Crónica
La tambora de “Carrucha & Colón”, patrimonio cultural musical inmaterial de Santa Marta


Por: Alfonso Rafael Escobar N.
“En Defensa de la memoria urbana en cuanto a seres humanos valiosos que de manera casi callada han aportado a la evolución cultural de la sociedad samaria. El contenido del presente escrito es un recordéis para no permanecer en el olvido, donde Ud. también es protagonista”
La tambora de Carrucha y Colón se encuentra entre los Grupos de tamboras tradicionales de mayor reconocimiento en la ciudad de Santa Marta. A esa pléyade de tambores se suma entre otros grupos la tambora de los Troncos, La Candelilla, Matei, El Bollo, Los Hermanos Hernández de la calle 8, El Popular Te Veo, quien era reconocido como el malabarista de la tambora, también lo llamaban “gajito de uva”, porque tenía un copete grande fijado con brillantina, pero cuando tocaba y tiraba los bolillos al aire se le venía el copete a la cara en forma de gajos de uva. Finalmente otro de los tocadores reconocidos de gran renombre fue el popular “Johnny Viti”(q.e.p.d), quien como el “Flautista de Hamelin”, tenía la facultad de tocar los pitos con una botella, la cual en razón de sus habilidades, hacía sonar melodiosamente como una verdadera flauta.
La familia Carrucha es por tradición una casta de tamboreros con más de 50 años de existencia, compuesta por Gabriel Gómez Rosete, hoy popularmente conocido como Carrucha, aprendió a tocar a la edad de 12, hoy tiene 57 años y de su padre Carlos Gómez Elías (q.e.p.d.), heredó el amor al folklor y el apodo de su oficio, viene de su abuelo Gabriel Gómez, quien era el encargado de mantener y manejar en el puerto de Santa Marta, “las carruchas”, sistema de soporte giratorio de madera donde van insertos los ganchos a partir de los cuales se colgaban los racimos de guineo que permitían su ingreso a los barcos bananeros y finalmente la nueva generación de su hijo Carlos Gómez Pardo, quien aprendió a tocar desde la edad de 3 años, escuchando tocar a su papá y tocando en cajas de cartón. Según lo expresa Carrucha… la habilidad para tocar la tambora es una competencia natural que se desarrolla escuchando a otros más avanzados, esto no se estudia, esto se transmite, esto va en la sangre de cada uno, y es producto de la herencia africana.
EL GOLPE DEL PITÁN PITÁN, EXCLUSIVO DE LA TAMBORA SAMARIA
En general la tambora de Santa Marta y en especial, la tambora de “Carrucha” se reconoce por el golpe distintivo de tambor, más conocido como el toque del “pitánpitán”, que menciona Carlos Vives en algunas de sus canciones, también conocido como golpe de fandango, o de guacherna. En otras ciudades como el caso de Barranquilla y las tamboras del río Magdalena, en especial El Banco, se practica un toque diferente que se conoce como el golpe ‘Chalupiao’, que imprime a la tambora un ritmo más lento y pausado.
El toque del “pitánpitán” tiene más alegría que los golpes de afuera, es más rápido, más armonioso, más elegante, pone más entusiasmo. Sus instrumentos básicos son el macho, la hembra, el bombo, el guache owasa, y se acompaña con el clarinete y el saxofón, que imprimen mayor fuerza interpretativa a los aires de la tambora. A diferencia la tambora de golpe ´chalupiao’ se compone de un tambor, el bombo, el guache y se acompaña con la gaita o la flauta de millo.
ANÉCDOTAS DEL QUE HACER DEL EJERCICIO TAMBORIL
Contrario a otros ritmos que en sus inicios fueron proscritos por algunos segmentos de la sociedad y hoy son suficientemente reconocidos como es el caso del vallenato y la champeta, la tambora ha sido siempre estimada y reconocida por la sociedad samaria, sin diferencia de clases. En ese orden, muchos profesionales y dirigentes sobre todo del sector de la salud, aseguraban el éxito y animaban las campañas de vacunación, gracias a los golpes de tambora, que atraía en mayor número a las madres de familia a los puestos de vacunación y con ellas sus hijos.
Cuando joven, el cantante Carlos Vives y sus compañeros de estudio en el Colegio San Luis Beltrán de Santa Marta, les gustaba amenizar la semana cultural con la complicidad del toque de la tambora de carrucha, que gustaba mucho a la comunidad franciscana.
Hoy, gracias a esas contribuciones y cada vez mayor reconocimiento, la tambora samaria se va posicionando a nivel internacional y constituye un ingrediente infaltable en las fiestas, es admirada por propios y extraños que la contratan de forma permanente y con ello se gana la platica, que tanta falta hace, incentiva y atrae a un mayor número de jóvenes a incursionar en la práctica de este ritmo melodioso.
ESCUELA “CARRUCHA”, PARA LA ENSEÑANZA DE LOS GOLPES DE LA TAMBORA SAMARIA
Carrucha reconoce que viene trabajando en varios colegios, donde siempre arma un grupo de niños, que en la actualidad todos son tocadores de tambora, pero a pesar de estos esfuerzos es consciente que estas acciones aisladas no son suficientes para contribuir a mantener el folclor samario de la tambora y está siempre dispuesto a hacer más, como el de enseñar sin lucro a todo el que venga a su casa ubicada al pie del cerro del barrio El Cundí, a pedir que le enseñen a tocar alguno de los instrumentos básicos de la tambora.
ES PERENTORIO MANTENER EL LEGADO Y PROYECTAR EN LA ESCALA GLOBAL LA TAMBORA DE SANTA MARTA
En la actualidad el toque de tambora le da identidad a la música, de nivel internacional, que hace el grupo de la provincia de Carlos Vives y gracias a ese y muchos otros reconocimientos, la tambora constituye un ingrediente imprescindible e insustituible para amenizar cualquier fiesta. Cada vez es más frecuente y permanente, su contratación para amenizar bailes y reuniones de trabajo, en épocas distintas al carnaval, donde ya es la reina que manda la parada y con ello además de la diversión, se gana la platica que incentiva cada vez más a los jóvenes a incursionar en este ritmo mágico.
La gobernación, la alcaldía en alianza con la empresa privada deben participar de manera más activa para promover en la escala global la manifestación intangible de la tambora. En ese orden es pertinente diseñar una estrategia que permita el montaje de escuelas en los barrios de la ciudad, donde se enseñe a los pelaos a tocar, que de seguro contará con la valiosa participación de los gestores culturales de mayor renombre en calidad de profesores, que como Carrucha, estarán siempre dispuestos a impartir y enseñar a los jóvenes de los barrios de la Ciudad, ese patrimonio intangible musical, que constituye la tambora samaria.
“CARRUCHA Y COLÓN” SOCIOS ESTRATÉGICOS DE UNA EMPRESA MUSICAL
Como toda empresa que se respete Carrucha desde hace más de 50 años viene trabajando con un socio fundador, el señor Arnoldo Enrique Vergara García, popularmente conocido en el mundo de la música como “Colón”, nombre vulgar de un ave, cuyo nombre científico es Piaya callana, la cual capturaba con facilidad gracias su habilidad y certera puntería en el manejo de la honda ó caucheras, apodo que lo acompaña desde que era un “pelao”. Esa unión se consolidó en los años 90, cuando integraban la tambora que acompañaba a las conocidas Danzas Folklóricas de la Universidad del Magdalena, que tuvieron tanto renombre nacional e internacional, bajo la dirección del folklorista Dagoberto Acosta, oriundo de la ciudad de Ciénaga.
La gran experiencia musical adquirida por el popular “Colón” en la Orquesta Los Delfines, durante los años 60, dirigida en ese entonces por Arnoldo Vergara García y Oscar Jacking, le permitió introducir algunas innovaciones en el sonido de la tambora, que contaron con la complicidad de los compañeros integrantes del grupo Eduardo Lázaro “clarinetista” y Luis Camargo ”Saxofonista” más conocido como ”Lucho Sopa”, como respuesta a la necesidad de darle un toque más universal a las danzas de la Universidad para poder interpretar en sus giras nacionales e internacionales, los principales aires del folklore nacional andino, llanero, pacífico y del caribe.
A ciencia cierta, si bien no se precisa de dónde ó a quién se le debe o reconoce ser el autor del toque del “pitánpitán” exclusivo de la tambora samaria, la innovación introducida en esa época a las danzas de la Universidad contribuyo a fortalecer, no dejar morir y hacer más reconocida el famoso toque del pitanpitán, que tanta fama internacional le ha dado Carlos Vives con su grupo la Provincia.
El popular “Colón” se define como un tipo curioso, innovador, de ideas creativas, pero también hacedor de equipos de sonido con el formato de una tambora. También es reconocido en Santa Marta por los montajes que hace en la terraza de su casa, ubicada en el sector del Pueblito, de parodias y motivos alusivos al carnaval, a las fiestas decembrinas y hasta la semana santa, que son reconocidas por propios y extraños y divulgadas por el canal regional Telecaribe y los canales de televisión local de Santa Marta.
Pero las innovaciones hechas por Colón a la música de tambora no terminan con la introducción de los pitos, también se reconoce como el que cambió el sistema de los tambores afinados con “cuñas de madera” por los tambores “mecánicos”, adaptados con tensores y roscas de acero, que permiten llegar a una más rápida y fácil afinación de los sonidos.
Después de su separación del grupo de Danzas de la Universidad del Magdalena, procedieron a constituir varias tamboras, entre las cuales se recuerda la tambora llamada “La Espectacular”, seguida por la tambora conocida como “La Tromba Samaria” de grata recordación en el Estadio Eduardo Santos durante los partidos del Unión Magdalena, son los antecedentes de la tambora que finalmente hoy todos conocemos con el nombre de la tambora de “Carrucha & Colón”, patrimonio cultural musical de la ciudad de Santa Marta para el mundo.


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