Cultura
“Gabo transpiraba la pasión por su país y la esperanza de verlo en paz”: Jorge Alí Triana

El reconocido cineasta, guionista y director de teatro estuvo esta semana en la Universidad del Magdalena como invitado al seminario Gabo y el cine. Las anécdotas sobre el Nobel colombiano nos aproximan a su legado.
Karem Racines Arévalo
“A comienzo de la década de los 80’s estábamos en el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, afinábamos las primeras escenas de Tiempo de Morir. Yo le había pedido que reescribiera, con detalles, una escena en la que debíamos evidenciar el miedo que sentía un personaje al tener que matar a un hombre. La escribió en 4 páginas, durante una noche, y cuando vio la puesta en escena me codeó y me dijo orgullosamente: Huele a Colombia”.
Es así como el reconocido actor y cineasta Jorge Alí Triana se mete en el bolsillo a los 150 jóvenes que asistieron este miércoles 15 de noviembre al Seminario Gabo y el cine, ofrecido por la Universidad del Magdalena, a través de la gestión y coordinación del Departamento de Estudios Generales e Idiomas, moderado por Judith Ballesteros, comunicadora social y documentalista.
Con la puntualidad de los bogotanos llegó al auditorio, vestido con pantalón verde y camisa manga larga azul, el director de Tiempo de Morir, La Cándida Eréndira y Edipo Alcalde, todas obras cuyo guión original fueron realizados por Gabriel García Márquez especialmente para el cine. Y Triana aclara que no se trata de piezas literarias convertidas en películas de cine, sino obras literarias pensadas para la pantalla grande.
Se refiere así el director a esa dificultad que han experimentado las obras literarias del Premio Nobel colombiano cuando han sido adaptadas al cine: “Cuando uno lee un libro uno se crea sus propias imágenes, le da su propio aspecto físico a los personajes, conforma un escenario y una ambientación. Cada lector se convierte en un director de la obra y crea su propio universo. Cada cual lo tiene en su interior de distinta manera. Entonces, cuando ves la forma como lo creó otro sientes una gran decepción”, dice Triana.
Y entonces cuenta un episodio de su amistad con Gabo que revela el nivel de proximidad entre ambos, pero también la conexión imperturbable que tenía García Márquez con su país:
_ Estábamos en París, 1985, trabajando en el guión de El Coronel no tiene quién le escriba y me preguntó si querría acompañarlo a una cena que tendría esa noche con (el novelista y dramaturgo checo) Milán Kundera. Por supuesto yo no podía negarme a tal privilegio. Entonces sonó el teléfono y Gabo se puso pálido por lo que oía. En términos literarios se envejeció 10 años en segundos. Y me pidió que también escuchara lo que ocurría al otro lado del auricular. Era la transmisión en directo de la Toma del Palacio de Justicia, en Bogotá.
Entonces Gabo se quedó escuchándolo todo, consternado, triste. Estaba muy conmovido por la tragedia que vivía su país y no se sentía capaz de asistir a la cena que tenía prevista para esa noche. Así que ese fue el día en que yo me perdí la oportunidad de cenar con Milan Kundera y Gabriel García Márquez en París.
Triana recuerda que todo lo que el maestro García Márquez escribió tiene que ver con su vida y su país. Y esa característica no es sólo palpable en su obra literaria, y especialmente en Cien años de soledad, sino también en los guiones que hizo para el cine y la televisión: “Gabo transpiraba la pasión por su país y la esperanza de verlo en paz. De ahí que una obra como Edipo Alcalde sea una radiografía del conflicto armado, con una profundidad tal que es ahora mucho más fácil de comprender que en los tiempos en los que la hicimos”.
Agrega el cineasta que cuando planificaban el rodaje de Edipo Alcalde lo llamó García Márquez, desde Cuba, y le dijo: “Conocí a Edipo”, refiriéndose al actor Jorge Perugorría, quien luego protagonizaría la película. Y hace énfasis en que la historia de ese personaje lleva consigo la obsesión de Gabo de ser, él mismo, una herramienta para conquistar la paz de su país.
“Una de las cosas que más lamento es que Gabriel García Márquez no haya visto la firma del acuerdo entre el gobierno colombiano y las Farc”, dijo el director de cine a mitad de las preguntas que hacía el público asistente al evento en la Unimagdalena.
Y hubo muchos más cuentos y detalles que hicieron de la tertulia una valiosa oportunidad de aproximación con el Premio Nobel y su trascendencia en el cine. Porque a través de las anécdotas Jorge Alí Triana nos reveló al artista, al guionista, al escritor, pero también al amigo, al compañero y al patriota.
“Le agradezco a la vida la posibilidad de haber estado cerca del hombre más importante de Colombia, con una imaginación desbordante que parecía un niño cuando empezaba a trabajar. Porque uno le proponía una idea y él sacaba mil, con una creatividad y una profundidad que sólo él podía tener”, dijo para finalizar el encuentro.

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