Metrópolis
Creciendo en las calles
Con la llegada masiva de migrantes a la ciudad de Santa Marta, ha aumentado el número de niños recorriendo las calles vendiendo dulces y con alcancías en mano buscando recibir alguna moneda.
Los padres parecen sentirse cómodos sentándose con los pequeños y hasta bebés recién nacidos en los sucios suelos de esta selva de cemento, donde los exponen al fuerte sol y demás inclemencias del clima samario.
Para el Mayor Aldemar Hernández, director de la Seccional de Protección y Servicios Especiales de la Policía Metropolitana de Santa Marta, las cifras aumentan y preocupan a todas las autoridades.
“Desde el año pasado comenzamos a ver en Santa Marta una súper población de personas en condición de mendicidad y especialmente menores, desde noviembre del año pasado ha sido más visible y hemos iniciado una ruta convocando todas las entidades”, agregó el Director de la Seccional de Protección y Servicios Especiales de la Mesam.
El Mayor Hernández señala que se han asignado responsabilidades, caracterizado familias y las zonas que más frecuentaban. “En diciembre caracterizamos 85 familias y las zonas que frecuentaban, con la Fiscalía se ha trabajado, pero legalmente para presentar los casos de los menores ante un Juez de Control de Garantías se debe tener material probatorio que demuestre que los niños están siendo utilizados para mendicidad”, añadió.
Sin embargo, señala el Mayor que la fecha no han logrado tener pruebas de que hay personas que se están provechando de los menores de edad para instrumentalizarlos en la mendicidad.
“A través de la caracterización hallamos que la mendicidad es un tema de subsistencia y que es la única salida que las personas están encontrando para sostenerse diariamente y hace parte de una exclusión de la responsabilidad penal. Seguimos trabajando con la Policía de Infancia y Adolescencia, visitando los puntos identificando y cuando la comunidad denuncia también hacemos presencia en el lugar”, puntualizó finalmente el Mayor Aldemar Hernández.
Pero, ¿qué hacer y cómo actuar? Algunas personas se conduelen y le brindan ayuda a quienes tienen las calles de la ciudad como hogar y guarderías.
Otras personas sienten rabia e impotencia y preguntan: ¿dónde está tu papá? Por otro lado, hay quienes son totalmente indiferentes ante los ojos inocentes y las manos necesitadas que se acercan a pedir ayuda.
Lo que sí es cierto, de acuerdo con el Mayor Aldemar, es que los niños están siendo utilizados por mayores para explotarlos y conducirlos a la mendicidad, una conducta que afecta gravemente a la sociedad, pero al tratarse sus padres y del único modo de subsistir no será un delito.
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