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Columnistas

Definir esperanzas y soluciones

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Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez

Se impone sin ambages que le vayamos, que le apostemos decididamente a que se imponga siempre la sensatez, independientemente que pertenezcamos o no a los sectores opuestos al actual gobierno, velar por el bienestar y la reconstrucción del país, siendo fundamental en tal dirección que podamos acercarnos, oírnos, hablarnos, escucharnos, encontrarnos. Es un vamos a encontrarnos que anhelamos la mayoría de los colombianos y que debemos hacerlo cierto pasando del dicho al hecho, de la crítica insulsa y dañosa a la crítica constructiva, a la acción y a pregonar con el buen ejemplo.

Indudablemente, debe emanar de este proceso personas de primera condición capaces definitivamente de generar consensos y garantizar la unidad nacional. Y habló de consenso, porque soy más que un convencido que debe prevalecer la decencia y la grandeza política, si realmente nos interesa el país; lo que menciono porque considero que es evidente que pulularán muchos aspirantes, la mayoría de los cuales no contarán con ningún respaldo significativo de la opinión pública, lo que obliga una lucha en conjunto que no individualmente, lo que garantizará nuevos rumbos con mejores derroteros.

Tenemos que velar por concreciones, por configuraciones que llevan a  reconectarnos con la ciudadanía y comunidad en general, propender porque los líderes todos se muevan en un alto índice de aceptación, lo que facilitará mejores motivaciones en la colectividad para garantizar su activa participación; de ahí que confíe que más temprano que tarde y más pronto que después, esa participación sea real y ojalá lleve al surgimiento de opciones que en definitiva puedan recoger y hacer posibles desde la solución los anhelos de la población.

He repetido una y otra vez que hay que velar por una poderosa economía, trabajar todos en propuestas en este ámbito y sentido, sin tener que caer en el populismo ni la demagogia, sino en la observancia de la realidad y las propias necesidades y demandas de la población. Interesa e interesará siempre en beneficio y aprovechamiento comunitario buscar las oportunidades para consolidar mayorías, demostrar responsabilidades, cumplir deberes, demostrar compromisos con la libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos. Establecer criterios para medir moral y ética, evaluar y evaluarnos, no caer en exclusiones, sino manifestar sana intención de participar en todos los procesos si queremos unirnos y construir un mejor porvenir para nuestro país, en lo que es fundamental superar obstáculos e ir tras equidad, inclusión, integración y cohesión social.

Es garantizar nuestra participación, cumplir con los principios fundamentales de libertad, democracia y respeto a los derechos humanos, en ruta a lograr consolidar la fuerza necesaria para alcanzar los cambios y las transformaciones que anhelamos. Es esto y no otras cosas lo que debe imponerse y debemos imponer.