Investigación
La dudosa cooperación entre Santa Marta y Cuba

En un video difundido a través de su cuenta de Twitter, la alcaldesa de Santa Marta, Virna Johnson, anunció su reunión con el embajador de Cuba en Colombia donde acordaron un convenio marco de cooperación para mejorar la salud, la educación y el deporte en la ciudad.
Firmaremos un Convenio Marco para fortalecer deporte, educación y salud en Santa Marta con alianzas de cooperación internacional con @EmbacubaCol #ElCambioEsImparable pic.twitter.com/FVmRicnyc0
— Virna Johnson (@VirnaJohnson) February 16, 2020
Aunque la noticia se anunció con júbilo, muchos han reaccionado de maneras distintas. Para algunos, este anuncio muestra que la nueva mandataria quiere implantar el “castrochavismo” en la ciudad; para otros, es bueno que la alcaldesa impulse estos proyectos para su ciudad.
Este artículo presenta tres argumentos que llevan a dudar de que el sistema educativo cubano y los procesos de cooperación anteriores hayan sido convenientes para Colombia.
Dogmatismo y persecución
Es contradictorio que Cuba ofrezca su cooperación a Colombia en materia educativa, teniendo en cuenta el carácter dogmático de la educación dentro de la isla.
En Cuba, la enseñanza está altamente ideologizada: en años recientes se ha documentado la expulsión de un número significativo de profesores y estudiantes de universidades cubanas por razones ideológicas. Es decir, han existido graves vulneraciones a la autonomía universitaria y a la libertad académica.
En Cuba, la enseñanza está altamente ideologizada.
En un artículo publicado por Claudia Padrón en Tremenda Nota, un medio independiente cubano, se documentaron treinta casos de expulsiones injustificadas entre 1991 y 2019. Aunque son muchos más los casos y las expulsiones anteriores a la década de los noventa, este estudio da cuenta del carácter antidemocrático de la universidad cubana.
De acuerdo con el periodista José Raúl Gallego, se trata de una política de Estado que pretende amedrentar a través de casos “ejemplarizantes”. Las personas que no comparten los dogmas del régimen son sometidas a un proceso, son removidas de su cargo y posteriormente son trasladadas a tareas para las cuales no fueron formadas, o expulsadas de los centros educativos.
En Cuba, quienes disienten son personas incómodas que sirven de “chivos expiatorios” para enviar un mensaje a todo aquel que considere expresar libremente sus ideas a otros colegas, compañeros, estudiantes o “amigos”. Por lo tanto, no hay una universidad libre, sino un centro de reclusión donde solo es posible reproducir los dogmas autorizados por una “nomenclatura” anacrónica.
Dudosa calidad de la educación
Hace dos semanas, estuvimos en Cuba participando del Congreso de Educación Superior y pudimos constatar que el modelo educativo de ese país está montado sobre bases ideológicas cuyo único fin es la reproducción de la dictadura. Varios docentes, administrativos y estudiantes cubanos con los cuales interactuamos confirmaron nuestras intuiciones. Esto repercute en la calidad de las instituciones educativas cubanas, que no es la mejor. Aunque es difícil presentar datos comparativos, debido al hermetismo del modelo totalitario, hay dos insumos que pueden ser relevantes:
- Por una parte, que en la isla existe un déficit de maestros y que la infraestructura de muchas instituciones está en malas condiciones;
- Y, por otra, en ránkings como el World University Ranking o el Scimago Institutions Rankings, la gran mayoría de las universidades colombianas se encuentran por encima de las universidades cubanas.
Es cierto que uno de los pilares de la Revolución cubana fue la transformación de la educación: al comienzo los cuarteles se convirtieron en escuelas y se llevaron campañas de alfabetización con voluntarios y voluntarias a los lugares más recónditos de la isla.
Sin embargo, la situación ha cambiado desde entonces. El exilio forzado de muchos de sus profesionales en busca de mejores condiciones de vida, el deterioro de la infraestructura física, tanto de la educación básica y media como de la educación superior, y el rezago tecnológico hacen que la enseñanza en la Cuba de hoy sea claramente anacrónica y precaria.
Es de recordar que solo desde hace unos pocos años los ciudadanos tienen acceso, con algún grado de libertad –y aún con muchos sitios bloqueados– a internet y, por ende, los conocimientos que se imparten son generalmente parroquiales y desactualizados.
¿Cooperación educativa?
Por último, en las experiencias conocidas de “cooperación” cubana en materia educativa sobresalen los usos políticos y no los logros académicos.
Un ejemplo de ello es la Misión Sucre, desarrollada en Venezuela, en donde la participación de Cuba ha sido fundamental para conseguir, según fuentes oficiales, que en diecinueve años se hayan creado 44 nuevas universidades y se hayan graduado más de quinientos mil estudiantes.
La gran mayoría de las universidades colombianas se encuentran por encima de las universidades cubanas.
Y aun cuando los números parecen sorprendentes y la Revolución Bolivariana parece exitosa en esta materia, se pueden hacer, al menos, tres objeciones:
- Los programas académicos están orientados a una formación ideológica y no a una cualificación de los estudiantes. Para ver un ejemplo, puede consultarse el pénsum del programa de Derecho;
- Se ha hecho énfasis en la cantidad y no en la calidad, y se ha dejado de lado el interés en crear instituciones con reconocimiento internacional. En cambio, se busca alcanzar cifras para mostrar cobertura y votantes para elecciones;
- Dado el bajo nivel formativo de los profesionales, el título obtenido en estos programas nacionales de formación no tiene mayor validez, y muchos de los egresados no están en las condiciones de ejercer la profesión.
Basta con ver las ceremonias de graduación de la Misión Sucre para identificar el talante político ideológico de un proyecto educativo intrínsecamente ligado a la Revolución Bolivariana. Lo anterior muestra que, en ese espacio, las universidades han perdido su autonomía del poder político y son serviles al régimen. Una ceremonia que sella el matrimonio entre Cuba y Venezuela, y pone en evidencia que la Misión Sucre no sirvió para cualificar a la población, sino para perpetuar el proyecto político del chavismo.
Más preguntas que respuestas
Aunque la alcaldesa de Santa Marta sostuvo que un convenio internacional debe contar con el aval del Gobierno Nacional y que, por ende, debe hacerse de la mano con la Cancillería, aún hay cosas que no están claras en el video.
- ¿Qué tipo de acuerdo se busca celebrar?
- ¿Cómo será la participación de la isla?
- ¿De dónde se obtendrán los recursos para financiar el acuerdo?
Sin embargo, sí está claro que la decisión de convocar a Cuba para hablar de cooperación en materia educativa pasa inevitablemente por la compra de un mito que ha sido reproducido de forma muy exitosa por el régimen.
Queremos creer que la mandataria de los samarios, en sus buenas intenciones, no contaba con información completa y desconocía los sucesos aquí relatados. De lo contrario, podría pensarse que su interés de transformación del municipio tiene más un carácter político-ideológico, que un carácter de formación auténtico.
Creemos que si lo que se busca es una transformación de la ciudad mejorando la educación, lo que se debería hacer es mirar hacia los países con resultados exitosos en la formación de sus ciudadanos dentro de modelos democráticos. Allí, hay modelos educativos diferentes para escoger, como Finlandia, Estados Unidos, Francia, Canadá, o más acá Chile. No podemos quedarnos con la imagen propagandística de un modelo tan dañino en cuanto a la libertad académica de sus docentes y estudiantes, la calidad de sus instituciones y los resultados de sus procesos de cooperación, y seguir vendiendo humo con los aparentes logros de un modelo que ya caducó.
* Profesor asociado de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Sergio Arboleda e Investigador Principal del Programa Cuba
** Decano de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Sergio Arboleda y Director Ejecutivo del Programa Cuba
Informe de Razón Pública

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