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Lo lejano de lo cercano

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El aislamiento técnico, tecnológico e infraestructural en algunos municipios del interior del departamento del Magdalena ha sido tan notorio, que incluso las correspondencias vía terrestre que se emiten desde las cabeceras municipales, tardan largo tiempo en llegar a su destino.

Luís Gutiérrez Cantillo

Algunos municipios pertenecientes al departamento del Magdalena como Chibolo, Tenerife, Plato, Santa Ana y El Banco se ven visto afectados por la gestión tardía que existe en las labores de envío terrestre, las cuales, en su generalidad, obedecen a ciertos aspectos externos que complican los procedimientos técnicos, demorándolos o aplazándolos.

A pesar de la era globalizadora y posmoderna que en que se vive hoy y cuando la comunicación se efectúa en menos de un segundo y las correspondencias viajan de un lugar a otro con tal rapidez y eficiencia, contrario a ello, en muchos municipios del Magdalena la historia es completamente diferente, pues allí las tecnologías son de muy poca calidad, los equipos técnicos a veces no son suficientes y la atención que reciben por parte de las instituciones competentes, no es la adecuada.

Uno de los problemas principales que afecta a estas comunidades, es el de las precarias condiciones de la infraestructura, de las rutas de entrada y salida, las cuales se encuentran en mal estado o el clima y las lluvias causan muchos estragos. “Hay que reparar todo lo relacionado con la infraestructura. En cuanto a las conexiones en las zonas rurales y las cabeceras municipales podemos apreciar, son deficientes por la mala calidad de las vías que comunican una comunidad con otra, a pesar de la distancia, por lo que la conexión entre estas o la cobertura que trata de darle la una a la otra es marginal”, expresó el sociólogo José Luís Cabrera Pabón.

LAS RUTAS

Algunas agencias de correo como Servientrega y 4-72, que tienen como destino reglamentario ciertos municipios del interior del Magdalena tardan un poco más de lo habitual en cumplir con su ruta, muchas veces, debido a la calidad en que estas se encuentran o a emergencias ambientales que suelen registrarse en ese tipo de zonas remotas; las emergencias más comunes son de carácter ambiental y van desde inundaciones por lluvias a impensados derrumbes que obstaculizan la vía o la dejan en mal estado, pero, además, las condiciones tecnológicas y la poca relevancia que estos municipios tienen en el Distrito, por lo que suele hablarse de un olvido.

José Luís Cabrera Pabón hizo hincapié en la situación alegando, que “me atrevería a pensar que este aislamiento técnico y tecnológico que padecen muchos municipios y corregimientos del Magdalena tienen una intención deliberada en el sentido de que, si nosotros generamos progreso y bienestar a todas estas zonas, electoralmente pueden terminar afectados quienes tienen intereses clientelistas en dicho territorio. En la medida en que tengamos, de alguna manera, sometidos a estos lugares en un ostracismo lejos del alcance urbano, en ese mismo plano se vuelven entonces presas fáciles para alguien en cuanto a manipulación electoral”.

Se especula, por otro lado, que los envíos efectuados pueden tardar hasta un mes en llegar a manos de su destinatario. Lo paradójico es que, dentro de los 33 departamentos, según su área de superficie, el Magdalena ocupa el puesto número 20, es decir, que ni siquiera se encuentra entre los diez departamentos más grandes del país, aun así, hay que considerar que, si bien no se encuentra entre los más grandes, tal vez sí entre los que cuenta con menos recursos económicos, pues a un costado se encuentra también La Guajira.

En ese sentido, Servientrega, por medio de sus anuncios Web informó, que “cada región en Colombia cuenta con una gran cantidad de poblaciones y ciudades aledañas, muchas de ellas con acceso solo por carretera. Aunque nuestro territorio cuenta con aeropuertos a lo largo y ancho, en algunas oportunidades se hace un poco difícil llegar al destino. Para Servientrega es una responsabilidad al igual que para cualquier otra empresa de envío, entregar el paquete lo más rápido posible, por eso reestructuran las entregas de varias maneras”.

Según su logística de transporte, la mercancía al estar en su centro de logística es ingresada al sistema por códigos de barras que tienen sus respectivas guías, documento con el cual, desde ese momento se identifica la mercancía, para que el cliente tenga pleno conocimiento paso por paso de dónde y en qué estado está su encomienda. Al hacer la redistribución y empezar con el transporte de la mercancía a su destino, Servientrega cuenta con centros de logísticas en las principales ciudades del país y con pequeñas sucursales en determinados municipios; allí comienza el proceso final del envío de Servientrega o entrega del producto a su destino. Luego de esto, el cliente puede consultar en la página de Servientrega si su mercancía fue entregada o no, recurriendo al código de guía que se encuentra en el desprendible que le entregan al momento de poner su envío.

Ante estos hechos, también inciden otros aspectos que pueden que pueden derivar en una demora en el trayecto del envío. Servientrega señaló en su página Web que, “hay materiales perjudiciales que durante la fabricación, manejo, transporte, almacenamiento o uso pueden desprender polvos, humos, gases, líquidos, vapores o fibras infecciosas, irritantes, inflamables, explosivos, corrosivos, asfixiantes, tóxicos o de otra naturaleza peligrosa o radiaciones ionizantes en cantidades que puedan afectar la salud de las personas que entran en contacto con estas, o que causen daño material”.

LAS RUPTURAS

En un artículo publicado por la Revista Cidob de España llamado ‘ciudad e innovación tecnológica’ se detalló, que “si hay ciudades inteligentes, tienen que existir edificios y barrios inteligentes, pero, sobre todo, estas ciudades deben articularse en red para que la cooperación entre territorios cree una masa crítica suficiente para el desarrollo del conocimiento y la innovación en las mismas y para asegurar también, la difusión más amplia posible a todos los ciudadanos de los beneficios que se obtienen en el proceso de modernización”.

En el mismo artículo de la Revista Cidob se señala también, que “las ciudades más inteligentes se caracterizan por controlar casi todos los procesos de la urbe a través de Internet. Dispersan sensores por toda su geografía que envían múltiple información vía Internet para monitorear, por ejemplo, los riesgos de inundación; el flujo del tráfico; controlan la intensidad del alumbrado público para adaptarlo a las condiciones del clima; además de registrar las condiciones terrestres de movilidad para el transporte de bienes, recursos o insumos. El acopio, procesamiento y difusión de la información ayuda a la gobernanza y a la planificación urbana, lo que hace que la comunicación con una y otra región pueda darse efectivamente. La interacción de una extensión con otra es primordial en términos técnicos”.

De acuerdo con lo anterior, se puede inferir que en el departamento del Magdalena existe una ruptura en los aspectos mencionados que no permiten un desarrollo propicio en sociedad sobre los cuales se pueda cimentar un sistema favorable en las cuestiones técnicas y tecnológicas. Frente a esto, la antropóloga de la universidad del Magdalena, Lorena Aja Eslava manifestó, que “las brechas tecnológicas inciden en los temas políticos, económicos y sociales, porque la tecnología, en especial, la asociada con la comunicación y la información incide en el capital social y en las capacidades que tenga un municipio de generar valor y aplicar conocimientos útiles para la sociedad en dicho territorio. El acceso y la divulgación de conocimiento es fundamental para los procesos de participación política, para los procesos económicos y para la toma de decisiones. La tecnología también es importante en los procesos de innovación en diferentes dimensiones”.

Por otro lado, José Luis Cabrera Pabón con respecto a lo tratado, afirma, que “el desarrollo de la tecnología, la informática y la comunicación hoy juegan un papel fundamental en el bienestar y en el progreso de los grupos humanos. El hecho de que las rutas de transporte no estén perfectamente condicionadas, lógicamente afecta las entradas básicas de bienes y medios al territorio. Las correspondencias de aquellos remitentes que esperan un informe o un objeto irremediablemente llegan, pero nunca a tiempo, lo que afecta en gran medida algunos aspectos particulares de cada persona, familia o institución como tal. Las condiciones de bienestar son bajas, y eso incluye lo que son servicios públicos, servicios de infraestructura, servicios de desarrollos tecnológicos”.

DISCUSIÓN

El impacto de las nuevas tecnologías, actualmente, están cambiando los sistemas de información y las relaciones con el ciudadano. El problema de la gestión de las ciudades tanto como el de sus arrabales, no es el de gestionar modelos abstractos, sino el de incorporar zonas carentes en mecanismos eficientes a un control de interactividad.

En concordancia con ello, la Revista Cidob determina, que debe haber una conexión recíproca entre las estructuras que guarden una cierta coherencia para encaminar a la sociedad a un desarrollo mutuo y parejo, de manera que textualmente se expresa así: “si hay ciudades inteligentes, tienen que existir edificios y barrios inteligentes, pero, sobre todo, estas ciudades deben articularse en red para que la cooperación entre territorios cree una masa crítica suficiente para el desarrollo del conocimiento y la innovación en las mismas y para asegurar también la difusión más amplia posible a todos los ciudadanos de los beneficios que se obtienen en el proceso de modernización”.

El sociólogo José Luis Cabrera Pabón, también manifestó su postura al respecto, apoyándose, por supuesto, en una teoría exclusiva de su conocimiento académico, con la cual resumió, que “existe una teoría que se denomina ‘estructural – funcionalismo’, la cual se basa en que cada persona u organismo debe cumplir su respectivo rol o compromiso en servicio de algo o alguien para que la sociedad funcione de forma correcta. Al no existir un aparato sólido que sustente esto, se produce una anomia, que es precisamente ese olvido en que el Estado ha tenido a esos municipios a nivel de urbanización. Todo ello lleva a que las personas tomen decisiones individuales basadas en sus propios intereses, lo cual conlleva a un estancamiento irreversible porque el progreso de las sociedades se acciona colectivamente. Solo así se producen las anomias, porque no hay un modelo de políticas públicas por parte de un Estado local o regional que abogue por las necesidades comunitarias”.

Por otro lado, la antropóloga Lorena Aja Eslava, indica, que “las cabeceras municipales del departamento del Magdalena tienen poca capacidad institucional para plantear procesos de desarrollo que pudieran generar bienestar a las comunidades rurales y urbanas. Los instrumentos de planificación como los POT también han tenido un fuerte sesgo urbano, asunto que refuerza la separación entre las capitales de los municipios y sus zonas rurales, además, la falta de profesionales capacitados en los temas de planificación y diseño de políticas públicas que planteen alianzas público y/o privadas para la solución de problemas complejos que existen en el territorio”.

Por último, enfatizó, que “las consecuencias a nivel sociocultural que traen consigo estas brechas tecnológicas son la pérdida de capital social y de conocimientos, así como el estancamiento de las comunidades que no han logrado solucionar temas básicos como acceso al agua y saneamiento básico, los procesos de gestión en cuestiones técnicas y tecnológicas, la adecuada provisión de servicios de salud y educación, entre otros”.

En el Magdalena, la carencia de inversión en infraestructura mantiene al territorio en la época del telegrama, tan cerca, pero tan lejos y en condiciones precarias.

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