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Metrópolis

A dos meses de los 500

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Ad portas de cumplir sus 500 años, Santa Marta debe comenzar a despertar el fervor cívico y construir una visión colectiva sobre su futuro. Mientras el calendario avanza hacia el 29 de julio, más allá de las programaciones oficiales, desde los hogares se debe prender el espíritu de celebración con banderas en los balcones y calles llenas de identidad, impulsando un ambiente que refleje el orgullo de pertenecer a la primera ciudad fundada en Suramérica.

Aunque poco se sabe de los eventos que se realizarán durante su conmemoración, las instituciones tienen el desafío de demostrar que el aniversario es más que una fecha en el calendario. De nada sirve una conmemoración cargada de actos simbólicos si no responde al anhelo colectivo de progreso y bienestar.

El verdadero clamor de los ciudadanos va más allá de lo decorativo. OPINIÓN CARIBE, en un esfuerzo por alzar las voces de la comunidad, ha creado una sección dedicada a preguntar cuál debería ser la verdadera ambición de Santa Marta en su medio milenio de historia.

De un total de 101 entrevistas realizadas hasta el momento, la conclusión es clara: los samarios piden mejoras en la prestación de los servicios básicos y demandan mayor seguridad en sus calles. Lejos de discursos prometedores, la población desea que el aniversario sirva como una plataforma para resolver problemas fundamentales que afectan su calidad de vida.

Los samarios no piden espectáculos, piden soluciones. A dos meses de una fecha histórica, la verdadera pregunta es si los dirigentes y la ciudadanía estarán a la altura del reto. Santa Marta no solo celebra 500 años de existencia, sino que también enfrenta el desafío de definir el legado que quiere construir para las futuras generaciones. Y ese legado depende de que quienes gobiernan y los gobernados, porque este es un compromiso de todos.