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Economía

En Colombia circulan 15 millones de tarjetas de crédito

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Alcanzar esta cifra hubiese tomado menos tiempo pero se atravesó el débil crecimiento de la economía del último año y medio.

El año pasado, por primera vez desde cuando se tienen estadísticas de este mercado, la colocación de nuevas tarjetas registró una tasa negativa del 0,2 por ciento, contrariando la dinámica del 8,4 por ciento promedio vista entre 2013 y 2016; el 16,4 por ciento del 2011; el 22,2 por ciento del 2008 y mucho más el 40,6 por ciento observado en el 2006.
La tarjeta número 15 millones, según datos de la industria, se emitió en mayo por alguna de las cerca de 30 entidades que hoy tienen en su portafolio este producto, dicen fuentes de la banca. Así, al terminar mayo hubo 15’022.725 tarjetas vigentes en los bolsillos de los colombianos.

Alcanzar este nivel le tomó al sistema financiero colombiano casi seis décadas, si se tiene en cuenta que la primera tarjeta de crédito que llegó al país (Diners Club) lo hizo en 1962. Esto equivale a una emisión de 734 diarias desde entonces.

Quienes están en este negocio en Colombia coinciden en que, si bien ese volumen de plásticos activos es importante, sigue siendo bajo frente al de otras economías latinoamericanas, pero más importante aún, que no abarca el universo de la población colombiana con capacidad para tener un instrumento de pago como este, en una coyuntura que demanda con urgencia la reducción del uso del dinero en efectivo.

Chile, por ejemplo, con una población de unos 17,6 millones de habitantes, tiene en circulación cerca de 13 millones de tarjetas de crédito; Argentina, con 44 millones, cuenta con 25,3 millones de plásticos emitidos.

“Los indicadores de cantidad de tarjetas por cada 1.000 habitantes muestran en algunos países valores relativamente elevados. Pero deben ser analizados con cautela, ya que la proporción de clientes únicos que utilizan las tarjetas en forma frecuente muestra valores muy lejanos a los de países desarrollados”, dice Federico Juan, director de Investigaciones de Mercado de BSLatAm.

El más reciente informe de inclusión financiera elaborado por el programa Banca de las Oportunidades (2017) da cuenta de poco más de 10,3 millones de colombianos y cerca de 95.000 empresas con este medio de pago, frente a una población cercana a los 50 millones, según el Dane.

Alcanzar los 15 millones de plásticos deja a Colombia en el cuarto lugar entre un grupo de 18 países latinoamericanos.

Hasta diciembre del año pasado, Brasil lideraba de lejos el escalafón regional con unos 166 millones de tarjetas de crédito circulando. Lo seguían Argentina, con 25,3 millones de plásticos, y México, con 24,7 millones, según análisis de esa firma de investigación.

Colombia, en esa misma medición, es seguida de cerca por Chile, que tiene emitidas 13,9 millones de esas tarjetas, y Venezuela, que reportó 12,8 millones. Los demás países están muy por debajo.

El experto agrega: “La región tiene todavía el desafío de lograr que la tarjeta de crédito sea un medio cotidiano para el habitante promedioEn este sentido, la telefonía móvil permitirá una expansión de los negocios y pagos con tarjetas. En forma concomitante, los pagos digitales seguirán cobrando mayor protagonismo, aunque en el corto plazo lo más probable es que los demás medios no desaparecen, sino que se integran y conviven”.

MAYOR USO, EL DESAFÍO

El año pasado, los tarjetahabientes colombianos gastaron con sus plásticos más de 67,5 billones de pesos (compras y avances en efectivo); esto es cerca del 30 por ciento del presupuesto destinado para gasto e inversión de la Nación este año (233 billones de pesos).

Solo en los primeros cuatro meses del 2018, los tarjetazos de los colombianos sumaron 22,5 billones de pesos, lo que indica que, en promedio, cada minuto los tarjetahabientes consumieron 130,2 millones con sus plásticos.

Aunque ese consumo y el número de operaciones (25 millones en promedio por mes hasta abril pasado) parecen altos, por desgracia no lo son. Es más, están entre los más bajos de los 18 países de Latinoamérica analizados por BSLatAm.

En el 2017, la intensidad de uso promedio de tarjetas en Colombia fue del 83 por ciento, frente a una media de 180 por ciento de la región, según el índice elaborado por dicha firma. En países como Chile y Uruguay ese indicador está muy por encima del 350 por ciento. “Cuando el indicador supera el 100 por ciento implica un nivel de uso más intenso de las tarjetas, pero cuando es inferior al 100 ciento, ese uso es muy bajo”, explica el vocero de la consultora.

EDUCACIÓN E INCLUSIÓN

Luego de la contracción registrada por la industria de las tarjetas el año pasado, la emisión y colocación de nuevos plásticos volvió a terreno positivo en el 2018. Esto, debido a que las entidades emisoras comienzan a perfilar nuevas estrategias para dinamizar este negocio.

Para Paula Andrea Ángel, vicepresidenta de Negocio de Tuya, el objetivo no es solo mayor colocación de plásticos, sino hacerlo promoviendo un consumo responsable en los tarjetahabientes y procurando mayor inclusión financiera.

“Estamos convencidos de que la educación financiera del cliente es el primer paso para estimular el mercado de las tarjetas. Ahora bien, teniendo en cuenta la velocidad y los cambios del sector, en Tuya vemos que es clave generar una experiencia fácil, ágil y sencilla para las personas; por eso estamos enfocados en estrategias y procesos que simplifican la solicitud de documentos y requisitos, permitan conocer más al cliente, se garantice la entrega inmediata del producto y se brinden beneficios adicionales por la adquisición del producto. Esto es clave para activar el mercado”, dice.

Danilo Morales, vicepresidente de banca personal y pymes de Scotiabank Colpatria, dice que su estrategia tiene tres pilares: inclusión, profundización en regiones y mayor oferta y variedad de productos. Explica que, por ejemplo, la tarjeta Crédito Fácil Condensa está muy orientada a generar inclusión financiera, pues con el producto muchos inician su vida crediticia.

También estructuraron una oferta en ciudades intermedias en la que en una misma tarjeta están dos o más marcas del comercio, con la cual los clientes acceden a múltiples beneficios.

‘PESOS PESADOS’ EN EL NEGOCIO DE LAS TARJETAS

La compra de la cartera de pymes y de tarjetas de crédito del Citibank por parte de Scotiabank Colpatria sin duda le dio un nuevo orden a esta industria en Colombia, donde por varios años tres entidades se peleaban hombro a hombro el liderazgo.

Al igual que en otros países de Latinoamérica, este es un mercado donde más del 50 por ciento está controlado por unas cuantas entidades. En Colombia, solo seis bancos tienen el 75,6 por ciento del total de tarjetas activas en circulación.

Scotiabank Colpatria tiene la mayor cuota con 18,7 por ciento, tras su negocio con el Citibank; le siguen la Compañía Tuya y Bancolombia, cada uno con 15,2 y 14,5 por ciento.

 

Datos de Portafolio

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