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 Todos debemos ser feministas… a lo Emma Watson. Por: Marcela Escandón Vega

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Marcela Escandón VegaSi reconocen ese nombre, Emma Watson, probablemente se están preguntando, ¿qué tiene que ver Hermione, la famosa amiga de Harry Potter con el feminismo? Pues en efecto la actriz que encarna a la brillante maga en los cines, ha estado involucrada con la promoción de la educación de niñas por varios años. Como parte de sus esfuerzos humanitarios, ha visitado países como Bangladesh, y Zambia, y regresó recientemente de Uruguay en su primera misión con la ONU. Ella es ahora es la embajadora mundial de buena voluntad de ONU Mujeres, el programa de la Naciones Unidas dedicado a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres alrededor del mundo. Les presento entonces la traducción (no oficial) de un discurso de septiembre de 2014 ante la ONU, como un testimonio de lo que hace un año una joven valiente y exitosa nos invitaba a pensar: un conjunto de ideas sensatas y unificadoras que hoy siguen siendo pertinentes y urgentes.

“Sus excelencias, secretario general de la ONU, presidente de la Asamblea General, directora Ejecutiva de ONU Mujeres, distinguidos invitados. Hoy estamos lanzando una campaña llamada HeForShe (“ElPorElla”). Estoy apelando a ustedes porque necesitamos su ayuda. Queremos acabar con la inequidad de género, y para hacer esto, necesitamos a todos involucrados. Esta es la primera campaña de esta naturaleza en la ONU. Queremos intentar movilizar la mayor cantidad posible de hombres y niños para abogar por el cambio. Y no queremos solo hablar sobre ello. Queremos tratar y asegurarnos de que sea tangible.

Fui designada como embajadora de buena voluntad de ONU Mujeres hace seis meses. Y entre más hablo de feminismo, más me doy cuenta de que luchar por los derechos de las mujeres se ha convertido muy a menudo en sinónimo de odio a los hombres. Si hay algo que sé con certeza, es que esto debe parar.

Para que quede constancia, feminismo es, por definición, la creencia de que hombres y mujeres debemos tener iguales derechos y oportunidades. Es la teoría de la igualdad política, económica y social de los sexos.

Hace mucho tiempo empecé a cuestionar algunas suposiciones de género. Cuando tenía 8 años, estaba confundida por ser llamada “mandona” porque yo quería dirigir las obras de teatro que íbamos a presentarles a nuestros padres, pero los hombres no eran llamados “mandones”. Cuando tenía 14, empecé a ser sexualizada por ciertos elementos de los medios de comunicación. Cuando tenía 1), mis amigas empezaron a abandonar los equipos deportivos porque no querían lucir “musculosas”. Cuando tenía 18, mis amigos hombres eran incapaces de expresar sus sentimientos.

Decidí que era feminista, y esto es sencillo para mí. Pero mi reciente investigación me ha mostrado que feminismo se ha convertido en una palabra impopular. Las mujeres están escogiendo no identificarse como feministas. Aparentemente, estoy en el rango de mujeres cuyas expresiones son vistas como muy fuertes, muy agresivas, aisladas y anti-hombres. Poco atractivas incluso.

¿Por qué la palabra se ha convertido en una tan incómoda? Soy de Gran Bretaña y creo que está bien que me paguen lo mismo que a mis contrapartes masculinas. Pienso que es correcto que deba ser capaz de tomar mis decisiones acerca de mi propio cuerpo. Creo que está bien que las mujeres me representen en las políticas y las decisiones que afectan mi vida. Creo que es correcto que socialmente se me proporcione el mismo respeto que a los hombres.

Pero tristemente, puedo decir que no hay un país en el mundo donde todas las mujeres puedan esperar ver esos derechos. Ningún país en el mundo puede aún decir que ha alcanzado la igualdad de género. Estos derechos, yo los considero derechos humanos, pero yo soy una de las afortunadas.

Mi vida es un absoluto privilegio porque mis padres no me amaron menos porque nací siendo una niña. Mi colegio no me limitó por ser una niña. Mis mentores no asumieron que yo iba a llegar menos lejos porque tendré un hijo algún día. Estas influencias fueron los embajadores de la igualdad de género que me hicieron la persona que hoy soy. Ellos puede que no lo sepan, pero ellos son los feministas inadvertidos que están cambiando el mundo hoy. Necesitamos más personas como ellos.

Y si tú aún odias la palabra, no es la palabra lo que importa. Es la idea y la ambición detrás de ella, porque no todas las mujeres han recibido los mismos derechos que yo. De hecho, estadísticamente, muy pocas los han recibido.

En 1997, Hillary Clinton dio un famoso discurso en Beijing acerca de los derechos de las mujeres. Tristemente, muchas de las cosas que ella quería cambiar en ese entonces son todavía ciertas hoy. Pero lo que más se destacó para mí fue que menos del 30% de la audiencia era masculina. ¿Cómo podemos tener un cambio en el mundo cuando sólo la mitad de éste es invitado o se siente bienvenido para participar en la conversación?

Hombres, quisiera tomar esta oportunidad para extenderles una invitación formal. La igualdad de género es su problema también. Porque a la fecha, he visto que la sociedad valora mucho menos el papel de mi padre como progenitor, aunque cuando era niña yo necesitaba su presencia tanto como la de mi madre. Yo he visto hombres jóvenes que sufren una enfermedad mental y son incapaces de pedir ayuda por el miedo a que eso pueda hacerlos ver menos hombres. De hecho, en el Reino Unido, el suicidio es la mayor causa de muertes entre hombres entre 20 y 49 años, por encima de accidentes de tránsito, cáncer y enfermedades del corazón. Yo he visto hombres frágiles e inseguros por culpa de un sentido distorsionado de lo que constituye el éxito masculino. Los hombres tampoco tienen los beneficios de la igualdad.

Nosotros no hablamos a menudo sobre los hombres siendo prisioneros de estereotipos de género, pero yo lo puedo ver, ellos son prisioneros y cuando sean libres, las cosas cambiarán para las mujeres como una consecuencia natural. Si los hombres no tienen que ser agresivos para ser aceptados, las mujeres no se sentirían obligadas a ser sumisas. Si los hombres no tienen que tener el control, las mujeres no tendrían que ser controladas.

Hombres y mujeres deberían sentirse libres de ser sensibles. Hombres y mujeres deberían sentirse libres para ser fuertes. Es tiempo de que todos percibamos el género como un espectro, en lugar de dos conjuntos de ideas opuestas. Si nosotros dejamos de definirnos unos a otros por lo que no somos y empezamos a definirnos nosotros mismos por quienes somos, todos podemos ser más libres, y esto es lo que es HeForShe. Es acerca de la libertad.

Quiero que los hombres acepten esta responsabilidad para que sus hijas, hermanas y madres puedan vivir libres de prejuicios, pero también para que sus hijos tengan permiso de ser vulnerables y humanos, reclamando aquellas partes de sí mismos que abandonaron, y haciendo eso, ser una versión más real y completa de sí mismos.

Ustedes pueden estar pensando, ¿quién es esta chica de Harry Potter y qué hace ella hablando en la ONU? Y es una muy buena pregunta. Yo me he estado preguntando lo mismo.

Todo lo que sé es que me preocupa este problema y que quiero solucionarlo. Y, habiendo visto lo que yo he visto, y teniendo la oportunidad, siento que es mi responsabilidad decir algo.

El estadista Edmund Burke dijo “todo lo que se necesita para que las fuerzas del mal triunfen es que suficientes personas buenas no hagan nada”.

En medio de mis nervios por este discurso y en mis momentos de duda me dije a mi misma firmemente, “si no soy yo, ¿quién? Si no es ahora ¿cuándo?” Si ustedes tienen dudas similares cuando las oportunidades se les presentan, espero que estas palabras sean útiles. Porque la realidad es que si nosotros no hacemos nada, tomará 75 años –o hasta que yo tenga casi 100- para que las mujeres puedan esperar el mismo pago que los hombres por el mismo trabajo. 15 millones y medio de niñas serán obligadas a casarse en los próximos 16 años. Y con los índices actuales, no será hasta el año 2086 cuando todas las niñas del África rural puedan tener educación secundaria.

Si crees en la igualdad, debes ser uno de aquellos feministas inadvertidos o involuntarios de los cuales hablé antes, y por eso te aplaudo. Nos cuesta alcanzar una palabra unificadora, pero la buena noticia es que tenemos un movimiento unificador. Se llama HeforShe. Los invito a dar un paso adelante, para ser vistos y preguntarse a sí mismos, “si no soy yo, ¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo?”.

Muchas gracias.

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