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Atrapados en un ‘Macondo’
Era el primero de diciembre del 2022, motivados por contar la historia de Doña Gloria Salgado, una mujer de 84 años que conserva un entramado cultural y ancestral de raíces palenqueras, un equipo periodístico de OPINIÓN CARIBE se movilizó hasta Aracataca, Magdalena.
El aroma a café y la brisa característica de la época decembrina exornaba la mañana. Tras llegar a la emblemática Aracataca, la sensación de estar en un ‘pueblo mágico’, tal cual describió Gabriel García Márquez, se hizo latente.
Empezó el recorrido periodístico, desde ‘Cataquita’ hasta ‘Macaraquilla’, una hermosa vereda que parece descrita por ‘gabo’, cuando se refirió a ‘Macondo’, “era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construida a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos”.
En medio de una frondosa vegetación, y caminos que parecían interminables, se observaban los campesinos arando la tierra, mientras el vehículo ingresaba por ‘la trocha’ que yacía deteriorada.
No se contaba con el infortunio de ser víctimas del mal estado de la vía, paradójicamente, el vehículo, que se supone tener unas características específicas para movilizarse en cualquier terreno, quedó atascado en el lodo, en medio de la intemperie, aislado de la zona urbana, surgieron varios cuestionamientos, ¿Qué hace un campesino de ‘Macaraquilla’ cuando tiene este tipo de eventualidad? ¿A quién llamar y pedir auxilio si tampoco hay señal telefónica? ¿A quién acudir en caso de emergencia? ¡Es una verdadera odisea!
El hecho es que toca reflexionar sobre estos sucesos, si bien es cierto, estas ‘aldeas’ atrapan mágicamente, también podrían ‘atraparte en las vías’.
En medio de la incertidumbre y del pánico por la llegada de la vespertina y la caída de la inclemente lluvia, aparecieron dos buenos hombres cuyos rostros denotaban el cansancio por la ardua jornada laboral, y pese a su agotamiento, se mostraron interesados a ayudar.
Tiempos después, se logró salir del lodozal, “¡Gracias a Dios!”, exclamó Doña Gloria, mientras seguía aferrada a sus oraciones.
Concluyó el recorrido ‘macondiano’, pero la realidad es todos podrían quedar atrapados en en la magia o una de las vías de ‘Macondo’.