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Campesinos del Magdalena lanzan SOS por muerte masiva de animales producto de la sequía

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En febrero de este año, OPINIÓN CARIBE dio a conocer un informe que revelaba que el fenómeno de El Niño en el Magdalena reportaba pérdidas económicas cercanas a los 5,544 millones de pesos, principalmente derivadas de la muerte de animales. Hoy, después de dos meses, las consecuencias son aún peores debido a la falta de reacción ante la emergencia por parte de la administración departamental.

 

El crudo paso del fenómeno de El Niño en el departamento del Magdalena sigue afectando gravemente a las comunidades campesinas de los municipios de Pivijay, Fundación, Algarrobo, Chibolo y demás. La muerte de reses, tras la falta de agua y comida, ha golpeado severamente la economía del sector agrícola.

Desde enero de este año, el territorio ha enfrentado condiciones climáticas extremas, con intensas sequías y altas temperaturas que han diezmado los cultivos y la ganadería. Los campesinos, desesperados, muestran imágenes impactantes de la situación de sus animales y la escasez de pasto en sus fincas.

Es por ello que los campesinos han hecho un llamado al gobernador del Magdalena, Rafael Martínez, para que atienda esta problemática que genera desestabilidad económica. «Solicitamos apoyo ante esta difícil situación, ya que debido al fuerte verano que se presenta, día a día tenemos que ver cómo mueren los animales por la falta de agua y comida. Gobernador, póngase al frente de esta problemática», señaló uno de los campesinos afectados.

En febrero de este año, OPINIÓN CARIBE dio a conocer un informe que revelaba que el fenómeno de El Niño en el departamento del Magdalena reportaba pérdidas económicas cercanas a los 5,544 millones de pesos, principalmente derivadas de la muerte de animales.

Así mismo, cerca de 6,597 predios estaban siendo afectados y más de 263,318 hectáreas impactadas debido a la intensa sequía provocada por El Niño. Además, se informó en ese momento una caída diaria de 73,150 litros en la producción de leche, equivalente a una pérdida económica diaria de 92.5 millones de pesos. Hoy, después de dos meses, las consecuencias son aún peores debido a la falta de reacción ante la emergencia por parte de la administración departamental.