ARIEL QUIROGA & ABOGADOS
La campaña de la Registraduría a favor del COVID.
Por: Ariel Quiroga
Hablemos de los llamados candidatos por firmas, y hagamos este ejercicio. Sin pandemia tu te preguntas ¿es necesario que la recolección de esas firmas se haga de puño y letra? Con pandemia tu te preguntas ¿es necesario que la recolección de esas firmas se haga de puño y letra?. En ambas circunstancias la respuesta es negativa, pero en la segunda variable no solo es innecesario hacerlo tan medievalmente, sino que es impertinente, riesgoso, imprudente, absurdo y hasta macabro.
Resulta y tomen nota, que la Resolución No. 2126 del 12 de marzo de 2021, en el parágrafo 3 de su artículo 5, expedida por la Registraduria Nacional, es la norma que regula el proceso de inscripción de candidatos de los movimientos significativos de ciudadanos, y se supone que adecuó dicho trámite a los tiempos de una pandemia que ha matado a más de 100 mil colombianos, pero esa norma es un saludo a la bandera, una campaña oficial a favor del COVID, más de lo mismo pero con un toque de alcohol.
La norma citada obliga a los comités promotores de candidatos y sus voluntarios, a recorrer plazas y calles y tomar con puño y letra las firmas de cada persona que apoye a sus postulados, lo cual es abiertamente absurdo, cuando está tarea se puede realizar por medios virtuales que garanticen la trazabilidad de la información; nada del otro mundo.
Es claro que la Registraduria Nacional va a colocar en riesgo a cientos de miles de colombianos que deberán acercarse mucho a la persona que los invitan a firmar, tomar el mismo bolígrafo y ser un transportador del mortal virus del espacio público hasta sus casas, lo cual es preocupante pues en Colombia solo se han vacunado completamente 17,5 millones de personas, bastante menos de la mitad de la población.
Considero que la Registraduria va a jugar al baloto con la vida de los colombianos y afectará derechos colectivos como el goce de un ambiente sano, la existencia del equilibrio ecológico y el aprovechamiento racional de los recursos naturales (…), seguridad y salubridad, el acceso a la infraestructura de servicios que garantice la salubridad pública, el derecho a la seguridad y prevención de desastres previsibles técnicamente entre otros, además de los derechos constitucionales a la igualdad, ambiente sano, derechos políticos y el derecho a la vida.
Lo anterior es así, porque sabemos que entre más contacto mayor riesgo de contagios y muertes, la salubridad pública se desbordará, no se disfrutará de un ambiente sano, habrá un gasto innecesario de papel y además someterá a todos los candidatos por firmas del país, al rechazo de muchas personas que se abstendrán de firmar por el riesgo de infección, sumando que el proceso será más lento, colocando en desventaja a estos candidatos con los de los partidos con personería jurídica.
La registraduria debe disminuir el riesgo de contagios y muertes, que representa una inmensa actividad de aglomeración como lo son las elecciones al Congreso de la República y las siguientes, creando una reglamentación que vaya a tono con el actual estado de emergencia sanitaria que aún cobija al territorio nacional y que es un reto de insospechadas consecuencias sanitarias sobre la vida de los connacionales y el desfinanciado sistema de salud.
Si bien es cierto hay avances en el plan de vacunación en los territorios y el número de contagios y muertes ha disminuido, también lo es que la vida de cada colombiano y residente en el país es invaluable , y que ante una labor titánica, dónde tal vez millones de personas participen colocando sus firmas para apoyar a sus candidatos ajenos a los partidos políticos, el riesgo de contagios y muertes se incrementará, por lo que se hace un llamado a la autoridad electoral para que actúe con respeto de los intereses colectivos enunciados y valore cada vida de nuestros compatriotas.
No es bueno que la registraduria haga campaña, y menos al COVID.