“Santa Marta necesita cambiar de foco para avanzar”: ‘Jota’ Vives

Joaquín José Vives Pérez es abogado de la universidad Javeriana, en su larga trayectoria política ha ocupado cargos importantes como secretario de Gobierno de Santa Marta, Concejal en el período 1988 – 1992; diputado, Representante a la Cámara en tres períodos; magistrado del Consejo Nacional Electoral y codirector del Partido Liberal. Es un político del pasado, presente y quiere ser del futuro con su aspiración a la Alcaldía de Santa Marta.

La seguridad, el trabajo formal, la planificación territorial, la salud, la educación, los servicios públicos, la infraestructura vial, entre otros temas, son las prioridades por las que trabajará como Alcalde de Santa Marta.

La trayectoria política que tiene Joaquín Vives a nivel Nacional, le permite ser uno de los pocos samarios con proyección nacional, que sabe cruzar la Séptima. ¿Qué estrategia implementaría para articular los entes territoriales con los Nacionales para jalonar recursos para la ciudad?

Hay cosas que se pueden hacer y no cuestan dinero, precisamente la articulación de los entes territoriales con la Nación. Colombia es un país centralizado, sobre todo en lo fiscal. Los pequeños municipios si no van de la mano del Gobierno Nacional tienen limitadas posibilidades de sacar adelante su gestión. Ese hándicap que da mi trayectoria, sirve para aportarle a la gestión de la ciudad. Se debe recuperar esa articulación, hay que respetar las distintas tendencias políticas, pero a veces cuando tiene confrontaciones como la que hay en este momento, entre lo local y lo nacional, de continuar el modelo que tiene Santa Marta, la proyección de lo que pueda armonizarse terminará como precaria. Restablecer esa armonía es fundamental para financiar los proyectos, es el primer objetivo.

Hoy la Troncal del Caribe es foco de inseguridad, convergen bandas criminales que atemorizan a la población, ¿qué estrategias implementaría para recuperar este territorio?

No entiendo que hace un Batallón en el sector turístico de Santa Marta, si necesitamos asegurar la Troncal del Caribe para neutralizar y quitarle este lugar a esas bandas criminales. El batallón ‘Córdoba’ debe recuperar la soberanía territorial que muy poco se ejerce en esta zona. Desde los años 70 entró el progreso a esta parte de la región por la conexión vial que se construyó con La Guajira, pero esta también trajo nuevos problemas que hoy aún se viven. Lo primero, fue el contrabando de electrodomésticos, lo cual anidó la cultura de la ilegalidad, que empieza a ser compartida con bebidas alcohólicas y cigarrillos. No pasó tiempo para que se convirtiera en el corredor de la marimba, que trajo como consecuencia el asentamiento de las autodefensas y hoy, de bandas criminales. Nuestra región, desde entonces y hasta hoy ha tenido asociada la criminalidad organizada y las actividades que el Estado no ha controlado, porque no ha asegurado el territorio.

Santa Marta tiene vocación turística, pero la percepción en este renglón económico es de informalidad, ¿cómo combatirlo?

La primera oferta que pensamos es la de playa y sol, empezamos con la zona de El Rodadero y Pozos Colorados, pero esas no son nuestras playas más bonitas, tenemos poca injerencia sobre el Norte porque son parques, y resulta que donde pudiéramos tener actividad, nos la tienen amarrada, como playa Lipe, que está esperando que el desarrollo llegue, lo paradójico es que una ciudad cuyo motor es el turismo, tenga limitado este desarrollo.

Una ciudad que carece de reglamentación urbanística no avanza en su desarrollo territorial. ¿Santa Marta se encuentra estancada en este aspecto?

Una ciudad donde no hay reglas claras en desarrollo urbanistico, no puede avanzar, estamos adportas un POT, tenemos zonas de expansiones sin planes parciales, que al final son unos problemas; parece que hubiese una decisión de no tener reglamentaciones claras y de mantener esto en la cabeza de la Secretaría de Planeación. Hoy, necesitamos una reglamentación clara que restrinja el poder discrecional de la Oficina de Planeación, que los samarios sepan a qué atenerse, dónde construir, para eso hay curadores encargados, pero hoy las curadurías no lo resuelven, porque todo requiere un plan de expansión.

Otro problema en Santa Marta es la cobertura en los servicios públicos como agua y alcantarillado que han llevado al represamiento de licencias de construcción, ¿cuáles serían las mejores soluciones para resolver esta problemática?

Sobre el acueducto, Santa Marta necesita una solución a corto plazo, captar agua de los ríos Don Diego y Guachaca con una conducción a la altura de la carretera, acompañada de una nueva planta de repotencialización de la presión del agua. En la administración de José Francisco Zúñiga se planteó este trasvase, en ese entonces costaba 50 mil millones de pesos, era totalmente viable con recursos propios; hoy, esta propuesta debe estar alrededor de los 180 mil millones de pesos.

A largo plazo, la administración debe dejar definido lo que necesita la ciudad, si es la alternativa del río Magdalena que nunca me ha convencido, pero hay que valorarla, todas las grandes ciudades que no tiene ríos alrededor se proveen de embalses, tenemos una gran fábrica de agua en la Sierra y no tenemos donde guardarla, esperemos qué dicen los balances, todo se puede evaluar.

En los últimos años han llegado pocas empresas a Santa Marta, por ello ha aumentado el trabajo informal, ¿cómo se podría contrarrestar este problema social?

Santa Marta tiene desinversión. Hay cuatro razones que no la hacen ser atractiva como son: la ausencia de infraestructura de acueducto y alcantarillado; la abstracta reglamentación urbanística, la deficiente estructura vial, y la ausencia de confianza, Hay que recuperar la inversión sobre estos ejes.

Hay que tener una revolución en la infraestructura vial, construyendo nuevas carreteras que conecten a la ciudad. Otra gestión que no cuesta dinero es la confianza, es decir, los trámites para hacer negocios deben ser fáciles, la administración tiene que empoderarse de que los samarios sean exitosos, que entienda que todos los emprendedores son sus socios, ellos van a valorar un terreno por el cual deben pagar impuestos, generar empleos directos e indirectos, por eso debe ser socio, porque me interesa que a todos les vaya bien, porque mi acción está orientada a valorizar el trabajo de la gente, así valoriza la administración los ingresos, los recupera , hoy lo que tenemos es que la administración atraviesa un palo en la rueda de los negocios.

Cruzando el río esta Barranquilla, el cual ha sido transformado, todos quieren invertir en esta ciudad, ¿qué se debe hacer para que suceda esto en Santa Marta?

Barranquilla ha salido adelante porque tiene agua, tiene una reglamentación urbanística clara, nadie depende de la discrecionalidad del Secretario de Planeación, hubo una revolución en infraestructura, es un caso exitoso que se debe replicar en Santa Marta para que llegue la inversión y la calidad de vida mejore con empleo formal.

Usted se levantó de una silla roja. ¿Su corazón sigue siendo liberal?

Fui militante del partido Liberal toda mi vida, tuve diferencias de la coyuntura momentánea con el presidente Gaviria, quien ha sido amigo y aprecio, pero realmente hubo decisiones contrarias a los estatutos, fueron desconocidos por decisiones de la dirección, además, los actores políticos del Congreso desdibujaron el discurso liberal, por eso tomé la decisión de apartarme del Partido, pero no de mis sentimientos y de mis ideas liberales, sigo siendo un social demócrata.

¿Con qué aval llegará a la Alcaldía de Santa Marta?

No tengo Partido, eso esfuerza a que el escenario sea una recolección de firmas, pero también soy consciente que la manera de lograr un proyecto exitoso es a través de una convergencia que presente a Santa Marta dos alternativas, creo que la ciudad debe cambiar de foco, adentrarse en nuevas prioridades; el modelo de los últimos siete años ha fracasado en la estrategia de acueducto y alcantarillado; en la salud y en el Centro Histórico.

¿Qué ha pasado con el Centro Histórico de Santa Marta?

En el Centro Histórico, en la administración de Zúñiga, se invirtieron 27 mil millones de pesos que produjo la valorización de este escenario con la llegada de nuevos negocios que trajeron nuevos empleos, pero no sé qué paso en estos últimos siete años, pues nada, al igual que en el sector salud, porque antes teníamos ambulancias, hoy no hay ni medicamentos.

¿Cuál es su sentimiento por el Unión Magdalena?

El Unión Magdalena es mi tormento. Me hace sufrir mucho, cuando juega bien, me pone alegre; cuando juega mal, me pone triste, y gana.