Columnistas
Con los mejores deseos

Por: Rubén Darío Ceballos
Asumen a partir del primero de enero de 2016 nuestros nuevos gobernantes y coadministradores en lo departamental y municipal el compromiso de dirigirnos, ojalá que bien y mejor. Bienvenidos. De ellos esperamos, independientemente de diferencias políticas o de cualquier otro orden, honren sus encargos, los ejerzan a plenitud y los acepten con seriedad, responsabilidad manifiesta y procuren cumplirlo al máximo de sus fuerzas, con la ayuda de todos y con una grande pasión por el departamento y sus municipios.
Aspiramos los magdalenenses que todos y cada uno de quienes llegan a cargos de dirección y cualesquiera otros, dejen una huella en nuestra Institución Política, prioricen, identifiquen las acciones mejores, tengan claros objetivos, visión, talento y coraje para convertir en hechos las demandas poblacionales, amplíen nuestra vida democrática, traduzcan en realidad las exigencias aplazadas, se acerquen más a las organizaciones sociales, ciudadanía, comunidad entera y avancemos hacia un nuevo equilibrio en la vida política, social, económica ambiental y cultural del departamento en su totalidad.
Necesitamos fortalecer la vida democrática, mayor pluralidad, adentrarnos en la modernidad política, buscar mediaciones eficientes y eficaces sociedad-estado, generar legitimidad democrática. Abrir las compuertas, dialogar sin tapujos y de manera permanente. Buscar la unidad fundada en consensos reales. Atender por igual los proyectos, convocar a debate. Respetarnos. Privilegiar los intereses colectivos. Apropiarse de la responsabilidad de transformar al departamento y sus municipios. Darle sentido a las demandas que reclaman los tiempos actuales, una de las formas mejores de contribuir a la construcción de un orden en el cual no avancemos en la fractura social sino en los consensos plurales que robustezcan nuestra unidad departamental.
Conseguir que desde todas las orillas estemos todos prestos y dispuestos a colaborar para la recuperación económica y la estabilidad, en el entendido de una decisión inquebrantable de lucha por la satisfacción de las justas peticiones poblacionales, tales como avanzar económicamente y desarrollarnos integralmente y se atienda lo solidario, se apunte a la equidad y a la transformación social, se amplíen los diferentes servicios básicos como un compromiso de justicia social elemental, y no haya carencias de agua, drenaje, vivienda, transporte ni inseguridad ciudadana, entre otros pendientes.
Concertemos con las clases fundamentales del departamento y de sus municipios, camino a nuevos civilidades, relevos democráticos, estabilidad política, paz social y un inmenso ámbito de libertades. Eso debe ser, a juicio de la mayoría de los magdalenenses, el vértice a seguir por parte de nuestros nuevos gobernantes. Ojalá así sea en bien del departamento del Magdalena y sus municipios todos.

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