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Metrópolis

Alerta en los arrecifes de coral

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Un problema de conciencia y desconocimiento del medio ambiente

La estación de Guardacostas asegura cumplir con los protocolos de vigilancia para la protección de la barrera de coral, sin embargo el robo de las boyas de señalización, y factores de origen natural y humano como la ausencia de educación sobre el tema, tienen en peligro la existencia de un recurso natural estratégico por su valor ecológico.

Las bahías de Inca Inca y Calderón, pertenecientes a la Bahía de Gaira, son playas escenario de diversas actividades como el buceo y las regatas que se dan dentro del marco de las Fiestas del mar y que traen gran afluencia de turistas, muchos de los cuales se han bañado en sus playas y han disfrutado de sus atractivos pero pocos conocen la existencia en la zona de un arrecife de coral.

Los arrecifes de coral son estructuras subacuáticas constituidas a partir del carbonato de calcio secretado por los corales que crecen en aguas cálidas, poco profundas, soleadas y agitadas y se les conoce como “selvas del mar”, ya que forman uno de los ecosistemas más diversos de la Tierra “son importantes por la amplia diversidad que se puede tener y esa diversidad radica en la bidimensionalidad del arrecife que está constituido por peces y organismos que viven en la estructura física de carbonato de calcio cuyos huecos recovecos y detalles son atractivos para muchas especies y, a nivel ecológico, tiene implicaciones directas con otros ecosistemas como los pastos marinos y los fondos blandos” asegura Álvaro Baigorry, biólogo marino, instructor y buzo profesional quien hace cinco años trabaja en la Bahía de Gaira con Fiartmart, fundación para la investigación de la atlántida marina.

Luego de denuncias realizadas por la Fundación y por el Acuario de Santa Marta sobre daños ambientales en los arrecifes de coral, con el objetivo de protegerlos, mediante Resolución 2059, expedida 29 de julio de 2015, la Corporación Autónoma Regional del Magdalena, Corpamag, impuso una serie de medidas preventivas principalmente de las Bahías de Inca Inca y Calderón.

Las medidas que se implementaron un día antes de las Fiestas del Mar y se refieren a la suspensión de actividades de fondeo y anclaje en algunas zonas de estas playas, el establecimiento de un lugar provisional propicio para estacionar las embarcaciones sin afectar los arrecifes coralinos y el control de las medidas de manera inmediata por parte de la Estación de Guardacostas.

De acuerdo a la medida preventiva, basada en los protocolos establecidos por la Dimar a través de su grupo de Señalización Marítima del Caribe-Semac y la autoridad competente, se deben implementar las boyas de amarre para que las embarcaciones puedan ser ubicadas sin generar impactos al fondo marino y se debe contar con la señalizaciones con boyas verdes de la zona de fondeo o anclaje de embarcaciones y con boyas rojas en la zona de protección del coral.

Sin embargo a pesar de que las medidas de prevención se empezaron a implementar desde la expedición de la resolución, el Capitán de Corbeta Díaz asegura que la comunidad ha aceptado la norma y la recibido de buenas maneras entendiendo que es un tema de preservación pero “el problema es que como están a la intemperie y no es posible estar las 24 horas del día los 365 días del año en el sitio, personas inescrupulosas se robaron los boyarines que puso Corpamag” lo cual si bien no les impide seguir con el control si es necesario para que las personas que no conocen la zona cumplan con la restricción.

Al respecto, Alfredo Martínez, director encargado de Corpamag, expresa que “hay unas boyas que ya no están en el sitio, desconocemos si las quitaron o se desamarraron, no representa una inversión alta presupuestalmente pero ya estamos en contacto con el Acuario de El Rodadero y con la Fundación Fiatmar, con laque tenemos un convenio, para tener un mayor monitoreo y estar más pendientes de la zona sobre todo ahora que empezamos vacaciones. Seguimos protegiendo el tema de corales y realizando acciones concertadas con las comunidades asentadas que tienen actividades económicas en la zona”.

SI NO LOS VES NO LO CONOCES

Para Álvaro Baigorry, director de la Fundación Fiatmar, la medida sí funciona “es satisfactoria porque da a conocer el lugar, un primer gran paso para el desarrollo de otras medidas que ya se están proponiendo en asocio con empresas para generar un programa con miras a proteger el arrecife y establecer una visión más sobre el cuidado”.

Asegura el biólogo que “la gente conoce el mar y la playa pero no lo que hay adentro, si no lo ves no lo conoces, hay que quitarse el mito de los miedos, en Santa Marta el 70% de los samarios o no nada o no se han metido al mar o no han buceado y, si existe una población que no conoce lo que tiene enfrente no se puede esperar que cuide lo que no conoce, la medida sirve justamente para crear el ámbito de conciencia”.

“La realidad es que no puedes colocar nada en el mar que dure más de un año, no se lo come el mar, lamentablemente se las roban, si colocamos una boya o algo que pueda valer unos pesos, se desaparece hasta la cuerda, y si colocamos una pinpina vacía o una botella igual la quitan, es un problema de conciencia, hemos charlado con Capitanía y Dimary se platea colocar un sistema de boyas antirrobo desde el ancla hasta la misma boya que necesite de una herramienta para ser retirada y pueda ser perdurable los cual representa costos para los que estamos juntando esfuerzos” puntualizó Baigorry.

Fiatmar trabaja hace cinco años en el interés de conocer el estado actual de la Bahía de Gaira que incluye las playas de El Rodadero, Puerto Luz, El Morro de Gaira, Inca Inca, Calderón y Playa Blanca dentro del proyecto Madrigal, que contempla el programa explora Gaira que en convenio con Corpamag “trabajamos en ciertos aspectos ambientales de la bahía como caracterización, se ha levantado un mapa sobre la zona del arrecife, se tiene un listado de especies como tortugas, tiburones, rayas guitarra y torpedo, se hace diagnóstico, seguimiento, monitorio y se trabaja con los aspectos sociales, pero no hay presupuesto, es un departamento con muchos problemas ambientales y una porción marina muy pequeña en donde afortunadamente se empiezan a enfocar las miradas”.

ZONA Y CARACTERÍSTICAS

A unos diez minutos en lancha de la playa de El Rodadero se encuentran las playas de Ica Inca y Calderón, hábitat natural de los “corales de parche”, un ecosistema que puede medir entre 50 y 150 metros, y en conjunto sobrepasar los 500 metros de extensión. La zona alberga millones de especies en sus diferentes ciclos de vida y hace parte del recurso pesquero que se consume en el sector costero de Santa Marta, por lo cual son imperativas las acciones para su protección de acuerdo a lo manifestado por la autoridad ambiental que asegura que los estudios revelan un deterioro del 80% del arrecife.

Para el biólogo Álvaro Baigorry hablar de un 80% de deterioro en el arrecife es haber perdido todo pero ,hay que tener en cuenta que no se trata solo de factores atrópicos (causados por el hombre) sino también de factores naturales “antes del 2009 de que sucediera el fenómeno de la niña que hundió a Colombia en agua, la cobertura del arrecife estaba excelente y, tras el fenómeno la reducción en la playa de Inca Inca fue del 40% y 50% en cobertura que es la parte superior y viva del coral, una capa muy fina de colores que no tiene más de 3 centímetros de espesor” a lo cual se sumó la perdida en la tridimensionalidad, en la parte calcárea e inerte del coral producto de anclas, botes, dinamita y residuos sólidos que fracturan el arrecife.

Pese a los daños, para el biólogo es alentador y cautivador que en “la Bahía de Gaira hay formaciones coralinas muy recientes y resistentes, tenemos sitios donde el arrecife está sano, sitios que están en épocas reproductivas y liberando futuros corales que crecerán en los lugares donde han desaparecido” y agrega que debido a la dificultad para restaurar los impactos ambientales es necesario tener medidas de prevención.

De acuerdo a lo expuesto por Baigorry, “una restauración pasiva requiere de que todas las presiones vayan para afuera, nadie toca el arrecife por un tiempo de varios años teniendo en cuenta que crece 6 milímetros al año, y si se hubiese perdido el 80% habría que dejarlo mínimo 10 años para ver que pasaría en el tiempo y, una restauración activa donde participen las familias que tienen una actividad económica que depende de los arrecifes, prohibir no es la solución definitiva, debe haber una mezcla medidas alternas” puntualizó.

LAS SANCIONES

La autoridad ambiental manifiesta que se ha logrado cierto grado de sensibilización pero invita a realizar prácticas amigables con el ecosistema coralino, se recomienda a buzos y careteadores no tocar los arrecifes y guardar extrema precaución con sus aletas así como a los turistas no arrojar basura y mucho menos anclar en las zonas de coral.

Quienes incurran en algún tipo de afectación de los recursos naturales estratégicos, se pueden ver abocados a multas hasta 5.000 SMLV y estarán obligados a hacer una restauración de la afectación, de acuerdo a lo expresado por Alfredo Martínez, director encargado de la autoridad ambiental en el magdalena.