Columnistas
Dialogar, construir, progresar
Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*
El dialogo siempre será eficaz camino a construir y progresar. Es el entendimiento por encima del escándalo. Lo sensato sobre lo emocional. Lo sosegado sobre la altanería. Es la razón sobre la sinrazón. La verdad sobre la mentira. Es no crear bajo punto de vista alguno permanentes entornos de animadversión, enojo y antipatía. Es optar por diálogos constructivos que nos lleven con prisa y sin pausa a transitar hacia un verdadero desarrollo cultural. No podemos seguir aceptando estar siempre inmersos en un desgaste social, donde diálogo y verdad no son tenidos en cuenta.
Impuestas están las siempre dañosas estrategias de polarización, la cultura de la mentira, condenar con lo que no estamos de acuerdo, confundir tolerancia y relativismo, las descalificaciones, las falsas noticias, lo que crea un contexto social agresivo, en el que los ganadores son quienes más recursos, poder e influencia poseen en detrimento de los más necesitados, hasta convertirse en lo que muchas veces denominan acciones políticamente correctas. Horror de horrores.
Tenemos que reorientar el debate público. Expresar nuestras opiniones pero con responsabilidad, argumentarlas, soportarlas en la lógica y en los hechos, compartir los razonamientos y estar dispuestos a cambiar de opinión cuando la razón no nos acompañe. Es tener sentido común, mismo que representa un todo distinto a lo impuesto por lo mediático y la inmediatez, ya que no pueden ir sesgos y preferencias en contra de la verdad, toda vez que, como personas y sociedad, debemos estar dispuesto a corregirnos y rectificarnos en honor a la verdad, a la que debemos entregarnos por encima de los personales prejuicios, lo que es principio de solución hacia lo edificante y superior.
Tenemos que imponer la armonía social, esa que implica el equilibrio o balance entre las personas y entre las comunidades de seres humanos, así como reconocer a los otros como condición necesaria de nuestra propia vida como individuos. Dialogar abiertamente, ser capaces de reformularnos, hacer luz en la oscuridad, crecer como personas social y culturalmente. Entender que respeto, humildad y verdad respaldan la interacción entre las personas. Es transformarnos, contribuir a la mejora de la sociedad, generar el diálogo constructivo, buscar la verdad, formarnos mejor, investigar. Interesa impulsar diálogos constructivos que nos lleven al progreso cultural, a encontrar la verdad, al bien común, elegir la razón en vez de la fuerza. La verdad nos abre hacia los demás; la opinión, por ser nuestra, nos clausura en nosotros mismos.