Análisis
Bancada magdalenense: ¿qué priorizan los congresistas que nos representan?

Por Marcela Escandón
Cada cuatro años los colombianos elegimos a los nuevos miembros del Congreso: representantes a la Cámara y Senadores que tienen como principal responsabilidad crear o modificar las leyes que rigen el país. En una democracia presidencialista como la colombiana, ellos están encargados no solo de representar la diversidad de intereses y necesidades de los ciudadanos, sino que se encargan de hacerle contrapeso a la Rama Ejecutiva, evitando así el abuso de poder por parte del presidente y sus ministros.
¿QUÉ ES, QUÉ HACE Y QUÉ NO HACE UN CONGRESISTA?
De acuerdo con la Constitución de 1991 (artículos 132-150), el Congreso o Rama Legislativa en Colombia tiene entre sus funciones:
- Interpretar, reformar y derogar las leyes;
- Modificar la Constitución política;
- Elegir a altos dignatarios como magistrados de las altas cortes y cabezas de entes de control;
- Citar y requerir a los ministros, superintendentes y directores de departamentos administrativos para que concurran a las sesiones y rindan cuentas;
- Expedir códigos y aprobar el Plan Nacional de Desarrollo;
- Proponer moción de censura aministros, superintendentes, directores de departamentos y otros funcionarios de la Rama Ejecutiva por asuntos relacionados con funciones propias del cargo, o por desatención a los requerimientos y citaciones del Congreso de la República;
- Citar a cualquier persona natural o jurídica para que rinda declaraciones orales o escritas;
- Definir la división general del territorio;
- Determinar la estructura de la administración nacional y crear, suprimir o fusionar ministerios, departamentos administrativos, etc.;
- Conceder autorizaciones al Gobierno para celebrar contratos, negociar empréstitos y enajenar bienes nacionales, entre otros;
- Revestir, hasta por seis meses, al Presidente de la República de facultades extraordinarias;
- Establecer contribuciones fiscales y, excepcionalmente, contribuciones parafiscales;
- Determinar la moneda legal y su convertibilidad;
- Aprobar o improbar los contratos o convenios celebrados por el Presidente de la República;
- Decretar honores a los ciudadanos que hayan prestado servicios a la patria.
- Aprobar o improbar los tratados que el Gobierno celebre con otros Estados o con entidades de derecho internacional;
- Conceder amnistías o indultos generales por delitos políticos;
- Dictar las normas generales por las cuales debe sujetarse el Gobierno para organizar el crédito público; regular el comercio exterior, modificarlos aranceles, entre otros;
- Expedir las leyes que regirán el ejercicio de las funciones públicas y la prestación de los servicios públicos;
- Unificar las normas sobre policía de tránsito; entre otras funciones.
Como se puede observar, estas son algunas de las decisiones públicas más importantes para cualquier sociedad y afectan directamente la vida de todos los ciudadanos. En efecto, el Congreso de la República moldea en buena parte la sociedad que somos y las normas que la rigen, pero también tiene limitaciones. Los congresistas, por ejemplo, no pueden ejecutar el presupuesto nacional, decidir sobre asuntos de las otras ramas del poder (Ejecutiva y Judicial), pedirle al Gobierno información en materia diplomática, favorecer a personas con donaciones, auxilios, pensiones, celebrar contratos o realizar gestiones con personas naturales o jurídicas que manejen fondos públicos, entre otros.
Ahora bien, esta importante corporación, a pesar de su gran importancia para el funcionamiento de cualquier democracia, está desprestigiada y los ciudadanos conocen muy poco de su funcionamiento. Esto obedece a que la labor de un presidente o primer ministro es mucho más visible pues toma decisiones con impacto en el corto plazo y ejecuta el presupuesto nacional. Además, la labor de un Congreso o parlamento es compleja, implica debate y desacuerdos, es más difícil de monitorear y requiere conocimientos específicos sobre el trámite de las leyes y su impacto. Esto ocurre en todos los países del mundo, pero en el caso colombiano, a esto debe sumársele los escándalos de corrupción, la relación de algunos congresistas con grupos armados ilegales, la compra de votos, el clientelismo, los salarios millonarios y algunos comportamientos impopulares de los congresistas como la inasistencia a las sesiones.
Entonces, si bien el Congreso es una de las entidades más desprestigiada, lo cierto es que da cuenta del panorama político nacional, representa los diferentes intereses ciudadanos (legales e ilegales, legítimos e ilegítimos) y materializa la diversidad regional. Esta es la importancia del Congreso. Sin él, no hay democracia y por ende, es obligación de todos los ciudadanos saber a lo que allí se discute y decide; haciendo seguimiento especial a las personas por las que votamos y a quienes representan nuestra ciudad y departamento.
ALGUNOS DATOS SOBRE LA GESTIÓN DE LA BANCADA SAMARIA Y MAGDALENENSE
En este orden de ideas, resulta fundamental conocer quiénes son los congresistas elegidos para representar a Santa Marta y el Magdalena ante el resto de la nación. Para el actual periodo (2014-2018) hay 5 representantes a la Cámara elegidos por el departamento del Magdalena, mientras que en el caso del Senado no hay un representante que haya obtenido la mayoría de sus votos en el Magdalena o su capital. A pesar de eso, un senador, elegido por una lista cerrada a nivel nacional, es oriundo de Santa Marta, motivo por el cual será tenido en cuenta en este análisis.
En aras de ejercer una ciudadanía responsable, no basta con saber los nombres de quienes representan a nuestra región en el Capitolio Nacional, sede del Congreso de Colombia. Se debe, además, conocer el partido al que pertenece, la trayectoria política, sus promesas de campaña, los aliados políticos con que cuenta, y en especial, los temas que promueve a través de las gestiones realizadas en el ejercicio de sus funciones. Esta última información es la más difícil de obtener como ciudadanos del común. Lo demás es de amplio conocimiento público, pero enterarse de las actuaciones concretas al interior del Congreso, y por ende, sus resultados, requieren de tiempo, recursos y conocimientos que no todos los ciudadanos poseen o están dispuestos a invertir. Y aunque exista la voluntad, muchas veces la información no es pública. Para mitigar esto, a continuación se presentan algunos datos acerca de la gestión de los congresistas del Magdalena.
La tabla presentada muestra que temas de alcance nacional como el medio ambiente y la ejecución presupuestal on recurrentes y han sido de especial interés de los congresistas. Esto a pesar de su condición de representantes a la Cámara, los cuales representan a las regiones más que a la nación en general, lo cual es función de los senadores de acuerdo con el diseño institucional de la Constitución de 1991. Con respecto a los proyectos de ley, los temas son muy variados y van desde derechos fundamentales hasta la defensa de intereses de otras regiones, como la reconstrucción de Mocoa, Putumayo. Si bien la muestra presentada es pequeña, sí es ilustrativa de las últimas actuaciones de estos congresistas.
Finalmente, frente a los debates de control político citados, los temas también son diversos y abarcan asuntos como la paz, la salud, la educación y la ley de tierras. En la muestra, el único asunto directo departamental es el de los Juegos Bolivarianos en Santa Marta. Adicionalmente, cabe destacar que estos legisladores, junto con el resto de la Bancada Costeña en el Congreso, han citado a varios debates de control político sobre la intervención a Electricaribe e incluso convocaron una comisión accidental para hacer seguimiento al proceso. Otros temas de interés regional, departamental y local (como la ola invernal, la sequía, también han sido promovidos por ellos, incluso en periodos anteriores para el caso de Sin embargo, esto no hace parte de la actividad más reciente.
La anterior información permite que como ciudadanos evaluemos la coincidencia entre nuestros intereses, preferencias, prioridades y preocupaciones frente a los de nuestros congresistas. ¿Son los temas presentados en la tabla de especial importancia para el Magdalena y Santa Marta? ¿Qué otros asuntos se podrían promover? ¿Qué hacer para que estos temas se discutan en el Congreso?
OTRAS PREOCUPACIONES DE LOS SAMARIOS Y MAGDALENENSES: RESPONSABILIDADES COMPARTIDAS
Sin lugar a dudas, los asuntos discutidos y propuestos por los congresistas que nos representan son importantes para todos los colombianos. Sin embargo, específicamente para Santa Marta y el Magdalena existen temas urgentes, que afectan la vida cotidiana y que podrían ser llevados al legislativo para que desde allí se planteen soluciones, se gestionen recursos, se cuestionen posibles fallas del Gobierno Nacional, se rinda cuentas sobre el uso de los recursos y se logren compromisos con el departamento y la ciudad. Algunos de estos asuntos se enumeran a continuación:
1. Falta de gestión del recurso hídrico (acueducto y alcantarillado): Para nadie es un secreto que los recurrentes fenómenos del Niño y de la Niña impactan indolentemente a la ciudad de Santa Marta sin que se cuente con planeación y acciones de corto, mediano y largo plazo. Las inundaciones durante los periodos de lluvia traen consigo enfermedades, pérdidas materiales, trancones, incomodidades, problemas para el turismo, colapso del sistema de alcantarillado, entre otras consecuencias negativas. Por el contrario, cuando no llueve, la escasez de agua afecta a toda la ciudad, en especial a los barrios de estratos más bajos y evidencia fenómenos como la ausencia de un acueducto eficiente, la informalidad en la conexión a servicios públicos, costos adicionales para los ciudadanos, dificultades para la atención de turistas, etc. No es posible que la capital del Magdalena, así como otras poblaciones del departamento, sufran periódicamente los mismos problemas sin que se haga nada para evitarlo.
2. Violencia contra la mujer: Con 1.250 denuncias, el Magdalena es uno de los departamentos con mayores casos de violencia de género. Los municipios de Ciénaga, Zona Bananera y Fundación presentan la mayoría de incidentes. Si bien la Oficina de la Mujer, Equidad de Género e Inclusión Social del Magdalena lanzó una política pública para combatir este fenómeno1, desde el Congreso se podrían promover acciones como debates de control político a los ministerios respectivos, la Fiscalía General de la Nación, la Defensoría del Pueblo, entre otros para que rindan cuentas sobre lo que se está haciendo y como mejorar.
3. Mayor empuje al turismo: Coordinación institucional, planeación, esfuerzos públicos y privados, mejoramiento de infraestructura, mantenimiento y aseo a los espacios públicos y campañas de cultura ciudadana son algunas de las muchas acciones que se requieren para aumentar el flujo de turistas hacia Santa Marta, Aracataca y otras zonas del departamento. Es posible pensar en grande y coordinar con entidades del orden nacional recursos y acciones para impulsar aún más el turismo, y los congresistas del departamento podrían jugar un papel fundamental en este sentido. Por ejemplo, además de propender por el compromiso de ministerios y otras instituciones pertinentes, se podría pedir cuentas acerca de lo que se avanzó en materia de remodelación del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar y lo que aún está pendiente en temas como la ampliación de la pista y la gestión de rutas internacionales. Del mismo modo, se requieren acciones urgentes en materia de servicios públicos y recolección de aguas negras en el Centro Histórico, el Rodadero, Taganga, entre otros sectores de alto flujo de turistas.
4. Medio ambiente: siendo el medio ambiente a nivel nacional uno de los asuntos de interés de nuestros congresistas, resulta pertinente que este tema se aborde en el nivel regional y local. Merecen especial atención la situación de la Sierra Nevada de Santa Marta, con el alarmante derretimiento de sus picos nevados y la contaminación en la Ciénaga Grande de Santa Marta. Los legisladores del departamento podrían comprometerse con esta causa y adelantar tanto proyectos de ley como debates de control político para visibilizar la problemática y plantear posibles soluciones coordinadas entre los gobiernos nacional, departamental y local.
Pues bien, ante estos importantes asuntos, cabe preguntarse ¿y dónde estamos los ciudadanos? Si bien se le puede exigir mayor atención de los congresistas a estos cuatro temas (y muchos otros más) lo cierto es que la responsabilidad es compartida. En Estados Unidos, por ejemplo, los ciudadanos les escriben cartas directamente a sus legisladores acerca de los principales problemas de su comunidad, y estos funcionarios cuentan con un grupo de asesores para evaluar estos asuntos y decidir cómo intervenir. ¿Cómo podemos generar tal relación de cercanía, si en nuestro país el 63% de las personas no recuerda por quién votó para que lo representara en el Congreso2? Tenemos entonces que saber, no sólo por quién votamos, sino quiénes nos representan y cómo lo hacen, así no hayamos votado por ellos. Somos los ciudadanos quienes debemos comparar promesas de campaña con el accionar posterior de los políticos una vez son elegidos. ¿Cuántos ciudadanos ven el canal del Congreso, el noticiero del Senado o de la Cámara, o consultan las páginas web oficiales para enterarse de lo que hacen sus representantes?
Aunque el Congreso colombiano está enormemente desprestigiado hay que reconocer avances. Por ejemplo, se han superado “prácticas abiertamente irregulares como los auxilios parlamentarios o la adopción propia de los congresistas de su sueldo anual y gastos de representación”, sistema imperante antes de 19913. Así, más allá de los estereotipos sobre el congreso y la indignación mediática, cada ciudadano deberá evaluar el comportamiento de sus representantes para premiar la buena gestión, castigar el mal desempeño y exigir mayor representación. En un sistema donde la ciudadanía está informada, el seguimiento a la gestión de nuestros congresistas en favor de nuestras regiones es la principal herramienta con la que contamos los ciudadanos. Sólo resta que nos apropiemos de ella y la utilicemos responsablemente.
¿Qué es el Congreso de la República?
El Congreso está conformado por el Senado de la República y la Cámara de Representantes. Es un cuerpo colegiado, es decir, que está conformado por varios miembros, y que cada uno de ellos tiene igual poder y responsabilidad. Actualmente, el Senado de la República está integrado por 102 senadores. 100 son elegidos por voto popular en todo el territorio nacional y dos más en representación de las comunidades indígenas a través de circunscripción especial.
La Cámara cuenta con 166 representantes. 161 elegidos por circunscripción territorial (por departamentos y por el Distrito Capital), y los cinco restantes a través de otras circunscripciones: dos curules para las comunidades afrodescendientes, una para las comunidades indígenas, y dos en representación de los colombianos residentes en el exterior. Es importante aclarar que a cada circunscripción territorial corresponden dos representantes, y uno más por cada 365.000 habitantes.
Fuente: Congreso Visible, http://www.congresovisible.org/democracia/congreso/


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