Al fin ¿le pegó o no le pegó?

Durante este lunes, en las redes sociales circuló una captura de pantalla que relata un supuesto altercado, casi físico, entre el gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, y el gerente del Hospital de Zapayán, Jair Briceño Pérez, acorde con la imagen, porque el mandatario se habría referido al funcionario con calificativos sumamente negativos, lo que habría motivado su salida de la entidad médica.

Sin embargo, Briceño manifestó recientemente que ese presunto encuentro, que habría ocurrido durante la entrega de la ambulancia en Salamina, nunca existió y que, por el contrario, se encuentra agradecido con Caicedo por la oportunidad otorgada.

A pesar de este pronunciamiento, fuentes cercanas a OPINIÓN CARIBE, y que solicitan permanecer anónimas, confirman que la discusión sí existió y que, además, fue necesaria la intervención del cuerpo de seguridad del gobernador para evitar que los golpes de Briceño encajaran en Caicedo, quien habría dicho que el gerente era corrupto, inoperante y que no se dirigía a personas de su tipo.

Por otro lado, Briceño aseguró que sí renunció a la gerencia del hospital, pero no por tener diferencias con el gobernador, si no que se mantuvo por línea de indicar que habría sido por motivos estrictamente personales, como la necesidad de pasar más tiempo con su familia y el desarrollo de proyectos personales.

Este sería el segundo gerente que sale de la red hospitalaria del departamento, junto con Jesús Molina, del Hospital San Cristóbal, de Ciénaga. Además, se rumora que otros tres funcionarios abandonarían también el cargo, a sólo un año de haberse posesionado y sin cumplir el periodo de para los cuales habrían sido contratados.

Esto teniendo en cuenta que los gerentes de las ESE entran por un periodo fijo de cuatro años, que no son de libre remoción, estas personas únicamente pueden ser removidas si la junta así lo decide por medio de una evaluación al Plan de Gestión, a partir del 1 de abril del 2022.

A esto se le suma que la contratación viene acompaña de salarios sumamente codiciados, que representan un al to beneficio económico, lo que hace difícil de creer una renuncia al cargo sin coerción alguna.

El gobernador sería el encargado nombrar a los nuevos gerentes encargados, sin embargo, no se ha pronunciado sobre el tema.