Atlántico
25 años sin Rafael Orozco
De nueve tiros, el más mortal dirigido a la cabeza, fue asesinado el cantante vallenato en la noche del 11 de junio de 1992 en Barranquilla, cuando se encontraba conversando en la terraza con dos músicos de Diomedes Díaz, que supuestamene llegaron a prestarle un instrumento musical.
Tan pronto sonaron los disparos, su esposa, Clara Cabello, salió a ver que había ocurrido, encontrándose con la trágica y dolorosa escena. El amor de su vida y quien le había prometido amor eterno, yacía en el piso, malherido y agonizando. Inmediatamente los trasladaron a la clínica del Caribe, en el Mercedes Benz de su amigo periodista, Fabio Poveda.
En ese centro asistencial, el compositor de ‘Solo para ti’ y voz principal del Binomio de Oro perdió la batalla contra la muerte, dejando a Clara y a sus tres hijas cuando su carrera prometía ser mucho más exitosa.
Su sepelio fue multitudinario y congregó a seguidores de todo el país, incluso de Venezuela.
El historiador Jairo Soto cuenta que para junio de 1992, “vivíamos en una ciudad en la que musicalmente, Diomedes Díaz y el Binomio de Oro eran los dueños de la sintonía. Las canciones de los dos eran esperadas y había una rivalidad sana entre ellos dos que generaba unos estilos muy diferentes frente a la organización de los grupos”.
Asimismo, recuerda que “Barranquilla que es salsera por tradición se había volcado al vallenato y los grandes conjuntos se residenciaron en la ciudad. Rafael, por ejemplo, adoptó los símbolos de la ciudad, le hizo canciones al Junior, y andaba mucho con el Joe Arroyo, Juan Piña. Él rompió la estructura del vallenato porque no hicieron una agrupación más, sino que crearon una empresa”.
Según Ríos, los músicos cuentan que él les llamaba la atención incluso si no tenían los zapatos embolados. “Rafael decía que siempre debían estar impecables para presentarse ante el público, sobrios. Mucha gente lo valoraba y respetaba por lo que significaba”.
La muerte repentina del compositor de Sólo para ti, la única canción que alcanzó a escribir, fue un golpe muy duro para los seguidores de su música. “El sepelio de Rafa Orozco fue uno de los hechos sociales más importantes de la ciudad. Lo ocurrido en la velación fue algo impresionante, vino gente de todo el país y hasta de Venezuela, donde era muy querido. Eso estuvo alimentado por el éxito que él tenía y la manera en la que murió generó un gran dolor en la gente”, añade Ríos.
Su partida dejó un vacío incalculable, no solo en sus seguidores que aún hoy recuerdan su música, sino en su esposa Clara y sus tres hijas, esas que 25 años después piensan en el hombre de sus vidas. “Siempre lo recordaré con mucho amor y eso es fundamental, porque cuando uno ama no olvida y por eso sigo viviendo para él. Asimismo pienso que lo hacen sus seguidores y por eso es que pese al tiempo él sigue viviendo en nuestros corazones”, dice Clara.
(Con información de EL Universal y El Heraldo)
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