Edición Especial
Palmor y el café especial de la Sierra Nevada
“Allá en la Sierra Nevada existe un pueblito hermoso que tiene muchas leyendas y por eso lo recuerdo, es Palmor, mi tierra grata y su gente es bulliciosa. Es Palmor mi tierra alegre de mujeres muy hermosas, la leyenda de los indios luchando por esta Sierra cuando aquellos españoles les querían quitar sus tierras. ¡Cantemos todos con gusto con el alma y corazón! ¡Viva la Sierra Nevada! ¡Viva el pueblo de Palmor! Luís Eduardo Henao Restrepo.
Se cuenta que a Palmor lo fundó una mujer tolimense, de El Líbano, quien huía de la violencia. Lo llamaban ‘la sucursal de El Líbano’ y el carro que subía era una chivita Power Wagon 300 azul a la que llamaban ‘El poderoso de la Sierra’. Después de mucha historia, varias generaciones y trabajo de los colonos, se dice de Palmor, que es un rinconcito cerca del cielo.
Este corregimiento pertenece al municipio de Ciénaga, Magdalena, y se encuentra ubicado en la Sierra Nevada de Santa Marta a una altura de 960 metros aproximadamente sobre el nivel del mar con una población de cuatro mil habitantes. Su clima es cálido y acoge diversidad de culturas ya que su consolidación se produjo por las migraciones de distintos Departamentos de Colombia. Su economía se basa en el café y pan coger (tomate, miel de abeja, yuca, plátano, mora, lulo).
Hace menos de tres años, ni siquiera se podía encontrar en Google Maps a esta población, hoy es un referente de viajeros interesados en conocer la Sierra Nevada de Santa Marta. Blogs de viajeros por el Caribe como Comobiafácil, Turismo Magdalena, Panorama Cultural y la bloguera Natalia Gneccolo referencian como un lugar para disfrutar su atractivo turístico en esta región del país.
Las veredas que lo integran son: Macoita, Mocoa, Makencal, Nueva América, Pausedonia Alto, Pausedonia Bajo, La Paz, Palestina, San Fernando, Tucurinca, Uranio Alto, Uranio Bajo, Uranio Tres, El Vergel, El Pozón, Aguas Vivas, Cuatro Caminos, California y Buena Vista.
¿CÓMO LLEGAR?
Palmor está en la ruta hacia el Pico ‘Cristóbal Colón’, la zona más alta de la Sierra Nevada, destino que se ofrece generalmente por agencias como un circuito de ocho días hasta la comunidad indígena Kogui de Mamarongo, donde se puede observar también el Pico ‘Simón Bolívar’.
Para llegar a Palmor por la vía de Fundación, en la bodega de Sevilla, se sube a un vehículo con la expectativa de conocer el lugar donde se produce la mayoría del café de exportación que se da en la Sierra Nevada de Santa Marta. Es un recorrido eco turístico donde se observan las lagunas y los nacimientos de agua del río Sevilla y Río Frío.
Desde Ciénaga, Magdalena, en colectivo, el recorrido puede tardar una hora y cuarenta minutos. El estado de las carreteras es una de las quejas constantes de los moradores de este sector, porque es un obstáculo para transportar insumos o sacar al mercado sus cultivos.
Hace exactamente un año, entre mayo y junio de 2016, los deslizamientos provocaron el volcamiento de un camión con frutas e insumos para el cultivo de café y por este motivo se anunció el mejoramiento de la vía a través de un gran inversión a inicios de 2017, pero esto solo ha quedado en buenas intenciones.
Sin embargo, los recorridos ecoturísticos, las caminatas y lo difícil del terreno sirven para hacer senderismo, actividad que se fortalece cada vez más en los parques naturales o zonas de importancia ecológica como lo es la Sierra Nevada.
CAFÉS ESPECIALES
“Lo que mucha gente ignora es que el Caribe también es café”, afirma Édgar Ramírez, director del Comité de Cafeteros del Magdalena y tiene razón. El café es tan importante en la zona rural de Ciénaga, que en el marco de la celebración del Día Nacional del Café, el 28 de junio, Palmor celebra el ‘Reinado del Café’ con una muestra representativa de arrieros con mulas cafeteras, cabalgata y agrupaciones folclóricas de la región.
Los habitantes de Palmor son una mezcla de personas de todas partes de Colombia, vienen de Santander, Antioquia, Tolima, Caldas, Cundinamarca, entre otras. Muchas llegaron desplazadas por la violencia, otras para cultivar café. También hay indígenas Kogui, Arzarios y Arhuacos, por ese motivo las expresiones culturales son muy variadas.
Los cultivadores de esta región son reconocidos por el café de alta calidad que producen en medio de prácticas responsables con el medio ambiente. La región cafetera cuenta con 51 mil 463 hectáreas en café de variedades Típica, Caturra, Colombia y Castillo, distribuidas entre 13 mil 175 productores, lo que equivale a 3.9 hectáreas en promedio por familia cafetera.
Las familias cafeteras de la Sierra han tenido un esquema de producción amigable con el medio ambiente, con una ventaja adicional: por estar organizados en una Asociación, conocen y hacen muy bien su trabajo comunitario desde hace muchos años. Tienen un alto compromiso por la protección de la Sierra.
Las fincas productoras de este café utilizan prácticas para conservar los suelos, abriendo campo a la diversidad ecológica, mientras incrementan la sostenibilidad del ecosistema local. Su filosofía de vida, de producción amigable con el medio ambiente y de trabajo asociativo les ha permitido incursionar en diferentes esquemas de producción sostenible que implican procesos de certificación como la Orgánica y la de Comercio Justo.
La tienda de los caficultores colombianos Juan Valdez promociona el ‘Café Origen Sierra Nevada’ destacando que más de 15,000 indígenas han acogido la caficultura como parte de su esencia y cultivan con rituales un café lleno de sabor de carácter fuerte e intenso. El perfil de una taza de este café se define como de aroma intenso y acidez baja con cuerpo alto.
SOSTENIBILIDAD ENERGÉTICA
Mientras las grandes ciudades del Caribe son noticia por los reclamos y protestas de los usuarios del servicio de energía, los habitantes de Palmor cuentan con su propia Micro Central Hidroeléctrica, tienen el kilovatio más barato del país (entre 90 y 120 pesos). Hoy cuentan con energía limpia, más de 250 kilovatios durante las 24 horas y acaban de asegurar el suministro de la misma para los próximos 20 años con infraestructura de redes de última generación.
En este momento, el pueblo conocido como ‘la capital cafetera de la Sierra’ cuenta con una micro central hidroeléctrica que para ellos (aunque sólo tenga una capacidad pico de potencia de 275 kilovatio, ínfima en comparación con las grandes centrales del país) es todo menos ‘micro’. Acaban de inaugurar la repotenciación del sistema que abastece, con excelente calidad energética, a más de 1.900 personas en el corregimiento que ha crecido de la mano del café y de la energía.
EL FANTASMA DE LA VIOLENCIA
Aunque Palmor va encontrando la ruta hacia el progreso en los inicios del siglo XXI se determinó por un informe de la Comisión de Observación de la Crisis Humanitaria de la Sierra Nevada,que la violencia provocada por presencia de grupos al margen de la ley había afectado este corregimiento y esto perturba todavía la opinión de los que que sufrieron los bloqueos de las vías, la presión y amenaza de los actores armados para que las familias se desplazaran nuevamente.
De hecho, el informe afirma que los combates entre los diferentes grupos impidieron que la economía cafetera se desarrollara normalmente. Esta situación produjo en las familias campesinas y de colonos el deterioro progresivo de sus condiciones de vida.
Han pasado más de diez años y esta zona se ha recuperado, debido al esfuerzo y trabajo constantes de sus habitantes por hacer de este lugar un sitio digno para visitar.
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