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Metrópolis

¿Conoce la historia del “elefante blanco” que dejó Hugo Chávez en Santa Marta?

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En la Quinta de San Pedro Alejandrino de Santa Marta se esconde un elefante. Aunque muchos han sido los que han ingresado a este sitio para conocer la historia de quien habría sido el Libertador, Simón Bolívar, son muy pocos lo que han tenido la oportunidad de conocer los restos del Auditorio Simón Rodríguez.

Como ya parece ser costumbre, esta obra quedó inconclusa en la capital de Magdalena, y esta vez no fueron culpables las administraciones locales ni nacionales por malos manejos financieros, sino que fue Hugo Chávez Frías, fallecido expresidente de Venezuela, quien le habría prometido a la ciudad una gran infraestructura para honrar la memoria de Simón Narciso de Jesús Carreño Rodríguez, un político y educador nacido en Venezuela, que, además, fue tutor de Simón Bolívar y Andrés Bello.

Acorde con el relato hecho por el abogado Carlos Andrés Salas, el punto de partida de este “elefante blanco” fue en 1998, cuando Chávez, quien en ese entonces encontraba en la Quinta de San Pedro Alejandrino el mejor lugar para reunirse con expresidentes colombianos con los que mantenía buenas relaciones, decidió conmemorar el fallecimiento de Simón Bolívar con la financiación del auditorio “como un regalo a la ciudad”, prometiendo a Zarita Abello, directora del Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo, una estructura millonaria.

“El jefe de Estado venezolano se comprometió a donar un millón de dólares para realizar la obra, y en el 2003 hizo efectiva la donación, con la promesa de que más adelante enviaría otro millón de dólares adicional. Los trabajos tardaron tres años en iniciarse (2006)”, afirmó el abogado Salas.

“Qué mejor ciudad que Santa Marta la cuna de los ‘Elefantes Blancos’ y qué mejor lugar que la Quinta de San Pedro Alejandrino, dónde muriera el libertador Simón Bolívar. La tenía clara Chávez”, agregó.

Fotos Carlos Andrés Salas.

La edificación del auditorio siguió su curso a buen ritmo, hasta que en el 2009 quedó paralizada por falta de recursos, pues ya en ese momento se había agotado el dinero inicial. Para continuar con las obras, se requería el millón de dólares adicionales.

Sin embargo, las relaciones entre Venezuela y Colombia, gobernada en ese entonces por Álvaro Uribe Vélez, se rompieron, posteriormente Chávez murió y el auditorio quedó abandonado a medio construir.

“Hoy para culminar [el auditorio] se necesitan 6 mil millones de pesos, pues el deterioro de sus cimientos es evidente”, asegura Salas.

Fue así entonces como nació en Santa Marta una obra más como aquellas que actualmente se asoman en las calles, inconclusas e inservibles, sin la posibilidad de que alguien más les pueda “meter la mano” para terminarlas.

Información Twitter Carlos Andrés Salas.

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