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Columnistas

Salvar al Magdalena es salvarnos todos

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Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza

Es evidente que la situación que atraviesa nuestro departamento, es desde todo punto de vista preocupante. Nos encontramos venidos a menos desde hace rato, agravandose la situación aún más estos tiempos, debido a toda una serie de desaciertos gubernamentales, aunado a todo lo circulado en las redes sociales como nunca antes visto, adicional a los comentarios de terceros con relación a la nula moralidad, obras cuestionadas, presuntas castas políticas alejadas de los intereses superiores de la comunidad a quienes han dicho representar, acrecentándose el sistema endémico de corrupción y de las propias banderías políticas, despilfarro, desmanes, favorecimientos sin crédito de hoja de vida o capacidad, licitaciones en discusión, un poder político que designa la más importantes pero inoperante y sin fin burocracia, contratación a foráneos por encima del personal nuestro con mayor capacitación, generando el desestimulo en los profesionales del terruño.

Requerimos como departamento una verdadera reconstrucción moral, sanitaria, económica, social, política, educativa, cultural, ambiental e infraestructura, en las que participemos todos los ciudadanos de bien sin excepción y con marcado interés, que nos lleve a la consolidación de un Magdalena potenciado, vanguardista, decente, donde no haya zorras cuidando gallinas, recobrando el liderazgo de la región representativa del Magdalena grande.

Importante y urgente recuperar nuestra razón de ser, necesitamos un Gobierno de Salvación Departamental, que recupere la grandeza y el liderazgo, un departamento que se haga respetar dentro y fuera de su territorio, que revise su estructura obsoleta y perjudicial para nuestra economía, hacer ver u saber que no estamos para someternos a ningún chantaje, abuso, autoritarismo, envanecimiento; estamos para jugar en una categoría superior. No podemos perder nuestra otrora vocación de progreso y liderar un espacio común de 30 municipios y cerca de millón y medio de personas que se distribuyen por esta tierra feraz y que requiere de un proyecto integral de respeto mutuo para ser materializado que una nuestros intereses comunes, como objetivo central para tener identidad propia.

Tenemos que despertar como comunidad, establecer lazos de colaboración a todo nivel que nos garanticen el derecho a un trabajo digno y bien remunerado, ser solidarios, recuperados en la grandeza y con ella el liderazgo en cooperación con los países de la comunidad de naciones, especialmente los del primer mundo. Es procurarnos los recursos todos en manera suficiente para atender a los nuestros, particularmente, a los más necesitados de manera inmediata.

Importa ir presurosos hacia un modelo productivo de valía, fomentar la fabricación y comercialización de nuestros productos. Que nuestros gobiernos estudien las zonas más castigadas por el desempleo para instalar industrias, auspiciar el cambio de actividad en empresas que no ofrezcan un valor añadido e impulsar igualmente la posibilidad del acceso del trabajador a la propiedad de los medios de producción mediante las múltiples formas permitidas. Pero, por encima de todo, no olvidar que gran parte de nuestra economía procede de pequeñas y medianas empresas que merecen un trato tanto fiscal como administrativo diferente y adecuado a las propias necesidades.

Necesitamos recuperar los valores que otrora nos permitieron ser una unidad territorial cuna de civilidad. Obligados estamos y existir debe en nosotros, la obligación, responsabilidad y compromiso de recuperar nuestro sentido cultural e histórico, en lo que ayudaría una oficina encargada del manejo de la juventud para conectarla con sus objetivos y crecientes necesidades de hoy en día, a fin de no estar lejanos de su realidad. Importante debe ser la labor en favor de la Juventud, a la que habrá de articularse con las medidas necesarias para que los jóvenes vuelvan a sentirse los auténticos protagonistas de sus vidas, capaces de tomar decisiones que marcarán para bien su futuro. Tenemos que ser un departamento gobernado por alguien con demostrado sentido de pertenencia, probada eficiencia sin mentiras, sobrados méritos y capacidades para las grandes obras de peso generadoras de identidad, que se requieren a gritos en todas las tres regiones conocidas (sur, centro y norte) del Departamento.

rubénceballos56@gmail.com

Jurista

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