Columnistas
Crisis de liderazgo
Cecilia López Montaño
Excelente la idea de Adolfo Meisel de hacer del liderazgo y del capital humano, los dos ejes de su gestión como rector de la Universidad del Norte. Muy bueno el documento que produjo sobre el tema, y tal vez lo más importante es que está generando una discusión en la región sobre esa incapacidad que ha tenido históricamente el Caribe colombiano de incidir sobre los grandes temas nacionales. Creo que el documento de Adolfo da suficientes elementos de reflexión, de manera que para no entrar en una aburrida repetición es mejor ser absolutamente contundente y afirmar que esta región Caribe sufre, desde hace mucho tiempo, una verdadera crisis de liderazgo.
Somos una sociedad abismalmente desigual y quienes tienen el privilegio de pertenecer a sectores de altos ingresos se han acostumbrado a vivir cómodamente y con frecuencia, ignorando muchos de ellos, sus responsabilidades como ciudadanos. Es decir, preocuparse y actuar más allá de los intereses personales y familiares y pensar en el país. Obviamente, hay grandes excepciones y si no fuera así, la situación de muchos sectores rezagados sería aún peor.
Pero, como una muestra de esta penosa realidad está el caso de la ciudad de Cartagena, cuya dirección ha caído con demasiada frecuencia en manos inescrupulosas, con una clase política llena de dinero que no ha sufrido la más mínima muestra de sanción social.
Negar, que existe en esta parte del país, algún tipo de líder, sería una gran falsedad. El problema es cómo son, cómo actúan, qué objetivos persiguen y cuál es su capacidad de salirse de ese provincianismo cómodo y explorar el difícil camino de manejar temas globales para lo cual se exige salir de su zona de confort. Bogotá quiérase o no, es el centro de todas las grandes decisiones y penetrar ese círculo de seguir siendo un gran reto para quien vive cómodamente en estas tierras cálidas e informales, donde esa élite por pequeña que sea se conoce y se retroalimenta entre sus mismos miembros.
Pero, mientras personas de la región Caribe no traten de entender este complejo país; se conformen solamente con ser alabados en su pequeño círculo; no vivan bajo la presión de acomodarse a un mundo más amplio y más difícil, el liderazgo lo seguirán teniendo los de siempre. Para empezar, se requiere un mayor compromiso de quienes manejan esta Región. Su alejamiento del ejercicio de la política es entendible, pero romper este círculo de corrupción e ineptitud en ese medio, es su mayor reto. Los más capaces no pueden seguir ignorando el gran papel que esta profesión debe desempeñar en el manejo del poder. El gran reto de la Universidad del Norte es hacer del liderazgo el tema de preocupación y debate regional, y de esta manera atraer a aquellos costeños que se destacan a nivel nacional y traerlos de nuevo a ayudar a construir un verdadero poder regional. Pocos como Meisel regresan con toda su experiencia a hacer una región Caribe con un verdadero liderazgo.
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