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Región Caribe

Rosa Gómez Collante, la barranquillera discapacitada que se hizo concejal en Londres

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“Ese vil atentado que sufrí en Barranquilla hace diez años me arrebató la vista y mis manos, pero no logró arrancarme las ganas de seguir luchando”, asegura Rosa de Jesús Gómez Collante, la primera colombiana –barranquillera y discapacitada– que ostenta el cargo de concejal por el Partido Laborista en uno de los municipios más multiculturales de Londres.

Rosa necesita ayuda para comer, vestirse y movilizarse, pero eso no le ha impedido ejercer como una de los 63 concejales del municipio de Redbridge, en el nordeste de la capital británica.

La vida de esta mujer de hablar costeño sufrió un revolcón hace diez años, cuando había decidido “regresar a Colombia por una buena temporada para disfrutar de las olas del mar y el cariño de la familia” que había dejado cuando era una adolescente.

Un motorizado interceptó el vehículo que conducía. El hombre, cuyo rostro se ocultaba tras un casco oscuro, le disparó a quemarropa seis proyectiles, de los cuales cuatro quedaron incrustados entre su cuello y el dorso.

Ese episodio dividió su vida en un antes y un después, ya que se niega a dejarse abrumar “por el reto mismo de continuar viviendo”, como ella dice, con los ojos fijos en la distancia, sin poder ver.

Está convencida de que el atentado no fue fortuito y lo atribuye al trabajo que hizo por muchos años apoyando refugiados colombianos en el Reino Unido.Siendo apenas una quinceañera, Rosa había llegado a la capital británica, a comienzos de 1972, junto con sus tres hermanos, para cumplir su sueño de reencontrarse con su madre, Olga, quien en 1965 los había dejado en Colombia siendo niños, para trabajar y enviar dinero con destino a su manutención.

El día de las elecciones, el 3 de mayo del año pasado, estuvo en el centro de conteo hasta la medianoche. “Cuando a las 7 de la mañana del día siguiente recibí una llamada en la que me decían: ‘Concejal Rosa Gómez, felicitaciones, ha sido elegida’.
“Lo único que se me salió fue un ‘mieda, me cayó el bicho’, como dirían en mi tierra”, cuenta entre carcajadas. En la contienda había tres candidatos laboristas, pero la única que ganó fue ella. “Ahí sí me preocupé, Era solamente yo contra dos conservadores”. Ya cumplió más de un año en el cargo.
En su primer año de concejal consiguió que se aprobara por unanimidad una moción especial contra la violencia doméstica que sufre la mujer en su municipalidad. “Al principio fue un reto porque cuando quise hablar de violencia doméstica y presentar la moción, mis colegas del partido me ofrecieron hacerlo por mí. Yo repliqué: ‘Pero yo he venido trabajando en la moción por más de cuatro meses…’. Luego repreguntaron: ‘¿Sí podrás responder a las preguntas en concejo en pleno?’. Yo contesté: ‘Es cierto, no veo y no tengo uso de las manos, pero tengo boca y puedo contestar, y lo voy a hacer”. Y lo hizo.