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Denuncias

La odisea del sistema carcelario

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Con ejemplos de vida y comprometidos con el cambio, los internos de la cárcel ‘Rodrigo de Bastidas’ piden una verdadera resocialización por parte de la justicia colombiana e inclusión en la misma sociedad. En Santa Marta y en el resto del país, contrario al artículo cuarto de la Ley 1709 de 2014, se evidencian las fallas presentadas en el sistema carcelario con respecto a una estancia digna, prestaciones sociales y donde prevalezcan las garantías constitucionales y los derechos humanos universalmente reconocidos de los cautivos, además de prohibir toda forma de violencia psíquica, física o moral.

Si bien la Ley 1709 de 2014, provee garantías para que predominen los Derechos Humanos para las personas que hacen parte de los centros penitenciarios del país; aún son evidentes las innumerables fallas dentro del sistema carcelario, que el Estado colombiano no ha podido erradicar mediante una política criminal debidamente estructurada.

Cabe resaltar, que las diversas problemáticas se muestran desde el hacinamiento en las prisiones del país, por causa de una planta física inadecuada, prestación de servicios públicos básicos como la de agua potable, para el uso del servicio sanitario y el baño diario, acceso a todos los servicios del sistema general de salud, que integra la prevención, diagnóstico temprano y tratamiento adecuado de todas las patologías físicas o mentales; la adecuación de la infraestructura de las Unidades de Atención Primaria y de Atención Inicial de Urgencias en cada establecimiento carcelario, establecidos en los artículos 34, 104 y 105, respectivamente, de la mencionada Ley.

De igual forma, la resocialización en la política criminal de Colombia es un fracaso, teniendo en cuenta que no se cumple con los objetivos para la inclusión adecuada de quienes están por finalizar el pago de sus penas y teniendo en cuenta, que, durante los años de reclusión, en muchos centros carcelarios, como el caso de la cárcel ‘Rodrigo de Bastidas’ de Santa Marta, se trabaja arduamente por un cambio de convicción y de proceder, bajo la búsqueda de la paz social.

Al respecto, el director de la cárcel ‘Rodrigo de Bastidas’ de Santa Marta, Segundo Noé Saavedra Guerrero, afirmó, que todas las personas que integran la penitenciaria de la ciudad, incluyendo internos y funcionarios, los une un vínculo especial, que los convierte en una familia, que trabaja bajo los lineamientos de Dios y del servicio hacia los demás.

A través de ‘Un Grito Tras Las Rejas’, revista fue lanzada el pasado viernes 15 de abril, se pretende mostrar el propósito de los convictos de enmendar y rectificar los errores cometidos, y que la sociedad que un día los señaló, pueda acogerlos como seres transformados y de paz y para que tengan la oportunidad de demostrar su cambio y ser aceptados al salir.

“Dentro del establecimiento carcelario en Santa Marta tenemos como propósito guiar a todas las personas a buscar un norte y reinsertarlas en la sociedad. Pero todo ese esfuerzo se pierde cuando el convicto cumple condena y recobra la libertad, no encuentra un lugar dentro de la sociedad para salir adelante, así que para sobrevivir comete actos en contra de la ley, que lo devuelven al lugar de donde salió, aún sin querer hacerlo”, aseguró el Director.

UNA VERDADERA POLÍTICA SOCIAL

Son varios los cuestionamientos que, tanto el Director de la cárcel ‘Rodrigo de Bastidas’ como los reclusos, se hacen con respecto al sistema carcelario en Colombia.

“Hoy no existe una verdadera política social con la cual el Estado asuma la responsabilidad de la resocialización. La sociedad debe comprender que dentro de la cárcel hay seres humanos que han demostrado un real arrepentimiento, que tienen valores ocultos por los cuales trabajan día a día. Por eso, nosotros con esta revista pretendemos que la sociedad conozca sus inquietudes, escuche sus voces, esos gritos detrás de las rejas, pidiendo ser aceptados”, afirmó el Director del centro penitenciario.

Si bien todos los reclusos han sido condenados por delinquir de diversas maneras, también es cierto que regresarán en algún momento al seno de la sociedad colombiana. Son años en los que pasan dificultades como se ilustró en la edición 126 de OPINIÓN CARIBE, en la cual se denunció la propagación de tuberculosis entre los internos, problemas con el insumo y suministro de medicamentos, y el gran hacinamiento, porque en Santa Marta es del 480 %, con mil seiscientos reclusos, cuando su capacidad es de 350.

EL CAMBIO A TRAVÉS DE LA FE

Dentro del proceso de resocialización se incluye una compenetración espiritual con Dios a través de la fe. De eso se ha encargado el reo Jimmy Zapata, pastor evangelista, quien dirige la nueva revista de la Cárcel con el respaldo del director, Segundo Noé Saavedra, el pastor Armando Cantillo, y demás personal administrativo. Juntos promueven un presente lleno de esperanza y de fe, para que haya verdadero arrepentimiento y puedan darle así, un nuevo giro a sus vidas.

“Me he sentado con los internos, quienes presentan problemas de convivencia y les he escuchado sus historias de infancia, en donde nunca nadie les indicó el buen camino y terminaron creciendo sin valores o respeto. Lo importante es que hoy les quede esa semilla de buscar el bien y su salvación, sin importar si es en la iglesia católica o en la pentecostal, pero que encuentren a Dios y esto es lo que se pretende hacer acá en la cárcel, facilitarles ese cambio y la búsqueda de la paz”, señaló Segundo Noé Saavedra.

PALABRAS DE UN RECLUSO

En declaraciones a OPINION CARIBE, Jimmy Zapata Salinas, uno de los internos de la penitenciaría y quien se desempeña como pastor evangelista y además dirige la Revista de la Cárcel, confirmó el vínculo fraternal que tiene con Segundo Noé Saavedra, “si hay algo que es reconocido en el señor Director es su honestidad y calidad humana impresionante. Hubo un tiempo en mi vida que llegué a odiarlo, cuando lo veía era como si viera un enemigo, pero hoy el escenario es totalmente diferente. Dios sabe cómo y cuándo hace las cosas y nos ha dado la oportunidad de compartir, además de darme cuenta que una de las grandes cosas que tiene es la calidad humana y vocación de servir. Lo que hemos avanzado es porque Dios ha puesto a esta persona ahí”.

CONTRA EL TRASLADO DE LA CÁRCEL

Rechazo y preocupación ha generado en los directivos del centro penitenciario, reclusos y de sus familiares, el futuro traslado del establecimiento de reclusión hacia el municipio de Sabanas de San Ángel, con el fin de solucionar el problema de hacinamiento que se vive en la cárcel ‘Rodrigo de Bastidas’.

Este nuevo centro tendrá una capacidad para tres mil internos y una proyección de quinientos más, por un valor aproximado de tres mil millones de pesos, ubicado en un lote de 185 hectáreas, donado por el gobierno anterior a cargo de Luis Miguel Cotes Habeych. Su construcción estará a cargo del Ministerio de Justicia, obra proyectada para iniciarla en el segundo semestre de este año y finalizarla en el 2018.

Para el director Segundo Noé Saavedra es una equivocación trasladar las instalaciones carcelarias de Santa Marta a un lugar tan inhóspito, en donde no hay establecimientos de salud ni juzgados especializados, “si nosotros tenemos dificultades para cumplir con las remisiones desde la misma ciudad, no me quiero imaginar cómo sería desde San Ángel”, puntualizó.

También afirmó, que la ciudad no se puede quedar sin establecimiento carcelario, “he ido siete veces al sitio donde va a quedar, son tres horas de ida y tres de vuelta en una carretera recién arreglada para el tránsito de camiones, sobre todo, de empresas privadas, pero no me quiero imaginar esos diez kilómetros con lluvias, porque me cuentan que las carreteras se inundan y comienzan a hundirse”, agregó.

OPINIÓN CARIBE, en su edición 126, evidenció el descontento por parte de los reclusos por el traslado de la cárcel, porque para su resocialización es indispensable la unidad familiar y con el complejo carcelario en un terreno árido que, además, está fuera de la jurisdicción de Santa Marta, va a imposibilitar las visitas constantes de sus hijos, esposas, madres y allegados.

De igual manera, afirmó Jimmy Zapata, recluso de la penitenciaria, que, esos terrenos nadie los quería adquirir porque no son productivos y por estar ubicados en un lugar árido y desértico, “la infraestructura para llevar el agua potable va a ser mayor que el valor de la construcción de la misma cárcel. No es un secreto el alto costo que hoy tiene el preciado líquido”.

ESTO DICEN EN SAN ÁNGEL

Un grupo de campesinos del municipio de Sabanas de San Ángel y sus veredas adyacentes, protestó por la ubicación de la megacárcel que se proyecta construir en inmediaciones de su población.

Freddy Mejía, representante de la fundación Fundess y líder de la manifestación, puntualizó, “no socializaron este proyecto y cuando esto no se hace, se construye de forma arbitraria, y lo cierto es que esta construcción traerá a la gente más peligrosa de la Región cerca de nuestros hogares”.

El representante de la comunidad dejó en claro, que “la droga está en las cárceles y las extorsiones también. Tenemos un 80% de llamadas diarias donde extorsionan a las personas, imagínense cuando tengamos la información directa. Esa droga que no entra aquí ¿dónde se va a quedar? En la casa de nuestros hijos, en nuestros barrios; por eso decimos, no a la megacárcel”, manifestó.

Mejía pidió, que, en vez de la cárcel, se construya un megacolegio, que permita una reparación simbólica con canchas de fútbol o casas de cultura. “Necesitamos vías y un parque biosaludable”, indicó.

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