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Edición Especial

¡Tradición que se baila!

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La salsa es un género musical enraizado en la cultura samaria, gracias a lugares como La taberna ‘D’Manuel José’, ‘Donde Totó’ y la ‘Terraza Latina’.

Hace 40 años la rumba y las fiestas en Santa Marta contaban con un ambiente agradable, familiar. El samario se conocía el uno con el otro y sentía que había más seguridad. Era todo un acontecimiento asistir a los bailes organizados en la ciudad.

OPINIÓN CARIBE conversó con el periodista y cultor musical, José Acuña Campo, quien le cuenta a las nuevas generaciones sobre las rumbas que se celebraban en la ciudad en épocas de antaño, eran más agradables y en sitios muy especiales, tales como ‘La Terraza Latina’, donde ‘Manuel Bermúdez’, ‘Lucho Correa’, entre otros, para departir amistosamente, escuchar música y pasar momentos agradables en compañía de los amigos que frecuentaban todos esos lugares.

En cuanto a la conservación de estos, José Acuña asegura, que obedece a la clientela, porque la complacen con música y bebidas a precios populares, por tanto, son lugares que se han convertido en espacios familiares, de tertuliaderos, para bailar exclusivamente salsa, consumir tragos e ingerir alimentos.

LA SALSA, UNA MEZCLA DE RITMOS EN EL MUNDO

“Las nuevas generaciones hablan de la salsa, un género en el que convergen ritmos latinoamericanos que se produjeron en Nueva York en la década de los 60, cuando emigraron muchos panameños, venezolanos, puertorriqueños, cubanos a los Estados Unidos.

Los músicos se radicaron en El Bronx y en el barrio Latino; cada quien tenía su ritmo, su instrumento y su costumbre, lo que redundó en lo que hoy se conoce como salsa. “Es un sancocho de ritmos latinoamericanos y la mejor salsa que se encuentra en Colombia es el porro, la guaracha, la cumbia, porque es algo telúrico, propio de nuestra cultura.

Se puede hacer referencia a la salsa de Héctor Lavoe, que obedece a un estilo, porque fue creada en conjunto, tenía sus cantantes que se identificaban con Cuba, Venezuela, Puerto Rico, entro otros países. El estilo lo imponía el cantante. Así como Héctor Lavoe, hubo otros intérpretes de salsa que ganaron fama en Colombia. Santa Marta rescató cantantes de otros lugares.

No obstante, para los años 40 o 50 a la ciudad, por ser porteña, llegaban barcos y marinos, quienes frecuentaban ciertos lugares para distraerse. Los marinos iban a los espacios de diversión, ya fuese un burdel, casa de cita, prostíbulo o cantina, y cambiaban sus discos por tragos o favores de las muchachas. A partir de ahí se propagó la música y esa misma música que llegó a puertos como Riohacha, Santa Marta y Barranquilla, se trasladó al interior del país”, explicó José Acuña.

LA TABERNA ‘D’MANUEL JOSÉ’, DONDE SE SIENTE LA SALSA

En Santa Marta, lugares como La taberna ‘D’Manuel José’ ubicado en la calle 4 con carrera 11 en el barrio Pescaíto, conservan ese estilo, gusto y pasión por este género. Es un lugar, que durante 48 años ha cuidado que no se pierdan las raíces culturales del Caribe, por tanto, es un referente de cultura para el samario, en especial para los moradores de Pescaíto.

OPINIÓN CARIBE habló con Manuel José Bermúdez Páez, propietario del establecimiento, quien manifestó, que “siempre he tengo presente que no se pierdan las raíces culturales, por eso, a través de determinadas actividades y eventos trabajo en pro de la música del Caribe.

Nosotros tenemos reuniones de coleccionistas, hacemos integraciones, audiciones, lanzamientos de libros, todo lo que tenga que ver con la cultura de Santa Marta. A niveles teatrales se promueven los eventos a través de anuncios para indicarle a la gente los lugares, fechas y horas en los cuales se van a presentar los espectáculos. Durante 48 años hemos desarrollado este tipo de actividades, gozamos de mucha credibilidad. Su vigencia se debe a que me apasiona y me gusta lo que hago”.

Sin embargo, en este oficio se sacrifican muchas cosas, económicamente no es rentable, debido a la música que se maneja y porque la clientela pide otro tipo de géneros que están de moda como el reggaetón y el vallenato.

Santa Marta es una ciudad a la que gusta mucho el vallenato, pero lugares como La taberna ‘D’Manuel José’, conserva su línea y no se ha salido de ahí, porque le sigue brindando a sus clientes el ritmo cubano y la música del Caribe.

¿EL ÚNICO RITMO QUE SE HA MANEJADO EN LA TABERNA ‘D’MANUEL JOSÉ’ HA SIDO LA SALSA?

Manuel Bermúdez le comentó a este medio, que en sus inicios cuando él y su papá abrieron ese negocio, se manejaba la música de la Sonora Matancera, música cubana y el vallenato, pero de los antiguos, con intérpretes del acordeón como Alejandro Durán, Calixto Ochoa, Alfredo Gutiérrez, Aníbal Velásquez, entre otros. Pero, después de la decadencia del rock en los años 70 y 80, la salsa entró con todo su furor y fuerza, lo que se ha mantenido durante años.

En cuanto a la música vallenata, asegura, que todavía la conserva, pero para su colección personal y no para el público, porque su sello es la salsa. Cabe destacar, que en la entrada de La taberna ‘D’Manuel José’ hay un letrero que dice: “si no te gusta la salsa, puedes devolverte”.

¿CÓMO ERA LA RUMBA EN SANTA MARTA?

Manuel Bermúdez cuenta, “que los negocios de rumba y demás en Santa Marta eran amanecederos, se abrían desde las 6 de la tarde hasta las 6 de la mañana, por tanto, antes había más vida nocturna. Las reglas que se han ido imponiendo cambiaron ese estilo y hoy, las rumbas solo son los fines de semana.

Cabe mencionar, que la música del Caribe se convierte en historias contadas y por esa razón la salsa es conocida como el periódico del pueblo, porque cosas que pasan en determinados lugares se narran a través de ese ritmo, también son poemas cantados al amor, la vida, el sol, las estrellas. Actualmente, lo que se encuentra en los lugares de rumba es el reggaetón, porque en esencia, la letra no transmite nada”.

ESTILO DE UN LUGAR ‘SALSERO’

En cuanto a la decoración, La taberna ‘D’Manuel José’, se destaca el estilo de antaño, con cuadros y accesorios que representan a los samarios, además de la magia que los rodea. “Pienso que las cosas se parecen al dueño, y lo que he venido haciendo poco a poco, sin ninguna regla establecida de que esto debe ir allá o acá, he ido decorando y metiendo cosas y cuadros antiguos, que en su mayoría, son obsequios de los clientes. Creo que la decoración tiene que ver con todo lo que es el ambiente caribeño”.

Teniendo en cuenta los años que lleva con su negocio, Manuel Bermúdez señala, que este ha perdurado por la atención directa o indirecta con sus clientes, porque conversan e intercambian ideas y experiencias.

Destaca, que durante un tiempo se cambió de lugar debido a la inseguridad que había en el barrio Pescaíto a la calle 29 con carrera cuarta, de razón social ‘El Caribeño’.

Cuando se cumplió ese ciclo, por algunas circunstancias tuvo que cerrarlo, de ahí se pasó a ‘Donde Totó’ ubicado en el puente de La 19, durante dos años. Decidió regresar a su barrio, Pescaíto para reinaugurar La taberna ‘D’Manuel José’, un lugar al cual llegan muchas personalidades nacionales y extranjeras.

Afirma, además, que “la selección musical es a petición de mis colaboradores, no tengo muchas mesas ni sillas, solo una programación excelente; la gente así sea de pie se queda en el lugar. Sobre todo, porque haces lo que te gusta y si tienes credibilidad, lo tienes todo”.

‘DONDE TOTÓ’, LA OTRA ESQUINA DE LA SALSA

Otro de los lugares representativos y emblemáticos de este género es ‘Donde Totó’, ubicado en el puente de La 19 del barrio Ciudadela 29 de julio. Su nombre, en sus inicios, era ‘el Puente de la Salsa’, sin embargo, mucha gente no lo conocía así y decía: “vamos pa’ donde Totó”.

OPINIÓN CARIBE habló con Edwin Narváez Polo, hijo de Adaulfo Narváez Martínez, ‘Totó’, quien informa, que este 29 de julio el establecimiento cumple 27 de años de brindar esparcimiento y diversión a los samarios, donde se mantiene el gusto por los ritmos del Caribe.

Edwin Narváez asegura, que “gracias a los nuevos cantantes de salsa, se ha logrado reforzar este tipo de música, generando expectativas en los jóvenes. El éxito del negocio familiar se caracteriza por ser un espacio para todos los estratos y por sus precios populares.

No podemos dejar de lado a la salsa vieja que programamos para todos los visitantes, aparte de la música africana y de verbena. Eso nos ha llevado a figurar en el listado de reconocimientos que se le va a hacer a algunos lugares de Santa Marta, a los cuales van a declarar como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad”.

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