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Crónica

Béisbol: pasado, presente… ¿y el futuro?

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Por: William Gómez 

Santa Marta, tierra de encantos urbanos y rurales, bellezas naturales y dueña de una rica historia nacional que la erigen como patrimonio de Colombia, cuna del majestuoso páramo de La Sierra Nevada o el imponente Morro- guardián de la Bahía de los samarios –o el lugar donde exhaló su último suspiro «Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar de la Concepción y Ponte Palacios y Blanco»,- más conocido históricamente como Simón Bolívar-.

Pero hay más consideraciones legales para destacar en el ámbito nacional a la “Perla de América”: El barrio Pescaito, la cancha de La Castellana- gran símbolo del balompié colombiano –y, en ese orden se suman las constelaciones de estrellas del balompié nacional. Alfredo Arango, Anthony “pipa” de Ávila, Jorge Bolaño, y los más recientes Radamel Falcao García, el encopetado y más grande de todos Carlos Alberto el “pibe” Valderrama. Hasta ahí todo bien. Todo bien.

Pero siguen más personajes. Y de peso. Como los anteriormente nombrados, que flamearon en el horizonte los colores azul y rojo de la bandera del Magdalena. Me refiero a los beisbolistas samarios con los cuales la historia del deporte del Magdalena y de Santa Marta ha sido esquiva, egoísta y mezquina

El departamento del Magdalena en todo su historial de la pelota caliente ha cosechado significativos e importantes triunfos. Corrían los años 60 cuando nuestra región obtuvo varios subcampeonatos nacionales y se dio el lujo de quitarle a Bolívar un Campeonato Nacional, conquistando el título nacional en forma invicta. ¡Magdalena campeón frente a los fuertes toleteros de Bolívar!

Esta hazaña fue en el Nacional de Barrancabermeja en 1958. Lastimosamente el título se perdió al año siguiente en Santa Marta. Los héroes fueron Armando “pipa” de Ávila, Guillermo Oliveros, Will Montes (q,e,p.d), Juanito “el zurdo de oro” Guerrero, Alberto Miranda (q.e.p.d), José Tapias, Catano Acosta, El “chino” Gutiérrez, Abel Pernett, “cascarita” García, Tomas Moreno- bolivarense, figura en su tierra y formado en este deporte en Santa Marta y otros más que son merecedores de nuestros reconocimientos y simpatías.

LA BRILLANTE GENERACIÓN DE LA ÉPOCA

Un puñado de dirigentes de la época se prestó para que el Magdalena volviera a figurar nacionalmente. El reto lo encararon José María Romero Gnecco, Pedro Ramírez Lozano, Luis Acosta, Rafael Cadavid Rubio, Luis Guillermo Burgos y Ramón Acosta que no fueron inferiores a la oportunidad que los acompañó de posicionar al “rey de los deportes” en estas tierras. Estos dirigentes merecen un sitial de honor por la lucha que libraron en los escritorios cuya labor fue apoyada en los diamantes nacionales por Armando “pipita” de Avila- un lanzador bolivarense, que llegó a estas tierras jugando con el team de los Tigres de Arenal, una de las mejores novenas de Bolívar y quien decidió echar raíces en este suelo – Miguel “el loco” Martínez, Dorismel Pacheco, Juan Guerrero, Cristóbal Rojas, Delio Pardo; Nellit Agudelo, Pablo Garay, Ovelio Fernández Pedro Pardo, Manuel Palma y más tarde su hijo Domingo Palma, toda una promesa de las serpentinas eran entre otros, los llamados a respaldar y apoyar la quijotesca labor de sus dirigentes.

Y lo consiguieron. Magdalena se tituló Subcampeón Nacional en la heroica. Esta hazaña se considera como el pasado del “rey de los deportes” en Santa Marta. OPINIÓN CARIBE compartió con ellos en una soleada tarde en el populoso Pescaito. Eran las 3 de una tarde cargada de fuerte brisa. Se reunieron los hermanos Delio y Pedro Pablo Pardo, Armando “pipita” De Ávila- progenitor de Anthony “pipa” de Ávila quien prefirió ponerse los guayos en vez de las manillas contrariando el deseo de su padre.

Fue una linda tarde. Hubo risas. Recuerdos pasados. Lágrimas. Derrotas y empates inexplicables. Como el 4 x 4 entre Magdalena y Atlántico, partido que hubo que suspender ya que eran las 6 de la tarde y oficialmente los partidos se suspendían- por reglamento- a esa hora sin importar el resultado.

“Pipa”De Ávila se pone de pie., yergue sus 150 centímetros de estatura y con escurridizas lagrimas recuerda el desenlace del partido, “Íbamos ganándole al equipo de ‘pájaro” Guzmán, Teófilo Gutiérrez, Milciades Mejía. Tremendo equipo ese de Atlántico. Los teníamos comiendo en la mano. Le ganábamos prácticamente a la selección Colombia. El béisbol que se jugaba en ese entonces era más técnico y de mejor calidad que el que se juega en los campeonatos profesionales de Barranquilla, Cartagena y Montería”, recuerda el ex astro del béisbol

Como impulsado por un resorte se pone de pie. Imagina un movimiento sobre el montículo. Levanta los brazos y con ellos levanta el pie derecho. Está sobre el montículo. Meciéndose como lo hizo 46 años atrás. Esta emocionado. Se limpia las lágrimas que resbalan por sus ojos. Y sin perder un detalle de lo que vivió 46 años atrás, en el Rafael Hernández Pardo, detalla sus recuerdos “le ganábamos 4 x 2 al Atlántico. Estábamos seguros del triunfo. Iban dos outs y el turno era para Milciades Mejía, tercera base del equipo “ñero”, era consciente que enfrentaba en ese momento al mejor pelotero del país. Inteligente. Bueno a la ofensiva y a la defensiva. Milciades era un colocador de batazos. Había que picharle “delgadito”. Muy fino. La cuenta estaba en dos bolas y dos strikes. Miré para todas partes haciéndole señas a mi infield, mi pensamiento estaba en el bateador. Lo miré a los ojos. Le lancé una curva. Milciades Mejía la “pescó” antes de que cayera. Mi short stop- Edgar Fernández- se movió a la segunda pensando que por allí saldría el batazo de Milciades. Pero no fue así. Milciades bateó por el boquete que quedó entre la terca base y el paracorto. Haló el bate para ese espacio libre. Fue muy inteligente. Empujó dos carreras y por reglamento- como eran las 6 de la tarde- el umpire decretó el final del partido”, relata “Pipita” de Ávila ex pelotero cartagenero radicado en Santa Marta próximo a cumplir 80 años.

LA HAZAÑA MÁS GRANDE EN EL BÉISBOL SAMARIO

Con el respeto de los eruditos samarios de la pelota caliente, a nuestro juicio la proeza más grande del rey de los deportes lo constituyen la familia Pardo Rivas cuyos miembros son peloteros.

Se destacan los Pardo Rivas, los Fernández Pardo, los Suarez Pardo, los Pardo Sánchez, los Pardo García, entre otros, que conformaban una constelación de estrellas que honraron a la pelota caliente de Santa Marta. Hoy se recuerda con nostalgia y cariño al “mulo de Manhattan”, quien se erigió como el jugador más valioso del Campeonato Nacional de Mayores de Antioquia del 80 donde Magdalena obtuvo el subcampeonato nacional “de mayores”.

Delio Pardo Rivas bautizado como el “mulo de Manhattan”, por el periodista Joaquín Sierra Silva (q.e.p.d) se constituyó en el jugador más valioso de torneo el cual terminó jugando con una pierna ya que sufrió un desgarro en su pierna derecha. Y así terminó el campeonato mostrando pundonor, coraje y amor por los colores de terruño. Ese era el tipo de pelota caliente que se jugaba en Santa Marta. Esa era el beisbol de la época. Calidad. Técnica. Pundonor.

De allí que se diga con orgullo de que ese béisbol no tenía nada que envidiarle al béisbol profesional de Colombia. Hoy decimos a los Ovelio Fernández Pardo, Edgar Fernández Pardo. Delio Pardo, Pello Pardo, Domingo Palma, Manuel Palma, Dorismel Pacheco, Armando de Ávila, Juan Guerrero, “loco” Martínez Ávila, entre otros, muchas gracias por su entrega y por los honores entregados a nuestro Departamento. Al decirle gracias nos quitamos la gorra y nos inclinamos ante ellos.

¿Y EL FUTURO?

Al mirar las fotos logradas con el Drone de Opinión Caribe por el reportero gráfico José López, se llega a la conclusión que el futuro del béisbol samario es incierto y que está tal y como se aprecia en las gráficas: Desolación, destrucción y nido de drogadictos.

La foto panorámica del terreno de juego del estadio Rafael Hernández Pardo contrastan con el esplendor de épocas pasadas y las partes internas del mismo dejan mucho que desear. Pero no podemos decir que ese es el panorama de la pelota caliente samaria. Hay mística, entrega y deseos de recuperar el prestigio del béisbol local y en ese empeño trabajan con denuedo los actuales dirigentes de este deporte.

El domingo 13 de este mes la Liga Departamental puso en marcha un torneo infantil en homenaje a uno de los grandes de Colombia. Will Rodríguez “la charrúa” lanzó la primera pelota en un campeonato local que se juega en su honor en señal de recorrer los caminos por donde transitó el béisbol de antaño.

Habrá que esperar para recoger los frutos de esta naciente siembra. Buena suerte y buena mar para los futuros campeones de la pelota caliente y éxitos a sus dirigentes.

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