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Cambio climático… ¿Por qué tanto alboroto?

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El Amazonas, pulmón del mundo, estuvo en llamas. El hielo en los polos se está derritiendo. No son Fake news (noticias falsas) ni exageración. Es una realidad. El planeta se calienta cada vez más.

Marcela Escandón

En medios de comunicación y redes sociales se dice a diario que se agotan los recursos – en especial el agua -, que se extinguen las especies y que hay daños irreversibles. Ante esto surgen muchos interrogantes: ¿es realmente culpa de los seres humanos? ¿Sirve de algo reciclar si las grandes corporaciones siguen contaminando a gran escala? ¿Cuáles son los efectos reales del cambio climático? ¿Qué pueden hacer los ciudadanos? OPINIÓN CARIBE aborda este importante tema para acabar con muchos mitos sobre el cambio climático y fomentar el ejercicio de una ciudadanía responsable con el medioambiente.

¿QUÉ ES EL CAMBIO CLIMÁTICO?

Se le llama cambio climático a “un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables”. Es distinto el cambio climático atribuido a actividades humanas que alteran la composición atmosférica y la variación del clima que responde a causas naturales.

Existe casi un consenso entre la comunidad científica en que hay evidencias válidas para afirmar que el clima mundial está cambiando de manera acelerada, más de lo esperado, y que las actividades económicas de las sociedades, así como costumbres de consumo y poblamiento, son la principal causa de este cambio acelerado.

Entre los factores más preocupantes de este fenómeno se encuentra, que no está preparada la humanidad para enfrentar las consecuencias: “derretimiento de las masas glaciares y nevados que abastecen acueductos, cambios en los ciclos de floración y fructificación de las plantas de cultivo, ascensos en el nivel de los mares donde hay mucha población viviendo, mayor ocurrencia y fuerza en lluvias, sequías, huracanes, heladas y granizadas en áreas urbanas y rurales, entre otros fenómenos, que sin duda reducen la calidad de vida”.

En el caso específico de Colombia, la consecuencia más visible del cambio climático ha sido la disminución de la disponibilidad de agua que proviene de los páramos y el derretimiento de los hielos en las montañas. Se calcula que la Sierra Nevada de Santa Marta ha perdido más del 90 % de sus glaciares en los últimos 50 años, en una tasa del 5 % anual. En la Sierra había 87 kilómetros cuadrados de glaciar y hoy solo quedan 6.7. La falta de agua no solo afecta el consumo de los hogares, sino la producción de alimentos y energía eléctrica.

La región Caribe colombiana se puede ver afectada en el futuro por el aumento del nivel del mar, la reducción de los recursos pesqueros y la destrucción de los arrecifes de coral debido al aumento de las temperaturas del agua. Esto impactaría negativamente, no solo la exuberante vida marina de los corales, sino la protección que ofrecen ante las tormentas tropicales.

¿POR QUÉ ALGUNOS DUDAN O CUESTIONAN LA EXISTENCIA DEL CAMBIO CLIMÁTICO?

“El cambio climático es un engaño. El cambio climático está ocurriendo, pero no es provocado por el hombre. El cambio climático es provocado por el hombre, pero hacer algo al respecto podría destruir empleos y acabar con el crecimiento económico”, son algunos de los argumentos que más se utilizan en contra del cambio climático, en especial, por parte de políticos como Donald Trump, actual presidente de EE.UU.

Lo anterior, aunque científicos de todo el mundo han mostrado que el calentamiento global como consecuencia de la acción de los seres humanos es una realidad: “la atmósfera y el océano se han calentado, los volúmenes de nieve y hielo han disminuido, el nivel del mar se ha elevado y las concentraciones de gases de efecto invernadero han aumentado. Cada uno de los tres últimos decenios ha sido sucesivamente más cálido en la superficie de la Tierra que cualquier decenio anterior desde 1850”.

¿POR QUÉ ES FALSO E IRRESPONSABLE LO QUE DICEN LOS NEGACIONISTAS DEL CAMBIO CLIMÁTICO?

Las evidencias del calentamiento de la Tierra proceden de múltiples indicadores climáticos independientes, desde lo más alto de la atmósfera hasta las mayores profundidades del océano. Cabe mencionar, entre otros, los cambios de las temperaturas en superficie, atmosféricas y oceánicas, así como los cambios en los glaciares, la cubierta de nieve, el hielo marino, el nivel del mar y el vapor de agua atmosférico. Los científicos de todo el mundo han verificado en numerosas ocasiones estas evidencias de forma independiente.

Un estudio reciente publicado en Nature Communications detalló que las personas que niegan el cambio climático producido por los seres humanos, están más presentes en medios de comunicación que los mismos científicos encargados de presentar la evidencia y los datos de estos fenómenos ante la comunidad. Algunos de ellos son Mariano Rajoy, Nicolás Sarkozy y Vladimir Putin. «Encontramos que la visibilidad de los que niegan el cambio climático es 49 % mayor que la de los que creen», señalan los autores de este estudio de la Universidad de California en Merced.

Ante esta desinformación y uso irresponsable de la influencia mediática, es importante ser ciudadanos críticos, que analicen diversas posturas, que confíen en argumentos científicos sólidos, que comparen cifras, que lean a diario, que revisen medios de comunicación independientes, que exijan veracidad y responsabilidad en el uso de la información y que no repliquen datos u opiniones sin leer completo, verificar en distintas fuentes y reflexionar en el impacto de lo que se dice.

ENTONCES… ¿ES CULPA DE LOS SERES HUMANOS?

En esta discusión, lo primero es establecer si los cambios en el planeta son producto de ciclos naturales de la Tierra o si son responsabilidad de los seres humanos. Al respecto, el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial dijo textualmente que se cuenta con: “(…) conclusiones claras y sólidas de una evaluación global de la ciencia del cambio climático, entre las cuales destaca que ahora la ciencia demuestra con una seguridad del 95 % que la actividad humana es la causa dominante del calentamiento observado desde mediados del siglo XX”.

No hay duda. Es un hecho científico comprobado que los humanos son los responsables. Los gases de efecto invernadero (GEI) se producen naturalmente y cumplen la importante función de impedir que parte del calor del sol se propague hacia el espacio, haciendo así que en la Tierra pueda prosperar la vida. Sin embargo, desde la Revolución Industrial, los GEI en la atmósfera han incrementado en “niveles nunca antes vistos en tres millones de años”. A medida que la población, las economías y el nivel de vida crecen, también lo hace el nivel acumulado de emisiones de ese tipo de gases.

¿CUÁLES SON CONCRETAMENTE LOS EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO? ¿DEBE PREOCUPARSE LA HUMANIDAD?

La respuesta es SÍ, sin lugar a dudas. Debe preocuparse la humanidad por las siguientes razones: en la atmósfera, en las últimas tres décadas se ha calentado sucesivamente la superficie de la tierra más que en cualquier década anterior desde 1850. Además, los años comprendidos entre 1983 y 2012 han sido los más cálidos en el hemisferio norte en los últimos 1.400 años.

 El calentamiento en el sistema climático es inequívoco y, desde la década de 1950, muchos de los cambios observados no han tenido precedentes en los últimos decenios a milenios. La atmósfera y el océano se han calentado, los volúmenes de nieve y hielo han disminuido, el nivel del mar se ha elevado y las concentraciones de gases de efecto invernadero han aumentado. Cada uno de los tres últimos decenios ha sido sucesivamente más cálido en la superficie de la Tierra que cualquier decenio anterior desde 1850 (véase la figura RRP.1). En el hemisferio norte, es probable que el período 1983 – 2012 haya sido el período de 30 años más cálido de los últimos 1. 400 años (nivel de confianza medio).

Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (2013) Informe Cambio Climático 2013. Bases físicas. Resumen técnico para responsables de políticas, pp.4-5

Es cierto que hay algunas correlaciones que no se han establecido. Siguen faltando evidencias en algunos casos puntuales, por ejemplo, respecto de la magnitud y frecuencia de las inundaciones a escala global o en cambios a largo plazo (siglos) en la actividad de los ciclones tropicales y su relación con la influencia humana, pero eso no significa que se deba negar la responsabilidad de los seres humanos y que no deban tomarse medidas urgentes.

En los océanos, la capa superior se ha calentado y este fenómeno es mayor en las aguas cercanas a la superficie (75 metros) a razón de 0.11 grados °C por década. Más del 60 % del aumento neto de energía en el sistema climático se ha almacenado en la capa superior del océano (de 0 a 700 metros) durante los 40 años que hay entre 1971 y 2010. Además, cerca del 30 % de la energía se ha almacenado en el océano por debajo de los 700 metros.

En la criosfera, – aquellas partes del planeta en donde el agua se encuentra en estado sólido -, el hielo ha ido desapareciendo, en las dos últimas décadas, por ejemplo, en Groenlandia y la Antártida. Es muy probable que la superficie media anual del hielo marino del Ártico haya disminuido durante el período 1979 – 2012 en un rango del 3.5 % al 4.1 % por década (lo cual corresponde a un rango de entre 0.45 y 0.51 millones de kilómetros cuadrados por década), y es muy probable que el mínimo estival del hielo marino (hielo marino permanente) haya pasado del 9.4 % al 13.6 % en cada década.

En los últimos 800.000 años, las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso han aumentado a niveles sin precedentes. Y los océanos han absorbido alrededor del 30 % del dióxido de carbono producido por el hombre, provocando su acidificación. Desde mediados del siglo XIX, el ritmo de la elevación del nivel del mar ha sido superior al promedio de los dos milenios anteriores. Además, entre 1901 y 2010, el nivel promedio global del mar se elevó 0.19 metros y es probable que haya seguido aumentando.

Sobre los Gases de Efecto Invernadero (GEI), las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O) son las más altas en los últimos 800.000 años. Las concentraciones de CO2 han aumentado en un 40 % desde la época anterior a la Revolución Industrial, las de CH4 en un 150 % y las de N2O en un 20 %, todo esto como consecuencia de las emisiones derivadas de los combustibles fósiles y del cambio de uso del suelo. Los océanos han absorbido alrededor del 30 % del dióxido de carbono producido por la actividad humana, lo cual los han hecho más ácidos.

¿POR QUÉ NO SE ADOPTAN LAS ENERGÍAS LIMPIAS DE MANERA MASIVA EN TODO EL MUNDO?

Por falta de información. Los datos presentados en la sección anterior sobre las consecuencias del cambio climático son evidencia científica confiable, producto de décadas de trabajo riguroso de cientos de científicos de diferentes países. Muchos políticos y tomadores de decisión no cuentan con esta información y otros, al ser un tema tan complejo, desinforman a la ciudadanía para no tomar acciones orientadas a reducir el cambio climático.

– Por los intereses económicos. Muchas corporaciones no están interesadas en que los autos eléctricos, los parques eólicos y los paneles solares sean parte de las políticas de un país, mucho menos que se utilicen de manera masificada por parte de los ciudadanos, pues sus propias ganancias dependen del uso de combustibles fósiles. Esto, aunque el petróleo, el gas y el carbón se están agotando y cada vez se deben utilizar métodos más extremos como el fracking para obtenerlos. El fracking es una técnica de fracturación hidráulica de las rocas que permite extraer el llamado gas de esquisto, un tipo de hidrocarburo no convencional, inyectando a alta presión grandes cantidades de agua con aditivos químicos y arena. Sus detractores señalan, que entre sus principales riesgos está la posible contaminación del agua tanto por aditivos químicos como por fugas de metano, y la ocurrencia de sismos.

– Por la difusión de la responsabilidad. Como es un asunto de carácter global, es fácil lavarse las manos. Muchos gobiernos, aunque han firmado convenios internacionales en la materia, no se comprometen realmente con políticas que apunten a sancionar empresas y ciudadanos que contaminen o a fomentar energías limpias creando programas, reduciendo impuestos, incentivos económicos, educando a la ciudadanía y demás.

– Por la tecnología necesaria. Vehículos eléctricos, maquinaria moderna que contamine menos, paneles solares, artículos de uso cotidiano que no dependan de baterías desechables, objetos novedosos que reemplazan el plástico contaminante. Todo esto debe ser importado o se debe fomentar la capacidad interna para su producción. En consecuencia, es tecnología novedosa que debe estar disponible a precios razonables para que se use de manera masiva.

– Por algunas creencias y estereotipos. El hombre con el carro más costoso y grande (por ende, el que más gasolina consume) es el más admirado. La casa con más adornos (plásticos) es la más hermosa. Las personas que tienen mucha ropa, accesorios, artículos de lujo (casi todos hechos de plástico) son las más exitosas. Existen unos imaginarios sociales que refuerzan patrones de consumo dañinos para el medioambiente. Si fuéramos conscientes de ellos, podríamos transformarlos para reducir la contaminación que producimos a diario.

– Por normas desactualizadas o mal orientadas. Algunas políticas o normativas no son actualizadas para ser más efectivas o parten del desconocimiento de quienes las elaboran. Por ejemplo, una reforma energética en México entre 2013 y 2015 incluyó la energía nuclear y el gas natural como energías limpias.

– Por la idea de que son muy costosas. Pensando en el largo plazo y comparándolas con los costos de producción y el impacto ambiental, las energías limpias no son siempre más caras que las tradicionales. Sin embargo, políticos como Donald Trump en Estados Unidos dicen no solo que son muy caras de implementar, sino que dejarían sin empleo a millones de personas. Esto es completamente falso, pues si se adoptan políticas de Estado serias y se trabaja con el sector privado, se puede generar riqueza sin contaminar.

– Por la apatía ciudadana. La mayoría de las personas no se informa sobre cómo reducir su propia contaminación, tampoco saben cómo se produce lo que compran y si las empresas tienen prácticas dañinas o no para el planeta. Tampoco exigen a sus dirigentes acciones concretas y resultados en materia medioambiental. Los políticos lo saben y por eso no hay un compromiso real con masificar las energías limpias.

ANTE ESE PANORAMA TAN DESOLADOR, ¿QUÉ SE PUEDE HACER?

Ante este panorama tan desolador, y a pesar de los pronósticos negativos, los ciudadanos tienen el poder, hay 3 cosas que se pueden hacer desde HOY para detener el cambio climático. Si la mayoría creyera en que sus acciones cotidianas SÍ hacen la diferencia, se podrían ver resultados positivos en muy poco tiempo.

1) INFORMARSE E INFORMAR A OTROS. Lo primero es saber qué sucede, cómo afecta a la comunidad y compartir ese conocimiento. Las conversaciones cotidianas, las redes sociales, los colegios, los medios de comunicación y las familias, son ideales para combatir mitos y generar consciencia sobre el problema. Educar a los niños y jóvenes garantiza que esa consciencia perdure y tenga impacto futuro.

2)     EXIGIR, EXIGIR Y EXIGIR. Más de 190 países han firmado el Acuerdo de París que entró en vigencia en 2016 y establece medidas para la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Entre ellos, Colombia. Es importante exigir a políticos y dirigentes, en todos los niveles: nacional, departamental y municipal; que cumplan con los compromisos, formulen políticas públicas acordes y presenten resultados.

3)     CONSUMIR RESPONSABLEMENTE. Es cierto que un solo gigante multinacional puede contaminar en grandes cantidades. Sin embargo, millones de ciudadanos en el mundo pueden tener un gran impacto si todos reutilizan artículos, reducen el consumo de plástico y compran solamente a empresas responsables con el medioambiente. A veces lo más barato y cómodo es lo que más contamina, como los pitillos, por ejemplo. Cambiar hábitos y patrones de consumo irresponsables es fundamental.

A fire burns a tract of Amazon jungle as it is cleared by a farmer in Machadinho do Oeste, Rondonia state, Brazil September 2, 2019. REUTERS/Ricardo Moraes