Connect with us

Metrópolis

Cultura urbana e impacto social

Published

on

El futuro de Santa Marta y el Caribe está estrechamente ligado a la urbanización sostenible. Por ello, OPINIÓN CARIBE explica la importancia de la infraestructura urbana que se sustente en una nueva agenda y en un plan de acción de implementación, que atienda a los desafíos de una etapa de urbanización consolidada. Estos cambios representan nuevos retos para el comportamiento ciudadano.

Santa Marta ha tenido una serie de cambios paulatinos innegables. Considerada junto a Bogotá, Barranquilla, Buenaventura y Cartagena como ciudad Distrito, Santa Marta es una de esas ciudades especiales que atrae a visitantes de toda índole interesados en el turismo natural, ecológico, histórico y cultural. Más allá de que el samario se identifique con su entorno natural, la nueva infraestructura urbana conformada por el auge inmobiliario, la red de parques y los mega-centros comerciales, concede a los ciudadanos nuevos.

Una nueva cultura ciudadana o conciencia ciudadana pareciera surgir al mismo tiempo que se construyen novedosas infraestructuras urbanas, aunque la tendencia negativa de estos avances es que hay más cantidad que calidad, pues los videos o fotografías subidos a las redes sociales denuncian que existen samarios inconformes porque estas obras abusan o hacen mal empleo de los espacios públicos.

LA INFRAESTRUCTURA URBANA Y EL CAMBIO DE ACTITUD

Comparado con las calles de la ciudad, entrar a un megacentro comercial es abordar una especie de realidad virtual. Para Alejandra Padilla, de 38 años, el Centro Comercial Buenavista es un lugar acogedor que la hace sentir segura. “Aquí no hay caos ni fastidia el ruido de los vehículos. Duele ver, eso sí, que en la calle hay gente que no quiere a la ciudad. Creo que la gente se comporta mejor aquí, porque le da pena que, personas de otro nivel socio-económico, los vea actuando mal o haciendo el ridículo”.

Meribeth Olivero, una joven de 27 años, se siente más satisfecha y segura en un centro comercial porque sabe que las cámaras de vigilancia obligan a los otros a comportarse mejor.

Para el sociólogo Carlos Payares González este tipo de comportamientos se explica porque cada espacio tiene sus marcas simbólicas y su significado social. En el caso de la red de parques, además de llenar las necesidades de esparcimiento y diversión, generan impacto en el comportamiento cotidiano de los samarios.

“La ciudad, en términos sustantivos, es una construcción social. Las ciudades se construyen por motivaciones políticas, económicas, culturales, que hacen parte de los imaginarios colectivos. El desarrollo urbanístico apunta a resolver problemas humanos. La distribución de lo que a veces llamamos hábitat humano tiene unas razones y unas explicaciones sociales y de comportamiento cultural, de manera que no podemos pensar en lo urbano sin pensar en las relaciones sociales. En ese sentido, lo urbano trae consigo también, formas de comportamiento a la sociedad, en la medida que se van generando concentraciones políticas, económicas, culturales como, por ejemplo, el sistema bancario, el de salud, el deportivo y el recreativo. Esto va generando formas de apreciación y de comportamiento del ciudadano en el contexto urbano”, explicó el Sociólogo.

La psicóloga de la Universidad ‘Sergio Arboleda’, Adelaida Barliza, explicó estos comportamientos sociales según el modelo ecológico de Bronfenbrenner, el cual estudia la influencia de los ambientes, más o menos inmediatos, en el desarrollo de los individuos: “Si alguien va a un lugar que está limpio y organizado, será más difícil para él ensuciarlo o dañarlo. Solo basta con que alguien actúe primero para que otro repita la acción, pues no nos gusta ser señalados como los primeros que actuamos mal. Esto explica por qué en las ciudades más organizadas y limpias, es más difícil que llegue un individuo a imponer el desorden.

Cuando existe una interrelación con la valoración que tenemos de nuestros entornos, cuando vemos que nuestra ciudad es bonita decimos: esta es la ciudad que yo merezco, y como la merezco, la mantengo bonita, limpia y cuidada. Vivir en una ciudad de aspecto agradable nos hace sentir más valorados y cuidados. Por lo contrario, cuando nos encontramos en una ciudad desorganizada, los servicios no suplen nuestras necesidades básicas y se reduce nuestra calidad de vida, disminuye considerablemente nuestro sentido de pertenencia”.

CULTURA CIUDADANA

Diego García Camargo, edil de la localidad 3 de la turística Perla del Caribe, opina que los hábitos culturales de los samarios están tan arraigados, que es muy difícil que los parques contribuyan a un cambio positivo en su conducta.

“No creo que la construcción de esta nueva red de parques contribuya al mejoramiento o cambio de conducta de los ciudadanos de esta hermosa ciudad, y digo esto, porque la puesta en marcha de estos escenarios o espacios para la recreación no se acompañó de un trabajo social dirigido, sino que tenemos una red de parques construidos de manera casi estándar, sin tener en cuenta la cultura y la participación de las ciudadanos de cada sector, hecho que genera poco sentido de pertenencia.”, sostuvo el edil.

Sin embargo, Diego García es uno de los líderes que más ha defendido la cultura ciudadana en el Mega Parque de Gaira. Denuncia las malas prácticas y usos de los mobiliarios en los parques y realiza en ellos permanentes campañas de conciencia ciudadana.

El presidente del Comité Proparque Taminaca, Jorge Luís Briceño, un profesional en Comercio Internacional y Magíster en Desarrollo Empresarial, es uno de los líderes cívicos que realiza campañas de cultura y convivencia ciudadana. “Estamos elaboran un reglamento para fortalecer la cultura y convivencia ciudadana, pues al principio existían fricciones entre las personas por el tiempo de uso de las máquinas. Hoy hemos llegado al acuerdo de utilizar las máquinas máximo cinco minutos antes de ceder el turno al otro. Lo mismo sucede en el sector del parque destinados a los niños. Las mamás suben a sus hijos en el sube y baja, en los columpios, y en el caballito con resortes por unos cinco minutos, con el objeto de fomentar la convivencia”.

Adelaida Barliza también sostiene que es necesario realizar campañas de formación y apropiación de los nuevos espacios y dice que es normal que exista una especie de choque cultural al principio: “Con la red de parques ha sucedido que muchas familias denuncian y cuidan los lugares, es un buen comienzo. Sin embargo, estamos aún en un proceso de aprendizaje. Por tanto, es normal que en un principio la comunidad empiece a dañar las cosas porque no las han tenido antes. Es una muestra de resentimiento con la desigualdad social. No hay que desanimarse, hay que seguir educando a la comunidad para que acepte que las nuevas infraestructuras les pertenecen”.

Barliza confesó, que, a pesar de no ser samaria, ama esta ciudad como si se tratara de su ciudad natal, pues aquí nacieron sus hijos. Al llegar a Santa Marta, su primera impresión fue ver en los samarios una marcada falta de sentido de pertenencia. “Esto no es gratis, hay una gran deuda histórica. El samario viene de una tradición feudal. Santa Marta es una ciudad total y absolutamente feudal, en la que unas élites dominantes enseñaron al pueblo a despreciar lo que tenían porque, según ellos, lo mejor provenía de Europa. Cuando llegué de Bogotá traje una mochila arhuaca, pero no faltaron quienes me decían que era un atuendo ‘corroncho’. Ahora estamos valorando lo que tenemos, porque dicha valoración vino de afuera”, añadió.

CUIDANDO UNA NUEVA TRADICIÓN

“Los parques guardan historias de la naturaleza de los barrios y de las personas que lo circundan”, anotó el sociólogo Carlos Payares. En el Parque Taminaca un grupo de madres esperan que sus hijos terminen sus clases de entrenamiento de basquetbol. Son 22 niños que asisten a estas clases tres veces por semana.

Marta Lucía Larrota acompaña a sus dos hijas todos los miércoles, jueves y viernes a entrenar y, por las mañanas, va a las clases de aeróbicos con su marido.

“En realidad me parece fabuloso, porque definitivamente tú cambias tu estilo de vida, porque cuando tienes un sitio como estos cerca de tu casa puedes brindar a tus hijos un estilo de vida saludable. Ellos pueden practicar un deporte y compartir con sus amigos de manera sana”, precisó Marta Lucía.

Ricardo Rivadeneira es uno de los que lleva a sus dos nietas al entrenamiento. “Esto es salir de la rutina y ver algo nuevo. Una recreación para niños y adultos. Mientras ellas entrenan, yo hago un poco de ejercicios. Esto es muy bonito, porque sé que nunca se les olvidará. Cuando crezcan recordarán que su abuelo las llevaba al parque”, precisó.

El Parque de la Equidad en la Ciudadela 29 de Julio, es el parque más popular de la ciudad. Se ha constituido en un templo del fútbol, donde entrenan los futuros jugadores samarios que seguirán los pasos de Falcao o ‘El Pibe’. Su cancha también ha sido escenario para el encuentro anual de bandas marciales y otros eventos culturales. La cancha sintética de fútbol está consagrada a Alfredo Arango Narváez, uno de los futbolistas más creativos y aguerridos que ha dado el fútbol colombiano. Es un verdadero símbolo de la apropiación de los espacios urbanos como lugares de participación ciudadana. En este escenario tomó posesión de su cargo el actual Alcalde de la ciudad.

Juan Carlos Deluque, entrenador de basquetbol en el parque barrial de Taminaca y usuario del Parque de la Equidad, donde va a jugar fútbol con un grupo de amigos, expresa cierta inconformidad. “No tengo nada en contra de los futbolistas, pero ellos deben jugar con un balón de microfútbol adecuado para este tipo de espacios, pues el balón número siete ha reventado las mallas”, señaló.

Jorge Luís Briceño dice que ha tomado como ejemplo el caso de la Ciudadela 29 de Julio para hacer cosas que dieron resultado y no repetir aquellas que no lo hicieron. “Nosotros sí involucramos a los barrios aledaños, que fue lo que no sucedió en La Ciudadela. En especial a los barrios Alambique, Costa Verde, La Esperanza, El Minuto de Dios y Bavaria. Realizamos charlas con los vecinos y desde entonces, son personas comprometidas”, sostuvo.

EL TURISMO Y LOS PARQUES

Isabel Escalona trabaja hace 11 años en el parque de Mamatoco. Para ella, la remodelación del parque lineal de Los Trupillos, no ha sido muy positiva. “El cambio me parece bueno, pero hace falta arborización. Tampoco le pusieron atractivos para lo grande que es. Como se puede observar, llegan pocas personas, no hay mucho con lo cual entretenerse aquí. Eso no motiva a la gente. También nos prometieron cubículos de venta, pero hasta ahora no nos han organizado”, declaró.

La fórmula parques – progreso económico, según el economista y planificador Clinton Ramírez, es viable si se concilian la recreación y el derecho al ocio con el establecimiento de negocios amigables. “Los negocios deben ofrecer servicios y bienes a sus usuarios permanentes sin ningún riesgo. Sería una manera de generar ingresos sin desvirtuar el propósito de estos espacios. En Montería, su Ronda del Sinú es un buen ejemplo de manejo amigable y sostenible de un parque. Allí los turistas encuentran quioscos organizados que exhiben platos típicos y artesanías de la región. Es una experiencia que el país revisa. Aquí, si pensamos bien, podríamos formalizar un modelo similar. Sería importante consultar a las comunidades usuarias sobre la misión de sus parques”.

Según Clinton Ramírez, si se cuidan los atractivos y el entorno paisajístico de los parques, estos podrían incluirse en una ruta turística. “Los parques son espacios ideales para el desarrollo de actividades culturales. El Parque de la Equidad, el de la Ciudadela 29 de Julio, realizan cada año, por el mes de noviembre, un encuentro nacional de bandas, muy concurrido. Se trata de impulsar a los parques como atractivos a partir de la estructuración de una oferta inteligente de servicios y eventos identitarios. Esto último generaría diferenciación en los servicios prestados”, precisó.

El economista agrega, que para crear una oferta turística es necesario pensar en un modelo de administración que garantice seguridad, calidad y la sostenibilidad de la infraestructura de estos espacios. “El parque de la Equidad ya muestra signos de deterioro en sus juegos mecánicos y en el enmallado. Es lamentable, es un escenario que apenas tiene un año largo de haber sido entregado. El microtráfico ronda sus gradas”, agregó.

OPCIONES ALTERNATIVAS

Para Adelaida Barliza, la nueva cultura generada alrededor de la red de parques y los centros comerciales cambia las tradiciones samarias.

“En Santa Marta no había parques. Las familias samarias iban al río o al mar. Estos paseos resultaban ser más económicos. Ahora, si no tienes suficiente dinero para comprar un helado no puedes salir con tus hijos a un centro comercial porque genera sentimientos de infelicidad y frustración. Pero si tú tienes un parque y sabes que puedes trotar y practicar actividades sanas, lo que nos incentiva a tener una mejor calidad de vida y de recreación”, explicó.

Los deportes, aeróbicos u otros ejercicios físicos al aire libre motivan a quienes observan a diario este tipo de actividades a hacer lo mismo. Al respecto, Adelaida Barliza añadió:“Es bonito que la Alcaldía promueva las clases de aeróbicos y rumba terapia en estos lugares. Son actividades gratuitas que invitan a las mujeres cabezas de hogar, por ejemplo, a dejar a un lado la telenovela e incluir en su rutina unas horas de ejercicio y esparcimiento en el que, además, se fortalece la sana convivencia”.

Para la comunidad académica los impactos entre las personas y las nuevas infraestructuras son normales y hasta necesarios. Minimizarlos es un reto para los intelectuales para formar a los ciudadanos en sus nuevas maneras de relacionarse con sus espacios urbanos.

“Hay que educar a las personas desde la conciencia cívica, no porque me guste o disguste el exalcalde Carlos Caicedo o el actual mandatario Rafael Martínez, debo destruir las obras positivas de la ciudad, el sentido de pertenencia no debe manejarse así”, puntualizó la psicóloga.

UN RECORRIDO POR LOS PARQUES

La red de parques construida por la Alcaldía de Santa Marta está conformada por 46 parques distribuidos en las tres localidades del Distrito. Cada parque, perteneciente a esta nueva red, cuenta con zonas de recreación infantil, juvenil y adulto, juegos geriátricos, juegos biosaludables, canchas múltiples, zonas verdes y senderos peatonales, además de áreas activas y pasivas, bancas en concreto fundido, iluminación y basureros. Han sido ubicados en sitios estratégicos de barrios populares para que se beneficien los habitantes de otros sectores.

Los parques más llamativos de esta red son: el Parque de La Equidad ubicado en la Ciudadela 29 de Julio; Parque Lineal Los Trupillos, frente al centro comercial Buenavista; el Mega Parque Pescaito, ubicado en el barrio del mismo nombre, frente a la popular cancha La Castellana; Parque de Taminaca y el Mega Parque Gaira, ubicado este último en la plaza de la Iglesia San Jacinto de Gaira.

Un parque que genera expectativas en los samarios y visitantes es el Parque de Las Aguas, aún en su fase de construcción y muy llamativo por su diseño. Este parque se construye en los límites de la Troncal del Caribe en la zona de influencia de las universidades ‘Antonio Nariño’, ‘Sergio Arboleda’ y Cooperativa de Colombia, UCC.

SITIOS EMBLEMÁTICOS

Los accidentes geográficos no solo delimitan los territorios, también generan un autorreconocimiento en las comunidades que los habitan. Sucede igual con los emblemas y símbolos patrios. Ubicados estratégicamente en lugares públicos, estos emblemas culturales e históricos contribuyen a asociar su estadía en el entorno con la historia de la ciudad.

Santa Marta tiene lugares emblemáticos que no solo enorgullecen al samario, sino a los colombianos, pues sus atractivos naturales y culturales han sido reconocidos por turistas extranjeros, que vienen de los más lejanos sitios del planeta para pasar una temporada en ellos.

La Quinta de San Pedro Alejandrino: Un lugar importante para la historia de Latinoamérica, pues fue la última morada del Libertador Simón Bolívar. Desde este recinto, El Libertador envió un mensaje de unión y fraternidad a los pueblos de América Latina. En la Quinta también funciona un Jardín botánico de 22 hectáreas de bosque seco y tropical, que alberga a más de 150 especies de plantas y de animales como ardillas, iguanas, serpientes, colibríes, conejos, pericos y gavilanes. Este sitio también es sede del Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo con un inventario de más de 200 obras distribuidas en tres salas: sala ‘Alejandro Obregón’, sala ‘Armando Villegas’ y la sala ‘Enrique Grau’, las cuales exhiben colecciones permanentes; y las salas ‘Hernando del Villar’ y la Galería Espacio Abierto, donde se muestran las obras de los artistas contemporáneos.

El fenómeno de ‘El Pibe’: Uno de los atractivos de Santa Marta es conocer el contexto en el que nació el exnúmero 10 de la selección nacional de fútbol, Carlos ‘El Pibe’ Valderrama. En la Villa Olímpica de la ciudad, a la entrada del Estadio ‘Eduardo Santos’, una estatua de bronce rinde homenaje al astro del fútbol. Su escultor, el odontólogo guajiro Amilkar Ariza, inmortaliza uno de los famosos pase gol de Carlos Valderrama, además de su inigualable melena, un ícono mundial y símbolo del intrincado mestizaje de un pueblo como el samario. La estatua consta de tres mil quinientas hebras de bronce hechas en alambre. Una impresionante escultura que atrae diariamente a más de 100 visitantes entre nacionales y extranjeros.

La Catedral: La primera catedral basílica de Colombia. Fue construida en 1765 y guarda en ella el corazón y las entrañas del Libertador Simón Bolívar. En la Colonia fue símbolo de la imposición española, hoy es sinónimo de la fe católica y hace parte de la cotidianidad del samario.

Casa de La Aduana: Restaurada en el 2014, es la primera edificación de este tipo levantada en el país. Ha tenido distintos nombres y funciones. Ha sobrevivido a los saqueos e incendios de los piratas. En ella, el Libertador Simón Bolívar fue velado. La Casa de la Aduana hoy es sede del Museo del Oro Tayrona, perteneciente al Banco de la República. Este museo dispone de una importante colección de la orfebrería Tayrona. En el segundo piso, en el salón en el que reposó en cámara ardiente el Libertador, hay otra muestra sobre la estancia de Simón Bolívar en Santa Marta y tres salones con temática antropológica que exponen la historia y las costumbres de las etnias: Kogui, Arhuaco y Kankuamo, de los samarios y el estilo de vida de la gente de la Ciénaga Grande de Santa Marta y el Magdalena.

Un mirador olvidado: Desde el Centro Histórico se aprecia la imagen de una virgen de más de siete metros de altura sobre el cerro El Cundí. Este mirador se encuentra entre las calles 17 y 18 y carreras 13 y 14. Desde allí se puede contemplar una vista de 360 grados de la ciudad, pero, subirlo va por cuenta propia, porque es frecuentado por drogadictos. El Cerro de la Virgen’ es reconocido por los samarios, razón por la cual la Junta de Acción Comunal del barrio El Cundí y algunas agencias de viajes pasaron una propuesta al alcalde Rafael Martínez para su recuperación.

El escultor de la virgen fue Antonio Esteban Sánchez Jiménez, de San Antonio, Magdalena. Algunos investigadores afirman que, para esculpir el rostro de la virgen,el escultor utilizó la imagen de su esposa, Eva Molinares Llinás de Sánchez, pero el antropólogo, Raúl Martínez Ceballos, lo pone en duda: “En esa época existían muchas imágenes de la virgen de La Milagrosa y por lo general, son de tipo europeo, además, él no llevaba una buena relación con su esposa, tan así, que el profesor muere en un sanatorio en Barranquilla, abandonado por ella y sus hijos”.

Raúl Martínez explicó, que Antonio Sánchez moldeó la virgen en su propia casa, y para subirla fue necesario pedir un elevador en Puertos de Colombia y cortarla en tres pedazos. Ya construido el pedestal sobre el cerro, la estatua de la virgen, que es hueca, fue moldeada con cemento y marmolina.

“El cerro de El Cundí es reconocido por todos los samarios, y conozco a mucha gente que viene de vacaciones a cumplir alguna penitencia. No sabría decir qué tanta aceptación tenga la virgen de La Milagrosa en los samarios, pues la virgen de Santa Marta, la virgen del Carmen y la virgen de la Inmaculada Concepción, tienen más adeptos. Yo diría que La Milagrosa está en cuarto lugar. Creo que esa es una de las razones por las cuales el cerro está muy olvidado. Sumémosle a esto el desconocimiento de nuestro propio territorio”, argumentó Antonio Sánchez.