Columnistas
Centro Histórico de fachadas
Por Víctor Rodríguez Fajardo
Hoy se desarrolló por parte de entusiastas samarios, un trabajo de ornato y embellecimiento de las fachadas del llamado Centro Histórico de Santa Marta.
A raíz del proyecto que inició Chico Zúñiga cómo alcalde, siendo presidente Álvaro Uribe Vélez y vicepresidente Francisco Santos, la propiedad raíz se disparó al alza, llegaron las inversiones, montaron negocios de hotelería, restaurantes, bares… se llenó de vida diurna y nocturna.
Antes, a las 7 p.m. eran calles oscuras, con cortinas de hierro en los pocos almacenes, nadie pensaría hoy de un paisaje desolado en este hito de la ciudad.
Muchos inversionistas hicieron el gran negocio al principio comprando joyas arquitectónicas que tenían un valor en depreciación, pero al regarse la voz, se fue subiendo el precio hasta límites nunca imaginados.
Hoy vemos mucha energía en la actividad comercial convirtiéndose en un sitio en ebullición por el permanente desfile de personas ávidas de esparcimiento.
Todo sería hermoso, el mundo perfecto, pero al igual que los habitantes del Paraíso terrenal, hay vivos que, queriendo más, lo dañan todo.
Y por cuenta de los nativos con propiedad en el Centro Histórico, hoy vemos muchas fachadas que esconden ruinas. Ruinas intencionales para liberarse de las limitaciones de las construcciones originales pudiendo desarrollar a sus anchas un proyecto a su gusto, conservando la fachada histórica.
Usted que me lee, salga y recorra las calles del Centro Histórico de Santa Marta, mire los parqueaderos que hay, sus fachadas son testigos de un pasado histórico, pero detrás de ellas ni ruinas dejaron. Ahora encierran un lote disponible para desarrollar el proyecto de inversión al gusto y según la necesidad.
Casos más crueles es ver construcciones republicanas que gozaban de placa de concreto en buen estado las cuales tumbaron para dejar que el sol, la brisa, la luna, la lluvia hagan el trabajo de desaparecer el pasado.
Muchas fachadas se pintaron hoy, muchas fachadas como sepulcros blanqueados, esconden este crimen con nuestra historia.
¡Ah, por supuesto en el Centro Histórico de Santa Marta los dueños no son indigentes, ni VIS, ni desplazados, esos están en los andenes, los dueños son solo una partida de honorables!
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