Cultura
40 libros que deberíamos leer antes de cumplir 40
Cuando uno se acerca a los 40 se da cuenta de que aquello que dijo Jaime Gil de Biedma en su famoso poema es totalmente cierto: “Que la vida iba en serio y uno lo empieza a comprender más tarde. Y, como todos los jóvenes, yo vine a llevarme la vida por delante.”
Y es que la temida edad que roza el medio siglo hace que uno se replantee muchas cosas. La decisión que se toma al decantarse por un libro en vez de otro es mucho más trascendental de lo que en principio pudiera parecer. ¿Será bueno? ¿Me aportará algo? ¿Será ese tipo de libro que logrará cambiarme la vida o hacer que me replantee mi visión del mundo? ¿Me lo pasaré bien leyéndolo?
Leemos para aprender, para entretenernos, para ser más sabios, para divertirnos. Leemos por múltiples motivos, pero sea cual sea el tuyo, más te vale pensarlo dos veces a la hora de escoger un libro. Porque el tiempo es finito y las horas que dediques a esas páginas son horas que no habrás dedicado a otras que quizás podrían esconder un mensaje o una historia que podría marcarte para siempre.
Aquí va una lista de libros que llegado a los 40 todo el mundo debería haber leído. Una especie de mapa literario con el que recorrer otros mundos, otras mentes. Un mapa para hacernos más grandes por dentro y, por qué no, más felices. Cada uno de estos títulos te hará reflexionar sobre la vida, la existencia, tu lugar en el mundo, pero también hará que pases muchas horas de entretenimiento y disfrute.
Entre los seleccionados en este listado encontramos obras imperdibles de la narrativa en español, como es Nubosidad variable de Carmen Martín Gaite, escrita tras la muerte de su hija. Una novela para entender que la vida, a pesar de todo, continúa teniendo sentido pase lo que pase. Otra mujer fuerte a la que todo el mundo debería leer es Ana María Matute, autora de obras inolvidables como Olvidado rey Gudú.
Los juegos de la edad tardía de Luis Landero o El jinete polaco (recuerdo de cuando el Premio Planeta gozaba de una calidad literaria sin mácula) son también de obligada lectura. Cruzando el charco, pero aún en castellano, otros títulos imprescindibles que pueden servir como brújula para llegar al puerto de los cuarenta son La Fiesta del Chivo, de Vargas Llosa, El coronel no tiene quien le escriba, de García Márquez, Plata quemada de Ricardo Piglia, el adictivo 2666 de Roberto Bolaño o Leonora, de Elena Poniatowska, sobre la fascinante vida de la pintora surrealista Leonora Carrington.
La conocidaGeneración Granta, un conjunto de autores británicos que colocó las letras inglesas en el foco de atención de todos en los primeros años 80, está integrada por autores como Martin Amis, Ian McEwan, Julian Barnes o el reciente Nobel de Literatura, Kazuo Ishiguro. A ellos se refirió el editor de Anagrama Jorge Herralde como el dream team. Y no es para menos. Obras como El libro de Rachel, Amsterdam, El sentido de un final o Nunca me abandones no pueden faltar en ninguna biblioteca.
Volver la mirada hacia los horrores de los que es capaz el ser humano también es algo muy necesario. Por eso recomendamos leer a Imre Kertész, que narra en Sin destino el horror de los campos de concentración nazi. Un horror que también vivió en sus propias carnes la escritora Irene Némirovsky, autora de Suite Francesa, un manuscrito que no vio la luz hasta casi medio siglo después de la muerte de Némirovsky Auschwitz.
En este viaje literario toca ahora emprender rumbo hacia las letras francesas, un destino imprescindible cuando se habla de literatura. Y es que algunos de los mejores escritores de la historia nacieron allí. Recomendamos encarecidamente las obras de Patrick Modiano, siempre obsesionado con la búsqueda de la identidad, como muestra Calle de las tiendas oscuras. El enfant terrible de las letras francesas es Houellebecq un controvertido escritor al que conviene seguir muy de cerca y que firmó hace unos años la joya El mapa y el territorio.
Para los amantes de las novela negra, James Ellroy es un referente indiscutible y Mis rincones oscuros, en el que reconstruye la historia del asesinato de su madre cuando era un niño, atrapará a cualquier lector. Quienes prefieran los relatos cortos, si no han leído a Alice Munro, ya están tardando.
Si aún te quedan años para llegar a los 40, este es un momento idóneo para empezar con el listado. Si, por el contrario, os queda poco para ser unos cuarentones o ya lo spis, no sirven las excusas. Nunca es demasiado tarde para decidirse a leer un buen libro. Y todos los que aparecen en este listado lo son. Os lo garantizamos.
Lista completa:
1. Nubosidad variable, de Carmen Martín Gaite
2. Juegos de la edad tardía, de Luis Landero
3. Desgracia, Coetzee
4. La ciudad de los prodigios, de Eduardo Mendoza
5. Amsterdam, de Ian McEwan
6. El libro de Rachel, de Martin Amis
7. La fiesta del chivo, de Vargas Llosa
8. El coronel no tiene quien le escriba, de García Márquez
9. Calle de las tiendas oscuras, de Modiano
10. Pensamientos, de Marco Aurelio
11. Dientes blancos, de Zadie Smith
12. Sin destino, de Imre Kertesz
13. Las edades de Lulú, de Almudena Grandes
14. El mapa y el territorio, de Houellebecq
15. El amor dura tres años, de Beigbeder
16. 2666, de Bolaño
17. El día del Watusi, de Casavella
18. Plata Quemada, de Ricardo Piglia
19. Léxico familiar, de Natalia Ginzburg
20. La trama nupcial, de Jeffrey Eugenides
21. Las correcciones, de Franzen
22. Pastoral Americana, de Roth
23. El sentido de un final, de Barnes
24. El jinete polaco, de Muñoz Molina
25. Con rabia, de Lorenza Mazzetti
26. Intimidad, de Kureishi
27. Un hombre, de Oriana Fallaci
28. Éramos unos niños, de Patti Smith
29. Arrancad las semillas, fusilad a los niños, de Kenzaburo Oé
30. Nunca me abandones, de Kazuo Ishiguro
31. Beloved, de Toni Morrison
32. Suite francesa, de Irene Nemirovsky
33. Mis rincones oscuros, de James Ellroy
34. Demasiada felicidad, de Alice Munro
35. Olvidado rey Gudú, de Ana María Matute
36. Americanah, de Chimamanda
37. El año del pensamiento mágico, de Joan Didion
38. Leonora, de Elena Poniatowska
39. Tú no eres como otras madres, de Angelika Schrobsdorff
40. Una habitación propia, de Virginia Woolf
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