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Obras son amores, es el decir

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Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza

Son funciones principales de un alcalde, entre otras, actuar como representante legal del municipio y ser su autoridad administrativa máxima; convocar, presidir y dar por concluidas las sesiones del Concejo Municipal; ejecutar los acuerdos que en él se realicen; proponer al Concejo proyectos de acuerdos para mejorar la calidad de la localidad; promulgar los acuerdos y disponer de su publicación; someter a aprobación del Concejo el plan integral de desarrollo sostenible local y el programa de inversiones; aprobar el presupuesto del municipio, en caso de que el Concejo no lo haga; defender y cautelar todos los derechos e intereses del municipio y sus vecinos; llevar a cabo los actos, contratos y convenios necesarios para el correcto ejercicio de las funciones del municipio; proponer al Concejo la creación, modificación, supresión o exoneración de contribuciones, tasas, arbitrios, derechos y licencias; y, resolver, en última instancia administrativa, los asuntos de su competencia.

Sin que en estas líneas justifique, califique, juzgue, ni avale lo hecho o dejado de hacer por nuestros alcaldes en los últimos lustros, como tampoco defender a los denominados como de antes, ni atacar a los de ahora; en sana lógica, obligan los lineamientos antecedidos, adelantar las obras todas y mejores que ayuden a consolidar bienestar general en contexto de buen gobierno, lo que entraña velar por una óptima administración, gestión y gerencia públicas. Expongo lo cual, en atención a la serie de comentarios que se tejen en el Distrito, respecto de la labor de unos y otros quienes han ocupado el Solio de Bastidas. Para acercarnos a referir certezas, me he permitido solicitar la colaboración de sus amigos, amigos comunes y de varios de los últimos burgomaestres de la ciudad antes de estas 3 últimas administraciones, para saber de su impronta, llegándome datos parciales y aplazados otros por distintas razones de orden personal y diversas en sus dichos, que me servirán hoy y para intentar más adelante otros pronunciamientos sobre lo cual.

De lo allegado he extractado, atendiendo un tanto el acontecer cronológico, lo siguiente: -En las administraciones de Edgardo Vives Campo, quien a todos consta desarrollo una revolución de obras cívico – militares. Construcción de la Avenida del Río y ampliación de la Avenida Tamacá. Pavimentación de barrios de las zonas norte y sur de la ciudad. Recuperación del teatro Santa Marta después del incendio que sufriera. Polideportivo. Recuperación de la piscina olímpica. Obras generales de infraestructura en el corregimiento de Gaira, que le valieron ser llamada “El edén samario”. Arborización de gran parte de la ciudad. Inicio de la ampliación de la calle 30. Inicio ampliación de la calle 30. Iluminación en gran parte de los barrios y ciudad en general. – Durante la administración de su hermano Alfonso Vives Campo, primer alcalde por elección popular y ejemplo de probidad, se adelantaron importantes obras a todo nivel y se solucionó de manera practica el neurálgico problema del agua que quedó proyectado a 30 años. – El primer Gobierno de Hugo Gnneco Arregoces, enfrentó e ideó el proyecto de la recuperación del mercado público. Atendió el problema de las basuras; y, creó políticas públicas de vivienda popular.

-José Francisco Zúñiga. Recuperación de las finanzas del Distrito (Ley 550). Recuperación del centro Histórico. Nuevo sistema semafórico de la ciudad. Relleno sanitario (catalogado en su momento por Min-ambiente entre los dos mejores del país). Captación de inversión privada que generó empleo y desarrollo en la ciudad. Construcción del Centro Comercial Buenavista y Centro Comercial Océan Mall. Ampliación de 27 escuelas y colegios y la construcción de 6 nuevos (Juan Maiguel de Osuna, barrio La Paz, la Quinina en Gaira, barrio Aeromar, Machete Pelao, barrio Líbano 2000, con sus respectivos comedores escolares). Construcción del canal pluvial Chimila – Mar Caribe. Desagüe de los barrios nororientales de la ciudad que antes se inundaban. Construcción de 750 viviendas de interés social (350 en Timayui, 140 en María Cecilia; y, 160 en la Troncal del Caribe. Se gestionó la traída de Cruceros a Santa Marta (cerca de 100 al año con todo lo que ello representa para la economía de la ciudad), hoy no llegan a diez. Pavimentación de muchas calles en barrios de Santa Marta, lo mismo que repavimentación de la malla vial existente. Alcantarillado de los barrios Luis R. Calvo, Divino Niño, 8 de Febrero, Luis Carlos Galán y Ondas del Caribe. Optimización del transvase del Río piedras, que consistió en mejorar la captación y redes hasta Mamatoco, completamente nuevas. Doble calzada Ciénaga – Santa Marta, obra gestionada en asocio con el Gobernador Trino Luna Morón. Consecución de los dineros para el transporte masivo con el presidente Uribe, dejando todos los contratos firmados para ejecutar las obras. En proceso quedó la ampliación de varios centros de salud, la construcción de la policlínica de Pescaito y del mercado público, que entregó avanzados a su sucesor, Juan Pablo DíazGranados, quien concluyó con éxito todo el ejercicio financiero iniciado por sus antecesores.

Injusto es desconocer olímpicamente los aportes realizados y poner en duda, lo que no es de recibo, que se sostenga y se siga poniendo en entredicho por quienes han gobernado últimamente, ineficiencia, ineficacia y deshonestidad en el hacer y quehacer administrativo de nuestros anteriores gobernantes, cuando lo conveniente es apostarle al cambio, al progreso, generar consensos y sumar las fuerzas políticas, económicas y sociales que actúan e interactúan en la ciudad. Es contar con el apoyo decidido, honesto y responsable de su clase dirigente y empresarial. Apuntar a definir para los samarios, además de la carencia de agua, las obras inacabadas producto de improvisaciones, la mala prestación del servicio de energía, inseguridad, alcantarillado, contaminación ambiental, la pésima infraestructura vial, la ineficiente movilidad, el nada importante manejo del turismo, falta de oportunidades, pobreza, pobrería, miseria y demás otras problemáticas sociales que caminan.

En términos reales, no tenemos en realidad nada de envergadura distinto a lo que sus otroras dirigentes hicieron. No es con odio, resentimiento ni desprestigio como vamos a avanzar, ni propalando la especie que son los gobernantes de hoy los buenos, como tampoco permitir estar las administraciones departamental y distrital en cabeza de una sola persona. No podemos seguirnos contentando con obras de quinta, cuando no tenemos vías por donde transitar, nula planeación y transparencia en la contratación pública. Necesitamos de acuerdos fundamentales, esenciales, de un gran consenso de todos y cada uno de los sectores y fuerzas vivas para potenciarnos como debería y tendría que ser, más cuando pronto cumpliremos 500 años de fundación y tenemos todo para constituirnos en una urbe próspera, productiva, competitiva, pujante, desarrollada y bien gobernada.

rubénceballos56@gmail.com

Jurista

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