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Nación

Armero: 33 años de una tragedia anunciada

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Aylinne Cervantes 

 

Lo que parecía ser una noche tranquila en Armero, municipio del Tolima el 13 de noviembre de 1985 se convirtió en una de las tragedias naturales más grandes que se ha registrado en Colombia.

Se cumplen 33 años desde que a las 11:30 pm. el volcán Nevado de Ruiz hizo erupción, el 85% de la población de Armero quedó sepultada con el deslizamiento, hasta hoy la cifra de muertos es de 25.000 personas y 20.611 damnificados, solo una décima parte de la población logro sobrevivir.

‘Crónicas de una muerte anunciada’

Diferentes advertencias recibió el gobierno nacional del presidente Belisario Betancur desde finales de 1984, por parte de geólogos y vulcanólogos que alarmaban sobre una erupción inminente.

Los expertos señalaban un peligroso aumento en el nivel de la actividad sísmica próxima al Nevado del Ruiz, actividad de fumarolas, pequeñas erupciones freáticas, y la presencia de depósitos de azufre en la cumbre, todos indicios inequívocos de que la erupción se aproximaba.

Además, las autoridades no reaccionaron ante las evidentes señales que produjo el volcán en septiembre de 1985, dos meses antes de la erupción, cuando el contacto del magma con agua produjo explosiones y expulsión notable de cenizas.

Pero no se tuvo ninguna precaución, la explosión del Nevado del Ruiz, produjo un enorme deshielo que incrementó las aguas, el lodo y una avalancha de casi 45 metros. Dicha tragedia afectó las poblaciones de Guarinocito, Guayabal, Honda, Lérida, Líbano, Mariquita, Murillo, Santuario, Santa Isabel, Chinchina y por supuesto Armero que desapareció del mapa.

Fue una semana difícil para Colombia, siete días antes la toma del Palacio de Justicia había acaparado toda la atención. Pero el símbolo de la tragedia de Armero seria Omaira Sánchez, niña de tan solo 13 años, quien murió 3 días después de estar atrapada, falleció frente a las cámaras, rodeada de socorristas y periodistas esperando una motobomba que nunca llegó.

En la memoria de los colombianos vive la imagen de Omaira, una niña colombiana que no perdió la esperanza “¡Mamá! ¿Si me escuchas? Yo creo que sí, reza para que yo pueda caminar y esta gente me ayude…Mami te quiere mucho mi papi, mi hermano y yo. Adiós madre”.

Las búsquedas de los desaparecidos no terminan, después de esa noche oscura de noviembre, la búsqueda incesante inicio y 33 años después continua, de acuerdo con la Fundación Armando Armero, muchos niños desaparecieron durante la tragedia de 1985 y de algunos no se tiene rastro no por haber perecido en la avalancha sino porque, según un comunicado de la entidad, «los niños perdidos de Armero (…) fueron adoptados por conductos regulares o irregulares».

En la página web de la fundación esta habilitado un espacio en el cual se dan a conocer las historias de los padres que buscan a sus hijos o, por el contrario, los hijos sobrevivientes de la tragedia que buscan a sus padres.

Cada año los sobrevivientes recuerdan con profunda tristeza a los seres queridos que perdieron en esta trágica situación y recalcan que este hecho pudo evitarse.

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