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Columnista: Pena nos debería dar
Por: Cecilia López Montaño
La verdad es que el mayor cambio que debería darse en la Región Caribe, sería avergonzarnos por tener 72 alcaldes elegidos que tienen problemas con la justicia. Lo afirma la Fiscalía General de la Nación a través de su Vice Fiscal, Jorge Perdomo. Es decir, el 20 % del total de mandatarios elegidos en el país para el período 2016-2019.
La lista de acusaciones produce escalofrío: prevaricato, cohecho, contratación irregular, fraude procesal, concusión, tráfico de influencias, delitos electorales, estafa, concierto para delinquir, injuria y calumnia y hasta 11 por homicidio, nueve por delitos sexuales, nueve por hurto, 16 por inasistencia alimentaria y seis por violencia intrafamiliar.
No se salva ningún departamento de la Región y la lista es la siguiente, según el periodista de El Heraldo Tomas Betín del Río: “en el Atlántico hay 14 alcaldes en pesquisas, en Bolívar 18, en Cesar 7, en Córdoba 11, en La Guajira 6, en Magdalena 14 y en Sucre 12. Varias preguntas saltan a la vista que merecen serias reflexiones que permitan prever cómo serán los próximos cuatro años de estos departamentos.
El primero se refiere al caso del Atlántico. Mientras se supone que su capital tienen buenos mandatarios elegidos, el resto del departamento es una especie de desastre. Pero el problema surge del hecho de que los mismos o mejor el mismo grupo político que manejó las elecciones en Barranquilla hizo lo propio en los municipios, cuyos mandatarios están en entredicho. Solo caben dos posibles conclusiones. La primera es que todos, incluidos los de la capital del departamento, están lejos de ser modelo de administración pública o segundo, dejaron la politiquería para los municipios.
Seguramente, por el gran poder de Cambio Radical y de los Char, se dirá que es la segunda posibilidad la real. Y esto solo demuestra que la búsqueda de la igualdad que pregonan en Barranquilla sus nuevos mandatarios es una farsa, porque nombraron personas complicadas en municipios que no obstante estar cerca de Barranquilla están a años luz en términos de desarrollo de su capital.
En los otros departamentos como en la Guajira, Cesar, Magdalena, Bolívar, para solo mencionar los más evidentes, no se salvan ni siquiera los mandatarios elegidos en la capital de esos departamentos. Es decir, el futuro de las zonas más pobres de la Región Caribe, sus municipios rezagados y peor aún sus zonas rurales, seguirán anclados en el Siglo XIX, perdiéndose Generaciones de personas que nunca conocerán lo que significa verdaderamente la modernidad. Esto lo que significa es que el discurso de los mandatarios de la región con mayor visibilidad, son solo falsas promesas porque entregaron los municipios a gente llena de problemas. Muchos de ellos seguramente se pasarán gran parte del tiempo de su gestión tratando de defenderse o pagando favores para que no los metan a la cárcel.
No se trata de ser pesimistas sino simplemente realistas. No se vislumbran grandes cambios en esa región del norte colombiano que no logra salir adelante. Y no es suficiente que Barranquilla muestre buenos indicadores, porque más temprano que tarde pagará el precio de haber descuidado el desarrollo del resto de la región. Recuerden la famosa frase del ex presidente Clinton que puede aplicarse perfectamente a esta parte del país: “No es posible tener islas de modernidad en medio de mares de pobreza.”
Por lo menos empecemos a cambiar nuestra actitud complaciente, declarándonos avergonzados por esta situación, por el tipo de líderes políticos que hemos elegido. Ese sería un primer paso solamente.
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