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Esquemas de seguridad

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Dánisa Varela Mendoza

Figuras públicas, políticos y autoridades gubernamentales gozan actualmente de la protección del Estado. Este servicio lo prestan profesionales expertos en temas de seguridad que están al servicio de la Policía Nacional a través de la Dirección de Protección y Servicios Especiales o de la Unidad Nacional de Protección, UNP.

El Estado a través del Decreto 567 de 2006 establece cuáles son las personas objeto de protección de acuerdo con su cargo y su nivel de riesgo; y determina la entidad que debe hacerse cargo de su seguridad.

OPINIÓN CARIBE ilustra a sus lectores sobre las características que debe cumplir una persona para ser objeto de protección.

¿A QUIÉNES PROTEGEN?

Mediante el Decreto-Ley 4065 de 2011, se crea la Unidad Nacional de Protección, estableciéndose como objetivo principal el de articular, coordinar y ejecutar la prestación del servicio de protección a aquellas personas que determine el Gobierno Nacional, que por virtud de sus actividades y condiciones o en razón al ejercicio de un cargo público, se encuentren en situación de riesgo extraordinario o extremo de sufrir daños contra su vida, integridad, libertad y seguridad personal.

Así mismo, el Decreto 1066 de 2015, en el Capítulo 2, organiza el Programa de Prevención y Protección, cuyo objetivo se enmarca en la garantía y salvaguarda de los derechos a la vida, integridad, seguridad y libertad de las personas, grupos y comunidades que se encuentren en situación de riesgo extraordinario o extremo, como consecuencia directa del ejercicio de sus actividades o funciones políticas, públicas sociales o humanitarias o en razón al ejercicio de su cargo.

¿QUÉ SE DEBE HACER?

Para ser objeto de protección, debe hacerse un estudio para conocer el nivel de riesgo de la persona. En este proceso se entrevista al ciudadano con el fin de saber si ha sido víctima de amenazas, se buscan antecedentes en todas las entidades y a partir de esto se hace una ponderación del riesgo.

Las medidas pueden variar, van desde disponer de un solo hombre de protección, entregar un chaleco antibalas y un teléfono celular para que avise de inmediato cualquier anomalía hasta brindar un esquema de hasta siete hombres, carros blindados, entre otros.

En la Policía Nacional, los encargados de decidir el esquema de seguridad hacen parte del Comité de Estudio de Nivel de Riesgo de la Unidad Nacional de Protección, Comité de Evaluación de Recomendación de Medidas, Cerrem.

La UNP es la que tiene la disposición presupuestal para apoyar con medios logísticos, tales como chalecos, medios de comunicación y vehículos blindados. La Policía, en cambio, solo dispone de hombres de protección.

El Manual de Protección a Personas con el propósito de brindar conocimiento en la seguridad a personas, de acuerdo con su cargo o nivel de riesgo, señala estándares y pautas de procedimientos a desarrollar por las unidades de la Policía Nacional en el territorio colombiano.

En el manual de protección se establece cómo se conforma una caravana, la ubicación del protegido en un vehículo; dónde va ubicado el jefe del esquema, dónde van los hombres de protección anexos al esquema; las funciones del conductor, entre otras.

El jefe de seguridad es el líder de la cápsula. En el caso de la Policía, por lo general, es un suboficial o un oficial si el servicio de protección es para el Presidente de la República.

“Este líder es el encargado de organizar la cápsula y establece los procedimientos de avanzada. Estos últimos deben verificar las instalaciones dónde va a estar el protegido, conocer la logística del evento a dónde va a asistir; las rutas de evacuación; solicitar el apoyo de las unidades de Policía Nacional, del Ejército, Alcaldía, es decir, las solicitudes respectivas en cuanto al tema de seguridad”.

CÓMO ESTÁ ORGANIZADO UN ESQUEMA DE SEGURIDAD

Dentro del esquema de seguridad, todo el personal cumple una labor fundamental que garantiza la tranquilidad del protegido que esté a su cargo.

El Jefe de Seguridad es el encargado de brindar protección corporal al protegido. Esta persona se ubica en el vehículo al frente y a la derecha del vehículo principal; o en los desplazamientos a pie, se ubica a la derecha y detrás del protegido.

El jefe de turno es el segundo al mando en virtud del grado y debe viajar en el asiento delantero derecho del vehículo de seguridad. Esta persona es el enlace de radio principal con el jefe de seguridad.

Las personas que integran el anillo principal son los encargados de avisar e indican de manera oportuna al conductor del vehículo de seguridad acerca de las condiciones del tránsito en torno a la caravana dentro del área de responsabilidad de cada hombre.

Entre los deberes del conductor está reaccionar a las amenazas contra la caravana de automóviles y conocer las rutas principales y alternas, así como las rutas de reacción, tales como  hospitales y refugios seguros.

¿ESCOLTA U HOMBRE DE PROTECCIÓN?

Son muchas las personas que utilizan el término de ‘escolta´ para referirse a la persona que brinda seguridad a determinada persona. No obstante, en el Manual de Protección elaborado por la Policía Nacional aclara el significado entre un escolta y un hombre de protección.

“Hoy, el término escolta está asociado con acompañante; el hombre de protección es un concepto, con características propias de un profesional en seguridad y con una formación capaz de resolver situaciones que comprometan la integridad física y la imagen pública de un protegido.

De igual manera, diariamente se ve que en el ámbito de la seguridad se habla de conductor-escolta como una sola unidad de trabajo; es importante aclarar, que las funciones son diferentes.  Pese a que el hombre de protección debe poseer los conocimientos en conducción y técnicas de protección, estas son dos funciones diferentes.

Los hombres de protección ponen en práctica toda su experiencia y conocimientos para garantizar la seguridad de su protegido.

El profesionalismo del hombre de protección es el resultado de la experiencia, sumada al conocimiento y reentrenamiento permanente, y a un  trabajo eficaz y efectivo.

La razón fundamental de que el hombre de protección vaya sentado en la silla delantera y el protegido detrás es porque el jefe del esquema va analizando las rutas y es él quien coordina con los demás integrantes del esquema.

Así mismo, el jefe del esquema es quien desciende primero del vehículo para asegurar la puerta del protegido y luego de verificar en los alrededores que esté seguro, le indica al protegido que puede bajarse del carro”, explicó un experto.

Se han dado casos en que el protegido a última hora decide cancelar lo programado con anticipación y el jefe del esquema debe tener la capacidad de establecer en el menor tiempo posible las rutas seguras para el desplazamiento de esta persona.

QUÉ PASA SI NO HAY GARANTÍAS 

La labor que hace la avanzada de un personaje público le permite revisar con antelación todos los detalles con el fin de velar por su tranquilidad y seguridad.

Es por esto que se han dado casos en que cancelan a última hora eventos en plazas o auditorios y recorridos por ciertos lugares.

“La avanzada hace las recomendaciones necesarias en materia de seguridad apoyados en los informes sobre el orden público o en los conceptos de los comandantes de Policía de la jurisdicción”, anotó un experto.

CUÁNDO VENCEN LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN

Las medidas de protección implementadas en favor los Magistrados de Altas Cortes se mantendrán hasta por seis meses después del vencimiento de su período constitucional o la renuncia a su cargo. En el caso de los magistrados de la sala penal de la Corte Suprema de Justicia las medidas se mantendrán por un año, prorrogable hasta por seis meses previa a la valoración del riesgo individual.

En los demás casos de personas protegidas en virtud de las medidas asignadas podrán extenderse hasta por tres meses más, de manera inmediata, después de que el funcionario cese en el ejercicio de sus funciones sin que medie evaluación del riesgo, término que podrá prorrogarse por una sola vez hasta por el mismo período.

CONSECUENCIAS DE NO ACATAR RECOMENDACIONES

El esquema de protección tiene como principio garantizar la integridad de su protegido. Sin embargo, llama la atención que muchas de las personas que cuentan con este servicio del Estado hacen caso omiso a las recomendaciones entregadas por los expertos.

Por este tipo de comportamientos es que se dan casos como el de la excandidata presidencial Íngrid Betancourt, quien fue secuestrada el 23 de febrero de 2002, cuando se movilizaba entre la ciudad de Florencia y la población de San Vicente del Caguán.

El recorrido de la entonces candidata presidencial se hizo por tierra, ya que no le fue permitido viajar por helicóptero para su desplazamiento al lugar. Con anterioridad, el Gobierno Nacional le había advertido sobre la presencia de guerrilleros en la zona; pero Íngrid Betancourt hizo caso omiso y se desplazó en compañía de su entonces jefe de debate, Clara Rojas, cuando fueron retenidas por el grupo armado.

De inmediato, el Estado aseguró que era responsabilidad de Betancourt lo sucedido, pero varios movimientos políticos rechazaron las afirmaciones y exigían la búsqueda de la dirigente política.

Y aunque han transcurrido 16 años desde aquel secuestro, todavía hay muchos dirigentes políticos que imponen sus reglas antes de las del esquema de protección.

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