Connect with us

Análisis

La realidad de la Sierra Nevada de Santa Marta, en los últimos 50 años perdió el 61 % de su área

Published

on

Si bien la Sierra Nevada de Santa Marta es la montaña litoral más alta del mundo a orillas del mar, que ofrece una diversidad altitudinal, gracias a que posee todos los pisos térmicos, es evidente el acelerado deshielo de sus zonas glaciares. No obstante, hace pocos días se volvieron virales unas fotografías tomadas por un guía turístico en las que se observa una posible recuperación, gracias a las lluvias que trajo consigo el coletazo del huracán Matthew, las cuales, paradójicamente dejaron a más de 22 mil familias damnificadas. OPINIÓN CARIBE conversó con el autor de las imágenes, con el asesor jurídico y líder de la comunidad indígena arhuaca y con algunos expertos, quienes hablaron sobre los aportes de los fenómenos naturales positivos o no a los años de deterioro de la cuna de las cuatro culturas ancestrales del país: koguis, wiwas, kankuamos y arhuacos.

“Quiero que los hijos de mis hijos vean la misma nieve que mis ojos vieron este 3 de octubre”, así lo expresó en la entrevista exclusiva que concedió a este medio Ronald Blanco, guía turístico profesional y quien capturó las imágenes de una Sierra Nevada visiblemente recuperada, con abundante nieve, y que le dieron la vuelta al país en pocas horas, pues fueron compartidas por la red social de facebook 11 mil 293 veces.

Dijo, que ese día en particular, se encontraba con un grupo de 15 holandeses, a quienes debía llevar al Parque Nacional Natural Tayrona, pero como estaba cerrado por motivos del huracán Matthew, que dos días antes había causado estragos en todo el departamento del Magdalena y había afectado a miles de familias, entre ellas la de Ronald, pues al buscar a su tío Gilberto en el municipio de Guacamayal, un día antes de su inolvidable excursión con los extranjeros, lo encontró en medio de estas inundaciones.

Ronald y el guía traductor debieron cambiar el plan a última hora y llevaron a los visitantes a Palomino, La Guajira, Tayronaka y el río Buritaca, “fue un paseo inolvidable porque, además, de caminatas ecoturísticas por el bosque y embarcaciones río abajo, que permitieron observar su unión con el mar, pudimos ver a la Sierra Nevada de Santa Marta, totalmente despejada y nevada. Las fotografías las tomé desde Palomino, algunas un poco más arriba, por la ruta a Seywiaka, asentamiento indígena”.

Y, aunque lo más alto que ha subido a la Sierra es a 3 mil 100 metros de altura, de los 5 mil 770 metros más cerca de las estrellas que posee su pico más alto, entre San Pedro, Cerro Kennedy y San Lorenzo, pues no son habituales dichos recorridos, porque requieren de un permiso especial por parte de los mamos, encargados de salvaguardar la Sierra Nevada de Santa Marta, dentro de sus habituales excursiones con turistas, que incluye el Parque Tayrona, Ciénaga, Aracataca, Zona Bananera, Santa Marta, es posible encontrarse con una vista hacia los nevados, si se hacen entre 6:00 y 8:30 de la mañana, algunas veces, como este caso, a las 9:00 a.m.

“Para los mamos, la montaña es sagrada. No la permiten escalar, a menos que sea para realizar una investigación y con un permiso especial, autorizados por ellos mismos. Yo, ofrezco recorridos para admirar los nevados y sentir temperaturas de hasta 8 grados en la Sierra, pero teniendo en cuenta el respeto hacia los indígenas y a la ‘madre tierra negra’, como ellos denominan a la Sierra Nevada de Santa Marta”, afirmó Ronald, quien desde el 2004 inició sus labores como guía turístico profesional para la agencia Turismerk.

Agregó, además, que espera que caiga nieve en la Sierra Nevada de Santa Marta durante los próximos meses y que, con las temperaturas frescas que se avecinan para este fin de año, entre 5 y 22 grados en promedio, pueda mantenerse.

Por otra parte, reiteró, la importancia de que el Gobierno y las entidades relacionadas con la preservación actúen para que esta nueva esperanza a la montaña más alta de Colombia, que ofreció el coletazo de un huracán, sirva para concienciar a las personas de que no se talen más árboles y no se invada la zona del páramo de la Sierra.

LOS GLACIARES INDICAN EL CAMBIO CLIMÁTICO

Para Jorge Luis Ceballos, glaciólogo y especialista en nevados del Ideam, lo único bueno que trajo consigo el huracán Matthew fueron las lluvias y el evidente nevado de la Sierra Nevada de Santa Marta, puesto que “el alimento de los glaciares es la nieve”, sin embargo, aseguró, que, en anteriores fenómenos naturales, como el de ‘La Niña’ de 2010, en donde hubo mucha lluvia, deslizamientos, también hubo nieve en los glaciares, pero solo le bastó una temporada seca para derretirse rápidamente.

“Desde el Ideam le realizamos un seguimiento periódico a todos los glaciares del país, ya sea en campo o a través de imágenes satelitales. En el caso de la Sierra Nevada de Santa Marta, al ser un resguardo indígena y siendo para ellos esta montaña un elemento sagrado, lo que hacemos es monitorearla desde el espacio a través de imágenes de satélite y miramos periódicamente como es la cobertura de nieve, su área, y verificamos la nieve reciente que haya caído, como en este caso, la cual observaremos para ver si se mantiene o no”, aseveró uno de los pocos, por no decir el único glaciólogo de Colombia.

Y es que para Jorge Luís la nieve es realmente importante para los glaciares, “porque, así como las personas necesitan del alimento diario para poder vivir, el glaciar necesita nieve y si esa nieve se mantiene, el glaciar también lo hace”.

Pero afirmó, que, según sus estimaciones y experiencia con estos casos, la caída de dicha nieve que se muestra en la fotografía de Ronald Blanco, podría ser de unas pocas decenas de centímetros, no de metros, muy superficial para mantenerse.

“Para que se mantenga esa nieve necesitamos que siga cayendo o que la temperatura sea por debajo de cero grados allá arriba. Pero se estima, que, para la próxima temporada seca, que es a finales de año, esa nieve podría derretirse, sin embargo, se le hará el seguimiento adecuado para saberlo con seguridad”.

TENDENCIAS DE LOS GLACIARES COLOMBIANOS

El Ideam no trabaja solo, sino que también se apoya con convenios de cooperación internacional que se dedican a observaciones y estudios de glaciares, “se aconseja que todos los países que tengan glaciares los observen porque con ellos podemos conocer cómo está el cambio climático. Colombia hace parte de estos países, por tanto, pertenecemos a redes internacionales de observación mundial y estamos continuamente aportando datos”.

Así mismo señaló, que Colombia cuenta con seis pequeños glaciares que se denominan ecuatoriales porque están cerca de la línea del Ecuador, “solo hay tres zonas en el mundo con glaciares cerca de la línea del Ecuador y Colombia es una de ellas (Colombia-Ecuador; Oriente de África con el Kilinmanjaro y el monte Kenya, por ejemplo; y en Nueva Guinea). Esto es realmente exclusivo, pues los glaciares ecuatoriales, aunque pequeños, son muy sensibles”, certificó el glaciólogo colombiano.

Además, que a pesar de que los fenómenos naturales pueden conllevar a un nevado temporal, según las tendencias actuales de calentamiento térmico de la atmosfera, en 40 años podrían estar casi extintos los glaciares colombianos, “la Sierra Nevada de Santa Marta es de especial interés porque tiene la influencia del Caribe y es el glaciar que está más al norte de Suramérica, es muy particular, sin embargo, pasó de tener 18.4 kilómetros cuadrados en 1965 a tener 7.1 kilómetros cuadrados el año pasado”.

HAY NIEVE, NO HIELO

Aunque más de 11 mil colombianos sintieron algo de alivio al ver las fotografías de Ronald Blanco, el guía turístico mencionado anteriormente, por una posible recuperación de la Sierra Nevada de Santa Marta, los expertos señalan, que nieve sí hay y va a haber cada vez que llueva, no obstante, el meollo del asunto es que se recupere el hielo, que, según Lucas Echeverri Robledo, director de la Fundación Prosierra, es la misma nieve congelada, luego de un proceso de siglos enteros, y que, a causa del calentamiento global, es improbable que suceda, por lo contrario, se va a derretir al poco tiempo.

“Cada vez que se mira hacia la Sierra Nevada por la tarde o por la noche, desde Santa Marta, y se ven nubes negras, quiere decir que está lloviendo, pero a esa altura no es lluvia, sino que es nieve, por lo cual, apenas se va el aguacero y se despeja, va a haber nieve, no hielo. El hielo se está acabando, la nieve la vamos a ver siempre, toda la vida, a menos de que el calentamiento global sea totalmente absurdo”, aseguró el director de la Fundación Prosierra, dedicada al fortalecimiento organizativo y manejo concertado del territorio de la Sierra Nevada de Santa Marta, para la conservación y protección de su patrimonio ecológico y cultural.

De igual forma, para Lucas Echeverri, se necesitan más de 70 millones de dólares para una visible recuperación de este ecosistema, que en resumen trata de la identificación de los bosques remanentes, que, aunque desde la Fundación se tienen identificados, deben ser actualizados constantemente.

“Una vez identificados los bosques remanentes toca hacer un proceso de restauración para cuidarlos y empezar a unir los corredores para que los bosques existentes comiencen a comunicarse ya ayudar por medio de unos programas y manejos del paisaje a que la extensión de bosques de la Sierra Nevada vaya creciendo. Así se podría recuperar el páramo, que es el productor de agua más grande que tiene esta importante reserva natural colombiana”.

Agregó, que desde la Fundación Prosierra, se ha trabajado desde hace muchos años, por la recuperación de los bosques y en la educación de la gente, “enseñándoles la parte ambiental y proponiendo proyectos sostenibles para que las comunidades sepan cómo trabajar y vivir en ‘la Sierra’ sin necesidad de talar el bosque, pero eso es un trabajo difícil y debe ser permanente, además de necesitarse de una inversión importante”.

Para Lucas Echeverri es inconcebible que las personas digan constantemente qué es lo que la ‘gente de la Sierra Nevada de Santa Marta’ debe hacer para cuidar los bosques y el ecosistema porque se requiere de agua en la ciudad, pero no se conciencian ni caen en la cuenta de que el trabajo es de todos.

“Si las personas de la ciudad que tienen el acceso a mejor educación que las comunidades en las montañas, no saben ni qué es realmente la Sierra Nevada, ni qué necesita realmente, cómo se pretende que los indígenas y las comunidades campesinas, sepan exactamente, según los expertos, cómo debieran actuar”, cuestionó el director de Prosierra.

Añadió, que los trabajos de conservación deben ser unidos y no atomizados, “no que haya 600 iniciativas para salvar media hectárea y un arbolito, eso no sirve para nada, o una asociación que pide dinero para salvar unos cuantos árboles. Debe haber tratamientos globales, lo demás son ‘pañitos de agua tibia’.

GOBERNANZA DEL AGUA Y DE LA BIODIVERSIDAD

Moisés Villafañe Izquierdo, asesor jurídico y líder, perteneciente a la comunidad arhuaca, coincide en que el hielo duro, que sostiene a la roca, es que el que ya está a punto de extinguirse, “Es difícil decir que ya volvió la nieve, porque simplemente se trata de la lluvia que se congeló de manera momentánea y hace ver a los glaciares nevados. Lo cierto es que eso va a derretirse en poco tiempo”.

Explicó, que el ciclo de la naturaleza depende de la evaporación y el viento que existe alrededor, “primero, se encuentra el bosque primario que está en la parte baja de la montaña que hace que llueva, suba a las nubes y vaya a la parte media y de la parte media se desplace en las nubes hasta el nevado y produzca lloviznas. Con los fenómenos se ve más nieve, pero eso dentro de unos días se va, hasta que vuelva a llover”.

Aseguró que, aunque es poca la ayuda que han recibido del Gobierno, desde el resguardo, se trabaja un proyecto que se llama ‘Gobernanza del agua y de la biodiversidad’, por medio del cual se hablará con diferentes actores y municipios para llegar a un acuerdo de qué es lo que se debe hacer, “ya no es hora de decir quién tiene la culpa, sino ponernos de acuerdo con algo que nos conviene a todos, como, por ejemplo, resolver el problema del agua y del medio ambiente”.

Villafañe aduce, que las entidades competentes deben tener en cuenta la visión cultural de los pueblos indígenas, que aclara, no se trata de un antagonismo sino de un proceso de coordinación, de cómo estas comunidades han mantenido a la Sierra Nevada de Santa Marta y las practicas naturales ambientales para que continúe teniendo bosques.

“Se debe tener una actitud frente a la Sierra Nevada de Santa Marta. No puede convertirse en un lugar de exploración y explotación de los recursos naturales. Debe ver un acuerdo interinstitucional. Por lo contrario, las prácticas agrícolas, expansión de la ciudad, la minería, van a convertir a este ecosistema natural en un horno”, explicó el asesor jurídico de la comunidad indígena arhuaca.

***PARA TENER EN CUENTA***

El Gobierno Nacional, a través del Ideam, observa y analiza al detalle los seis glaciares que actualmente tiene Colombia (de norte a sur: la Sierra Nevada de Santa Marta, la Sierra Nevada del Cocuy o Güicán y 4 volcanes nevados: el Ruiz, Santa Isabel, Tolima y Huila).

La tarea de recuperación no hace parte de las funciones del Ideam, puesto que, según su glaciólogo, el daño ya está hecho, no solo en el país sino globalmente, por tanto, recuperarlos es muy difícil, casi que imposible.

Inversión adicional desde el Gobierno en pro del medio ambiente

El ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, en entrevista exclusiva con OPINIÓN CARIBE, explicó sobre las dos acciones que se deben y se están implementando desde el Ministerio para recuperar y rehabilitar los ecosistemas boscosos de la zona de la Sierra Nevada de Santa Marta y al mejoramiento de los sistemas de páramos y glaciares. De igual manera el aporte en el contexto global para disminuir la huella de carbono desde el país colombiano.

“Desde hace algunos años hemos implementado acciones con las comunidades arhuacas. Además de otras inversiones importantes, se van a dar un poco más de cinco mil millones de pesos para el mantenimiento de los ecosistemas, que consiste en un tratamiento en los ecosistemas boscosos de la zona, que ha dado muy buenos resultados. Entre ellos, la disminución de áreas constituidas por cultivos ilícitos.

También se han logrado recuperar algunas áreas, sin embargo, el deshielo que se presenta en las zonas altas montañosas no tiene que ver solo con esto sino con el comportamiento global por el aumento de la temperatura, desde donde estamos trazando acciones, pues Colombia fue líder en la suscripción de los acuerdos del país del COP21, que ya se presentó para su ratificación en el Congreso y significa cumplir con unos compromisos nacionales de reducir las emisiones de gases efecto invernadero en un 20 %, lo cual va a ayudar, además, con el mejoramiento de nuestro sistema de páramos y sistema de glaciares”.