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Columnistas

Pelaron el cobre

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Por Cecilia López Montaño

Los resultados del plebiscito dejaron al desnudo muchas realidades nacionales. Algunas se sabían, aunque nadie se atrevía a mostrarlas crudamente, pero otras resultaron ser una gran sorpresa con visos muy negativos para los analistas, y sobre todo, para quienes ostentan el poder en todos los sectores. La verdad es que una vez se logre llegar al Acuerdo Final, lo que mostró la votación del 2 de octubre requiere no solo estudios serios sino la obligación de ser asimilada por toda la sociedad. Pero de sus líderes políticos lo que se requiere es un gran acto de contrición.

Comparar la votación del plebiscito en la Región Caribe con la de cualquier otra elección presidencial o para Congreso deja a muchos en evidencia. Y solo atribuirle esa diferencia al huracán Matthew es una exageración porque, si bien este fenómeno incidió en la Guajira, en Cartagena y en otros municipios, lo que pasó en la Costa no es más que la verdadera prueba de nuestra ‘maravillosa’ clase política, que está en mora de dar explicaciones.

Desde hace semanas se planteó la posibilidad de una altísima abstención y poco o ningún caso se hizo a esta advertencia. Pero dos hechos salen a la luz con absoluta claridad. A nuestra clase política le debemos esa cultura clientelista que existe en todo el país, pero que en el Caribe alcanza su máxima expresión. Se le enseñó a la mayoría de la gente que solo se vota por quien les pone transporte, les da almuerzo y les paga por su sufragio. Si no hay esto, no hay voto. Esa forma de concebir la participación en elecciones se las debemos a ustedes líderes políticos, y es por ustedes que, en la elección más importante de Colombia, la gente no votó porque «no mandaron los buses», porque a ustedes no les interesó una elección que no les traía beneficios personales.

Pero más grave aún es que fallaron en su deber como políticos porque eran los llamados a explicar la importancia del plebiscito a quienes tienen acostumbrados a que las votaciones son un negocio individual. No movieron un dedo. Su deber era hacer pedagogía sobre la trascendencia de este voto para el país. Son responsables de que miles o millones de personas no respondieran a su obligación como ciudadanos. Y así como la campaña del No es culpable de manipular votantes con mentiras, así mismo son ustedes culpables por no protegerlos de ellas. Los políticos que solo se mueven por intereses personales, le han hecho un daño irreparable a la democracia colombiana. Ustedes han impedido que millones de personas se conviertan en verdaderos ciudadanos con voz y voto para fortalecer ésta débil democracia. Con el plebiscito pelaron el cobre. Ojalá que ahora que se despierta el país, el pueblo que han usado para obtener su beneficio propio les pase la cuenta de cobro por lo que su egoísmo les acaba de quitar: su derecho a decidir si quieren o no, una Colombia en paz. Definitivamente pelaron el cobre.

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