Crónica
Microescultura: Un mundo en miniatura

Trabajo manual con resina que incluye materiales de reciclaje
Flor Carvajal es la única mujer microescultora del mundo y además ha tenido una amplia trayectoria en el trabajo artístico con materiales reciclables. Su obra, tan pequeña pero tan llena de detalles, sorprende y hace de cada pieza un universo en miniatura. A la espera de obtener un record Guinness, continúa trabajando con su esposo en la consolidación de su proyecto personal: el Museo Flor Carvajal.
“Por culpa de un periodista en Bucaramanga en el año de 1.999 fue que empecé a hacer los pesebres cada vez más pequeños, porque él no se interesó por mi trabajo con los reutilizables y no me quiso entrevistar, me dio coraje como buena santandereana y me fui para mi taller y me decidí a hacer el pesebre más pequeño del mundo, amanecí haciéndolo” manifiesta Flor Carvajal, una extrovertida santandereana de la Provincia de García Robledo que se crió en Bucaramanga y que ha recorrido toda Colombia exhibiendo su trabajo como artista plástica.
“El primer pesebre que hice fue en una moneda de centavo con bolitas de icopor, luego lo hice sobre una lenteja, luego sobre la cabeza de una puntilla hasta que probé con varios materiales y descubrí el secreto, una resina especial con la que trabajo y que me ha permitido hacer el pesebre sobre un grano de arroz, sobre la cabeza de un alfiler, sobre el ojo de una aguja, sobre un cabello y hasta sobre una pestaña”.
Asegura Flor Carvajal que es la única mujer que practica la microescultura en el mundo, porque, aunque existen otros microescultores con los que tiene similitud en los diseños, son hombres y usan técnicas y materiales diferentes como metal, madera y minas de lápiz, mientras que ella trabaja con resina sintética y materiales de reciclaje.
OBRAS Y MUSEO
En su taller, Flor Carvajal primero alista los elementos que usará para su nueva escultura y, cuando ya ronda en su cabeza la idea de lo que va a hacer, prepara la resina y empieza a formar las siluetas de las esculturas, las cuales tienen un proceso lento de secado que permite que pueda realizar entre 7 y 10 obras al tiempo, que luego de ser pulidas finalmente son coloreadas con óleo. El proceso completo tarda para cada figura cerca de 8 horas no continuas.
“He enseñado la técnica de materiales reutilizables, todo lo que para otros es inservible yo lo tomo y hago una obra, he hecho más de 500 pesebres en pétalos de rosa, pasto, plástico y otros, para mí no hay basura, para mí solo es basura lo que se está dañado” expresa risueña Carvajal.
“He paseado Colombia exponiendo, he estado en Barrancabermeja, Envigado, Bucaramanga, Piedecuesta, estuvimos en la Feria de las flores y el café, en Sabaneta y venimos de Cartagena, a Santa Marta y de aquí vamos para Barranquilla, nuestra exposición tiene obras variadas que resaltan la colombianidad, tenemos la chiva de Juan Valdés, barcos y bailadoras del Caribe, así como también otras que tienen la idea de resaltar historias de vida como por ejemplo las que tengo sobre una aguja de los jugadores Cuadrado y Jackson, dibujos animados, obras religiosas, la vida de Jesús” explica Flor quien en este momento trabaja en la colección completa de las mascotas del mundial con el sueño de poder llevarlas al próximo mundial en Rusia.
“No vendo ninguna de las obras porque forman parte de un proyecto educativo que tengo con mi esposo, si las vendo no tendríamos las piezas para el museo, además es un acto complicado y alguien nos dijo que cómo hacía para ver las obras si no tenía plata para comprarlas y fue cuando pensamos en que queríamos el Museo Flor Carvajal, para que deje en Colombia una huella. Hoy el museo tiene el pesebre y el viacrucis más pequeños del mundo” Puntualiza la artista.
En la actualidad, Flor Carvajal se encuentra elaborando al Pibe Valderrama en la cabeza de un alfiler, así como elementos que caracterizan a Cartagena como la India Catalina y otros personajes que llevará a la invitación que tiene para la conmemoración de la independencia de esta ciudad.
Asegura Carvajal que desde hace mucho tiempo habría podido llegar a obtener un record Guinness pero que, debido a la cantidad de trámites y a las inversiones que tendría que hacer para lograr que su obra adquiera una de estas calificaciones, no ha tomado la decisión pero, continúa a la espera de encontrar el patrocinio necesario.


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