Metrópolis
Las Velitas: ¿festividad religiosa o parrandera?

Paola Ramírez Caballero
A pesar de tener una connotación religiosa, el Día de las Velitas ya no es como antes. Así opina la devota Nancy González. “Ahora todo se ha alterado en la fiesta, encienden las velitas a las 7 de la noche y la tradición señala, que ello debe hacerse en la madrugada del 8 de diciembre.
En años anteriores se vivía una fiesta religiosa llena de devoción, en la que nuestros padres rezaban y luego prendíamos las velitas, los niños nos despertábamos en la madrugada a encenderlas y cuidar que la brisa no las apagara. Hoy, la idea es hacer fiesta y un motivo para amanecer tomando licor”, afirma González.
Este siete y ocho de diciembre, las casas de los samarios se iluminarán con el tradicional Día de las Velitas y la presencia del espíritu de la Inmaculada Concepción, pero lo que muchos no saben es por qué lo hacen año tras año.
Por su parte, el padre Luís Valencia manifiesta, que la iglesia invita a los fieles a encender las velas, “no tanto de una manera folclórica, si no en honor a la virgen María, además, que sea una fecha para reflexionar y emular el ejemplo de humildad y servicio por los hermanos”.
En la parroquia Espíritu Santo, ubicada en la Ciudadela 29 de Julio, se rezan novenas en honor a la Inmaculada Concepción que terminan con una solemne ceremonia. Las velitas son encendidas en los hogares tradicionales de la ciudad, aproximadamente desde la 12:00 de la noche hasta las 3:00 de la madrugada. Todos reunidos expresan una plegaria a la virgen María.
“Prender velitas es una tradición rescatada de mi madre, nunca la he dejado y ahora se la transmito a mis cuatro hijos. Las prendemos en la madrugada del 8, siempre guardaremos esta tradición que se ha perdido en muchos hogares”, cuenta María del Carmen Ortega.
SE ACTIVA EL COMERCIO
Esta fecha religiosa activa también el comercio de velitas y faroles. “Llevo muchos años vendiendo velitas. Ya comenzó a moverse la venta; puedo vender unos 600 paquetes para comprarle la ropa a mis hijos”, comenta Augusto Barros, quien tiene 20 años con este negocio cada víspera del 7 de diciembre.
A su vez, Barros destaca, que en estos veinte años de actividad, el comercio de velitas y faroles no se mueve como antes. Considera que la tradición religiosa se ha perdido y las festividades han tomado otra connotación social. Sus clientes son mujeres adultas entre los 45 y 70 años de edad.
“Los jóvenes no compran velitas, eso nos dice que en un par de años la tradición religiosa se perderá. Solo permanecerá en aquellos hogares donde los abuelos inculquen esta costumbre o devoción por la Virgen”, afirma Augusto Barros.
La Iglesia conmemora el nacimiento de la Virgen el 8 de septiembre. Para determinar la fecha en la cual fue concebida María en el seno de su madre, hay que restar 9 meses para llegar al 8 de diciembre, donde es recibida en cada corazón con alegría, devoción y luz. En muchos países es una fiesta de guardar; por tanto, el fiel católico debe asistir a Misa.
Durante la celebración, todavía miles de samarios encienden velas, faroles en todas las casas de la ciudad como parte de esa tradición cristiana de agradecer a la virgen María por haber traído al mundo a Jesucristo.

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