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Análisis

 “¡Exigimos respeto, en Taganga no somos putas!”

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Desde la Sala de Redacción de OPINIÓN CARIBE, Cherline Matos, estudiante de último semestre de psicología y Paula Manigua, de séptimo semestre de Ingeniería Industrial, oriundas del corregimiento de Taganga, rechazan el estigma que se le ha dado a su pueblo respecto a los comentarios de que lo que prevalece en esa comunidad: drogas, rumba y prostitución.

Eduardo L. Cantillo: ¿Cómo les ha afectado a ustedes en su formación profesional que a nivel nacional se hable de Taganga como territorio de drogas, prostitución y rumba?

Charline Matos: En mi caso he tenido ese tipo de presión y juzgamiento al momento de decir que mi apellido es Matos. El primer comentario que hacen es decir que en Taganga la drogas se ve mucho por lo buena que es. Por otro lado, asocian el hecho de que por ser taganguera tenga todo tipo de relaciones con los extranjeros, situación que me afecta porque nunca he tenido contacto con ese tipo de vida.

En estos momentos hago mis prácticas profesionales y también tengo que aguantarme ese tipo de comentarios, que en realidad estoy cansada de escuchar. Y aunque nos ha tocado acostumbrarnos a oír esas cosas, no es bueno seguir aceptándolo, porque nos está afectando nuestro buen nombre.

Paula Manigua: Soy de Taganga y no soy puta, y como yo, somos muchas las mujeres, que, por desinformación, nos tachan nuestra imagen como pueblo ancestral. Estamos cansadas de que nos señalen por cosas que no hacemos, y omitan que Taganga tiene historia y cultura por contar.

E.C: Como referente de la juventud taganguera, ¿Quién es Charline Matos y Paula Manigua? ¿Y qué debe tener claro la sociedad cuando se relaciona con un joven de Taganga?

C.M: Soy una mujer amante del estudio, que, con sacrificio, curso décimo semestre de psicología en la Universidad del Magdalena, fui becada para ir a la Universidad Federal en Ciencias de la Salud en Puerto Alegre – Brasil, en donde cursé un semestre académico. Pertenezco al semillero de investigación de Psicología y Salud, allí desarrollamos proyectos para con las comunidades víctimas de la violencia, tal es el caso de las minas antipersonas. Desarrollo un conversatorio para identificar cuál es el papel de los profesionales de la Psicología en el posconflicto. En estos momentos llevo a cabo mis prácticas profesionales y con ellas aspiro a llegar a un puesto de trabajo con el que pueda ayudar a mi comunidad.

P.M: Empecé hace siete semestres a cursar la carrera de Ingeniería Industrial en la Universidad del Magdalena, al mismo tiempo que con el Sena, me gradué como administradora hotelera turística y gracias al interés que le tengo a mi formación profesional, mantengo la ‘Beca Taganga’ que me dio la Universidad con un promedio de 4.80. Participo en el programa Ayudando a las Instituciones del Magdalena, desde el cual los estudiantes de la Universidad brindamos ayuda a los alumnos de los grados décimo y once.

E.C: ¿Cómo podrían aplicar en Taganga los conocimientos adquiridos para cambiar el prestigio del corregimiento, y qué necesitan para lograrlo?

C.M: Tengo un proyecto para implementar cuando reciba mi título profesional que va enfocado a la comunidad, se trata de participación, organización y empoderamiento de los tagangueros. Saber quiénes son los líderes y trabajar mancomunadamente. Necesitamos capacitaciones para las madres cabeza de familia y mostrarles los beneficios que tenemos por ser comunidad ancestral con respecto a planes de estudio profesional. Un aliado puede ser la participación del Sena y demás institutos que fortalezcan en nuestros niños su talento.

P.M: Para demostrar que Taganga no es como la ‘venden’ tenemos que proyectar una juventud más capacitada y con ello no damos pie a que nos juzguen como comunidad ligada a las drogas y al sexo. Debemos recuperar desde la casa nuestras creencias y costumbres para que no nos dejemos influir por otras culturas que llegan al Corregimiento y lo van a seguir haciendo.

C.M: Los tagangueros deben ser fortalecidos sobre temas turísticos, para que seamos nosotros quienes estemos a cargo del crecimiento del mismo en el pueblo.

E.C: ¿Qué deben hacer los estudiantes del Corregimiento para lograr los beneficios universitarios que ustedes hoy aprovechan?

P.M: Una vez terminado el bachillerato, podemos acceder a una beca que nos otorga la Universidad del Magdalena; existen unos requisitos que debemos presentar para participar y no desperdiciar esta oportunidad. Es fundamental ser raizal o ser hijo de taganguero. Sin embargo, como cualquier otro joven de la ciudad, se debe presentar el examen de admisión y aprobarlo, sea cual sea la carrera. Cuando esto sucede, se dirige a la Junta de Acción Comunal para que esta, por medio de una carta dirigida a la Universidad, solicite el descuento por ser raizal, hijo de pescador o demostrar que su familia se dedica a la pesca.

E.C: ¿Qué cubre la beca?

P.M: El noventa por ciento de la matrícula, siempre que se mantenga un promedio académico superior a los 3.50 puntos, sin perder materias. Este es un convenio que se dio gracias al apoyo de la comunidad de Taganga para la construcción del centro de Ingeniería Pesquera.

E.C: ¿Qué relación tiene este proyecto de Ingeniería Pesquera con la comunidad?

C.M: La planta piloto de Ingeniería Pesquera es muy importante para todos los tagangueros, teniendo en cuenta que la economía principal del pueblo sigue siendo la pesca. El vínculo entre estudiantes y pescadores nos deja conocimientos que quizá nuestros padres no sabían con respecto a la vida marina.

E.C: ¿Qué cierto es que el taganguero se cierra a las ayudas provenientes del Distrito y demás entes?

P.M: No es que el taganguero se cierre, lo que pasa es que en reiteradas ocasiones llegan, prometen, prometen y prometen y nunca cumplen. Por ejemplo, las obras del centro de salud, las cuales debían estar listas en diciembre de 2015, es la hora y no se han terminado. Es el recelo que tenemos sobre supuestas ayudas, las cuales nunca quedan en nada.

C.M: No se toman el trabajo de conocer las necesidades verdaderas del Corregimiento, quieren tomar decisiones sin consultárselas a la comunidad, eso no es democrático.

E.C: ¿Por qué el taganguero cede su espacio a los extranjeros? ¿Qué hay detrás de eso?

P.M: El taganguero ha perdido el valor de su cultura y para nadie es un secreto que la economía del pueblo está basada en el turismo. Aquí llega el extranjero, propone dinero y el taganguero, en vista de sus necesidades, cede.

C.M: Ven en ese dinero la oportunidad de vivir mejor y mudarse del Corregimiento dejando atrás el arraigo cultural, que durante años forjaron nuestros ancestros.

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