Columnistas
Con agua sí, pero con mucha sed
Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza
El agua, líquido valioso, tal vez el más, que tenemos a mares en la ciudad primera de Colombia y es elemento imprescindible para la vida, no es para nosotros una situación resuelta y a día de hoy los gobiernos continúan sin implementar las medidas necesarias para que nos sea suministrada debidamente potabilizada y sin contaminación alguna.
No han podido los nuestros unirse y menos gestionar para acelerar los avances necesarios a favor de proveer de agua a la población, ni evitar al menos en el territorio, los problemas que socavan su salvaguarda para la humanidad y el conjunto del ecosistema de la vida en el planeta, ya que si los ecosistemas se alteran también lo hará inevitablemente la especie humana, como se ha y está comprobando a diario.
Agua y saneamiento garantizados de forma segura, dista mucho de alcanzarse y la situación empeora cada vez más, por lo que los gobiernos deben trabajar cuatro veces más rápido para alcanzar ese objetivo. El asunto es grave, nada ha servido para evitar que muchos de los nuestros padezcan por su suministro y que casi dos millones de personas mueran anualmente por enfermedades causadas por el agua contaminada y casi ochenta millones vean su vida acortada por las enfermedades derivadas de la misma causa.
Una de cada diez personas en el mundo carecen de agua potable segura; y los datos que manejan las previsiones de los científicos señalan que en dos años dos tercios de la población mundial carecerán de agua limpia para satisfacer sus más básicas necesidades, lo que se agrava por falta de medidas de seguridad rigurosas, actuar de forma seria e inmediata, formular e implementar políticas hídricas sostenibles que frenen situaciones concretas de contaminación impune del agua, falta de actuación e ineficacia absoluta de las administraciones públicas al respecto.
Amenazados están de manera permanente, aunque a muchos no les parezca, medios de vida por esa causa, debiendo lucharse con demostrado denuedo para convencer al gobierno que gestione con decisión la solución del agua donde y con quienes menester sea. No más perdedera de tiempo. No más incumplimientos. No más dilaciones. La gente está afectada, cansada, y muchas han sido y ojalá sigan siendo las manifestaciones sociales en clamor de agua, por lo que seguirá importando la participación pública para continuar demostrando la falta de voluntad de los gobernantes samarios en la solución de esta problemática que tenemos en la ciudad con el agua potable y la poca o mejor nula actuación real de los poderes públicos al respecto de este especial particular.