Ocho de febrero, Pamplonita y Divino niño, sin un programa de urbanización”, apuntó Emiseno Enríquez, líder comunal de Villas del río etapa uno.
Hasta inicios de los setenta los terrenos del hoy barrio Simón Bolívar y que al parecer fueron entregados por el Inurbe, pertenecieron a la familia Barrios Tache, quienes en 1975 vendieron a los señores Alberto Zúñiga y Rafael Méndez, quienes recuerdan de esa época la lucha constante en contra de los invasores para su desalojo.
“Seis hectáreas pasaron a ser de nuestra propiedad, y aunque aun no existía la Avenida del Río, cientos de familias seguían invadiendo, situación que pudimos controlar y consensuar con los invasores después de un sin número de enfrentamientos. En 1982 bajo la administración del entonces alcalde Edgardo Vives empezaría para nosotros el verdadero trauma”, afirmó Rafael Méndez, propietario.
La construcción de la Avenida del Río ocupó de los terrenos Zúñiga –Méndez, catorce mil metros cuadros, comprendidos desde el barrio Simón Bolívar hasta el sector Las Veguitas.
Denuncian los propietarios que hasta hoy no fueron indemnizados por los lotes cedidos en ese entonces al Ministerio de Obras Públicas, “el Estado nos robó el terreno, nunca nos compraron, posteriormente en el año 98 iniciamos el proceso de levantamiento de toda el área de invasión, le hicimos a cada predio una escritura individual, en su época se negoció con algunos de sus poseedores”, afirmó Méndez.
Respecto al tema, tal indemnización no se produjo teniendo en cuenta que el Consejo de Estado manifestó que para acceder a la misma se debió presentar la solicitud en el lapso de dos años después de iniciarse las obras de la vía, y no como lo llevaron a cabo los propietarios, quienes se basaron en pactar directamente con el desaparecido Ministerio de Obras Públicas.
En este tramo de la Avenida del Río hay en total 397 lotes, de los cuales según manifiestan los propietarios del terreno, solo 40 registran número catastral y escritura.
Por su parte, Emiseno Enriquez, líder comunal, relata otra realidad con respecto al desarrollo vial de esta zona, “desde el año 69 hasta el 72 se hizo lo que se llamó el proyecto de la avenida desde la Postobón hasta la Avenida Libertador, un proyecto gota a gota, que duró tres años en un tramo que no supera los dos kilómetros (barrios de Simón Bolívar, Las Vegas, Perehuetano, Villas del río 1 y 2 y San Pedro Alejandrino) pensado en unirse al primer tramo construido desde la carrera Quinta hasta la Postobón”.
Respecto a los enfrentamientos con los invasores del sector Simón Bolívar, esta ha sido considerada una de las luchas más violentas en la historia de las invasiones en Santa Marta, así lo detalla el escritor Luis Roberto Calvo, en su más reciente libro titulado “Invasiones Memorias de una Lucha Social”, en donde ilustra de manera detallada cómo fue el proceso de invasión de más de 17 barrios de la ciudad, y quiénes fueron partícipes de un sin número de situaciones que los samarios deben conocer.
EL INCONCLUSO TRAMO
Múltiples versiones tratan de dar respuesta a la obstaculización vial del tramo de la Avenida del Río desde la carrera quinta hasta la cuarta. Testigos de la época explican pormenores de esta situación.
“Nunca se propuso la compra de los predios que colindan la margen derecha del río manzanares, como hoy si lo ha hecho la actual administración, considero una leyenda urbana precisar que Edgardo Vives se opuso a la prolongación de la vía”, precisó Méndez.
Por su parte, Luis Ignacio Diazgranados, vicepresidente de la Sociedad nacional de arquitectos, históricamente, el proyecto vial de Santa Marta ha sido deficiente, a raíz de su condición lineal de una sola vía, “La Avenida del Río nace bajo la intención de brindarle a la ciudad una mejor estructura vial, se aprovecharon los 150 años de la muerte del Libertador para mejorar la imagen de Santa Marta e inicio de su recuperación”.
Agrega que siendo alcalde de la capital del Magdalena Jaime Villareal Torres, se inició la compra de los predios y el trazado a través de la orilla del río Manzanares que generó gran desarrollo urbano y sirvió para descongestionar todo el tráfico de la Avenida del Libertador, apoyando el plan vial.
Asegura que la administración a elegir en las próximas elecciones, deben entrar de lleno a planear un desarrollo de suma importancia para el transporte masivo y a su vez brindarle a la ciudad la posibilidad de mantener el turismo.
Cuando en 1975 entra en vigencia la ley de protección de la ronda hidráulica de los ríos, se presenta en Santa Marta una situación que podría determinar una de las razones del porqué la prolongación de la Avenida del Rio ha sido obstaculizada, “cuando fueron a aplicar la ley se dieron cuenta que había inmuebles construidos antes de regir la norma, y el legislador no podía atropellar los derechos de esas familias que invadieron la margen derecha del río, porque en su momento ninguna norma se los impedía”, precisó Carlos Polo, ingeniero civil.
Dentro del imaginario popular existió la disputa política entre José Ignacio Vives Echavarría, alcalde en su momento, contra de su primo Edgardo Vives, quien era propietario del área que va de occidente a oriente en la margen derecha del río, que también tuvo injerencia en que dicha prolongación no se llevara a cabo. Hoy, todos esos predios incluso el predio que anteriormente era de los seguros sociales y hoy es clínica cardiovascular, cedieron ante la actual administración.

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