Más participación de la mujer

Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez

Hoy por hoy necesitamos como sociedad cambios culturales reales, y si bien no desbocados, al menos graduales y definitivamente progresivos. Una sociedad más equitativa, donde la mujer sea esencial, integrada de lleno al poder político, económico y social, siendo importante que lo cual acontezca por razones de justicia y porque ello nos permitirá a no dudarlo un mundo mejor. Tienen ellas sensibilidades distintas que complementan las que siempre han sido en cabeza del hombre, lo que hacen que una y otras se necesiten mutuamente.

Hay que ponerle fin al exacerbado dominio del hombre en la sociedad, lo que es una demanda y llamado permanente por parte de las nuevas generaciones, requerida de más mujeres participando en la vida política, noble e importante ejercicio y actividad que nos la hemos apropiado desde siempre los hombres, que nos hacemos con el control del poder, como lo demuestran en claramente los bajos porcentajes de participación femenina en el Senado, Cámara de Representantes, Gobernaciones, Asambleas, Alcaldías, Concejos, y Juntas Administradoras Locales, lo que muestra una grande injusticia.

El Electorado femenino entre nosotros supera el cincuenta por ciento del total general; de ahí que alegre que en las próximas elecciones al Congreso de la República, vayamos a tener la particularidad que sus listas deberán ir aunadas a paridad y alternancia si se aplica lo dispuesto en el nuevo código electoral; lo que nos determinará más senadoras y representantes a la cámara, contribuyéndose así a acortar distancias de género, lo que es una necesidad manifiesta. Requerimos del liderazgo de la mujer, en compendio de un todo conceptual de orden político que defina fronteras a los de siempre, que muchos males le han causado al país y seguro estamos, por su misma condición, que las mujeres le sumarán aportes bastantes de valía a ese noble objetivo.

Interesa e importa que vivamos la política con ojos de mujer, como una manera distinta de vivir y sentir la política. Mujeres que contribuyan a cambiar el país y quieran real y verdaderamente construir una nueva sociedad, sin apego malsano al poder, desdibujado en su exacta dimensión por haber sido puesto al servicio de pocos y no al servicio de los intereses mejores de la ciudadanía y comunidad entera. Pocas mujeres en el mundo se encuentran al mando de los gobiernos de sus países; pero, donde ello es dado, sus países encabezan con diferencia un mayor desarrollo humano, son pacíficos, hay en ellos perfecta convivencia y gozan de altos estándares ambientales, entre los que se cuentan Dinamarca, Finlandia, Islandia y Noruega. Refrescante serán más mujeres en el poder y en el manejo de sus asuntos y toma de decisiones.