Entrevistas
“¡Exigimos respeto, en Taganga no somos putas!”

Desde la sala de redacción Charline Matos, estudiante de último semestre de Psicología y Paula Manigua, de séptimo semestre de Ingeniería Industrial, nacidas en el corregimiento de Taganga, rechazan el estigma con el que se ha señalado a su pueblo: droga, rumba y prostitución.
Opinión Caribe: ¿Cómo les ha afectado a ustedes en su formación profesional que a nivel nacional se hable de Taganga como territorio de droga, prostitución y rumba?
Charline Matos: En mi caso, he tenido cierta presión y un sentimiento de que soy juzgada al momento de decir que mi apellido es Matos. El primer comentario que hacen es que en Taganga la droga se ve mucho por lo buena que es. Por otro lado, asocian el hecho de que ser taganguera es sinónimo de relaciones con los extranjeros, situación que me afecta, porque nunca he tenido cercanías con ese tipo de vida.
En estos momentos en que realizo mis prácticas profesionales, debo aguantarme ese tipo de comentarios, en realidad estoy cansada de escucharlo. Y aunque nos hemos acostumbrado a oírlos, no es bueno seguir aceptándolo, porque nos está afectando nuestro buen nombre.
Paula Manigua: Soy de Taganga y no soy puta, y como yo, somos muchas las mujeres que por desinformación nos han manchado nuestra imagen como pueblo ancestral. Estamos cansadas de que nos señalen por cosas que no hacemos, y omitan que Taganga tiene historia y cultura por contar.
O.C: Como referentes de la juventud taganguera, ¿quiénes son Charline Matos y Paula Manigua? ¿Qué debe tener claro la sociedad cuando se relaciona con un joven de Taganga?
C.M: Soy una mujer amante del estudio, que con mucho sacrificio curso décimo semestre de Psicología en la Universidad del Magdalena, fui becada para ir a la Universidad Federal en Ciencias de la Salud en Puerto Alegre – Brasil, en donde cursé un semestre académico. Pertenezco al semillero de investigación de Psicología y Salud, desde allí desarrollamos proyectos para las comunidades víctimas de la violencia, como es el caso de las minas antipersonas. Llevamos a cabo conversatorios para identificar cuál es el papel de los profesionales de la Psicología en el posconflicto. En estos momentos, hago mis prácticas profesionales y con ellas aspiro a ocupar un puesto de trabajo que ayude a mi comunidad.
P.M: Empecé hace siete semestres a cursar la carrera de Ingeniería Industrial en la Universidad del Magdalena, al mismo tiempo en conjunto con el Sena, me gradué como administradora hotelera turística y gracias al interés que le tengo a mi formación profesional mantengo la ‘Beca Taganga’ que me dio la Universidad con un promedio de 4.80. Participo en el programa Ayudando a las Instituciones del Magdalena, a través del cual las estudiantes de la Universidad brindamos apoyo a los grados décimo y once.
O.C: ¿Cómo podrían aplicar en Taganga los conocimientos adquiridos para cambiar el prestigio del corregimiento? ¿Qué necesitan para lograrlo?
C.M: Tengo un proyecto para implementar cuando reciba mi título profesional enfocado a la comunidad, se trata de participación, organización y empoderamiento de los tagangueros. Saber quiénes son los líderes y trabajar en forma mancomunada. Necesitamos capacitaciones para las madres cabeza de familia y mostrarles los beneficios que tenemos por ser comunidad ancestral con respecto a planes de estudio profesional. Un aliado podría ser la participación del Sena y demás institutos para que formen a nuestros niños y fortalecerles sus talentos.
P.M: Para demostrar que Taganga no es como la venden, debemos proyectar a una juventud más preparada, para que nadie nos juzgue como comunidad ligada a la droga y al sexo. Debemos recuperar desde las casas nuestras creencias y costumbres para que no nos dejemos influir por otras culturas que han llegado al corregimiento y que van a seguir llegando.
C.M: Los tagangueros debemos fortalecernos sobre temas turísticos, para que seamos nosotros quienes estemos a cargo del desarrollo del pueblo.
O.C: ¿Qué deben hacer los estudiantes del corregimiento para obtener los beneficios universitarios que ustedes hoy disfrutan?
P.M: Una vez terminado el bachillerato, se puede acceder a una beca que otorga la Universidad del Magdalena: Los requisitos que se deben presentar para disfrutar este beneficio son: ser raizal o ser hijo de taganguero. Sin embargo, como cualquier otro joven de la ciudad, debe presentar el examen de admisión y aprobarlo, sea cual sea la carrera. Cuando esto sucede, se dirige a la Junta de Acción Comunal para que esta, por medio de una carta, remitida a la Universidad, solicite el descuento por ser raizal, hijo de pescador o demostrar que su familia se dedica a este oficio.
O.C: ¿Qué cubre la beca?
P.M: El noventa por ciento de la matrícula, siempre y cuando se mantenga el promedio académico superior a los 3.50 puntos sin perder materias. Este es un convenio que se dio gracias al espacio brindado por parte de la comunidad en el corregimiento para la construcción del centro de Ingeniería Pesquera.
O.C: ¿Qué relación tiene este proyecto de Ingeniería Pesquera con la comunidad?
C.M: La planta piloto de Ingeniería Pesquera es muy importante para todos los tagangueros, teniendo en cuenta que la economía principal del pueblo sigue siendo la pesca. El vínculo entre estudiantes y pescadores nos deja conocimientos que quizá nuestros padres no sabían con respecto a la vida marina.
O.C: ¿Qué tan cierto es que el taganguero se cierra a las ayudas provenientes ya sea del Distrito o demás entes?
P.M: No es que el taganguero se cierre, lo que pasa es que en muchas ocasiones llegan, prometen, prometen y prometen y nunca cumplen. Por ejemplo, las obras del centro de salud, las cuales debían estar listas en diciembre del año anterior, es la hora y no se ha culminado. Es el recelo que tenemos sobre supuestas ayudas, pero nunca quedan en nada.
C.M: No se toman el trabajo de conocer las necesidades verdaderas del corregimiento, quieren tomar decisiones sin consultárseles nada, eso no es democrático.
O.C: ¿Por qué el taganguero cede su espacio a los extranjeros? ¿Qué hay detrás de eso?
P.M: El habitante de Taganga ha perdido el valor de su cultura y para nadie es un secreto que la economía del pueblo está basada en el turismo, a donde llega el extranjero, propone dinero y taganguero, por sus necesidades, cede.
C.M: Ven en ese dinero la oportunidad de vivir mejor y mudarse del corregimiento dejando atrás su arraigo cultural, el cual durante años forjaron nuestros ancestros.

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