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Análisis

La decisión final es de los colombianos: Roy Barreras

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Si bien la firma del acuerdo final pactado en La Habana entre el Gobierno Nacional y las Farc será el próximo 26 de septiembre en la ciudad de Cartagena, desde el pasado 29 de agosto se dio un paso al fin de 52 años de conflicto interno, con el cese bilateral y definitivo del fuego, aún falta un paso fundamental: la decisión de los colombianos de aprobar o no lo acordado, mediante el plebiscito, que tendrá lugar el domingo 2 de octubre.

Por Laura Vélez Vargas

El pasado jueves 8 de septiembre, el senador y miembro de la delegación del Gobierno en la mesa de negociación con las Farc en Cuba, Roy Barreras, asistió al Congreso Nacional de Concejales por la Paz Territorial, realizado en Santa Marta. Dijo, que las guerrillas lo único que han dejado es muerte y más de ocho millones de colombianos desplazados por un conflicto interno donde “todos somos culpables de alguna manera, unos más que otros, pero no hemos hecho suficiente para detener esta guerra”.

Advirtió, que el dos de octubre con un voto “simple, pacífico y libre” los colombianos podrán acabar con las Farc como organización guerrillera con una decisión democrática, “hay dos maneras de acabar con una ‘guerra de baja intensidad’ como se le llama a las ofensivas guerrilleras: o aniquilar al enemigo y matar al último combatiente, a lo que Colombia le ha apostado por bastante tiempo, y causó masacres y el gasto de mucho dinero, o que, por primera vez en la historia colombiana, se vote por el fin de un conflicto interno y por salvar miles de vidas”, afirmó el senador.

Según Roy Barreras, el país ha gastado 27 billones de pesos anuales en la guerra. Agregó, que “con 7 días de conflicto interno pagamos lo que vale todo el proceso de paz y la reconciliación de los guerrilleros, y llevamos 52 años”.

“SI GANA EL NO, SEGUIMOS EN GUERRA”

El Senador le aseguró a este medio, que el acuerdo final fue estudiado con mucho cuidado y que no es cierto que se pueda renegociar y perfeccionar prontamente si gana el No al plebiscito, “lo que ocurriría es que seguiríamos en lo que hemos estado hace más de 50 años, en la guerra. Si los colombianos votan Sí, desarman a las Farc, porque los guerrilleros no van a ir a las zonas de concentración y no van a ir a entregar sus fusiles para siempre, para que al final les digan que no hay acuerdo”.

Aseveró, que es importante que los empresarios, ganaderos, bananeros, comerciantes, entre otros, sepan que se les ha mentido, “los han asustado, les han dicho que hay un tribunal de las Farc que van a juzgarlos y a meterlos en la cárcel para acabar con el sector privado e instalar un comunismo, pero lo cierto es que, en el sistema de justicia transicional la mayoría de personas que se ganan la vida decentemente, han sido víctimas de extorsión y chantaje, por tanto, han tenido que pagar peajes a los grupos subversivos para funcionar en el conflicto.

Esos funcionarios pueden estar tranquilos porque son víctimas, y si alguien los señala de haber pagado una extorsión o una coacción, no van a tener ninguna sindicación, por lo contrario, deberán recibir la reparación de la verdad para su caso”, reiteró el funcionario.

Además, que aquellos que han sido actores directos en el proceso de paz, quienes se llaman determinantes de crímenes graves o de lesa humanidad, tendrán una solución jurídica acorde con las soluciones del conflicto, “son una minoría absoluta, pero puede haber alguien que decidió con su dinero contratar a un grupo para ir a generar una masacre y quedarse con las tierras, sin embargo, mediante los Tribunales de Justicia y Paz, tendrán una pena alternativa. Por ejemplo, mientras en la justicia penal ordinaria tendrían que pagar 40 o 50 años de cárcel, en el tribunal especial para la solución el conflicto, van a tener una pena máxima de 20 años de prisión, para el que no diga la verdad”.

JURISDICCIÓN ESPECIAL PARA LA PAZ

La Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, es el componente judicial del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición acordado entre el Gobierno y las Farc, que estará conformado por un tribunal (24 magistrados, 20 nacionales y 4 extranjeros) y cuatro salas, cada una de seis magistrados, todos con rango de magistrados de la Corte Suprema.

El senador Barreras certificó, que hay cinco entidades que se encargarán del escogimiento de los magistrados (el Papa, el Secretario General de la ONU, la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, el Centro Internacional de Justicia Transicional de Colombia y la Comisión Permanente del Sistema Universitario del Estado) y que la justicia transicional es la que resolverá cada situación específica.

“Hay dos artículos que ojalá leyeran los empresarios: el 48 y el 51 del sistema de Justicia Penal Especial, literal ‘E’. Aquí se dice claramente que, la persona que sea mencionada en un proceso, puede presentarse voluntariamente al sistema de justicia transicional, de manera que es mentira que estén obligados a ir.

Por ejemplo, si un vecino, un guerrillero o quien sea dice que usted lo financió, está en toda la libertad de aducir que es falso, pero dan la posibilidad de ir voluntariamente y decir sí señor, yo fui víctima de extorsión y ahí se acabó su problema o si de verdad financió ese crimen de guerra, reconoce la responsabilidad para que la justicia transicional decida su sentencia”, expresó el Senador.

Además, le hizo un llamado al grupo guerrillero del ELN para que no deje pasar la oportunidad de la paz y decida liberar de una vez a los secuestrados, “deben darle un gesto de confianza a los colombianos para que se pueda instalar esa mesa. Tienen la oportunidad de dejar para siempre la violencia y convertirse en constructores de paz y darle sentido a su propia lucha en vez de terminar bajo una bomba, porque como es obvio, si el ELN se mantiene como una guerrilla de 3 mil hombres, todo el poder del Estado tiene que ir detrás de ellos, lo que causaría cientos de muertes”.

Y, aunque está consciente de que Colombia tiene otros problemas como la delincuencia común, las bandas criminales, el narcotráfico, la corrupción, la pobreza, también asegura, que tiene el problema de la guerrilla más grande y antigua de América Latina y la solución se encuentra muy cerca, “no lograr el acuerdo por tener más grupos insurgentes es como si tuviera una enfermedad grave, pero pido que no me la curen porque tengo otras tres. Eso es absurdo”.

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