Columnistas
Un senador como Zabaraín
La intervención de un senador de la República de apellido Zabaraín, en el debate contra el Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, es la prueba que faltaba para demostrar el nivel tan bajo al que ha llegado el Congreso de la República de Colombia. Bajo ninguna circunstancia una persona con el perfil que demostró tener este senador debería llegar a ocupar tan importante posición en la política colombiana. Ignorante, arrogante, sin los elementos mínimos para participar en un debate de semejante importancia para el país, así se puede describir a este senador, quien ofreció el espectáculo más vergonzoso que se ha visto en sesiones recientes del Senado.
Pero el debate no puede ni debe quedarse solo en estas consideraciones. La pregunta de fondo es cómo y por qué un individuo sin la preparación y sin la trayectoria mínima llega a ocupar una curul en el Senado de la República. Sin indagar demasiado , sale claramente a la luz que son los grandes líderes políticos de la Región Caribe, Fuad Char y su hijo el alcalde de Barranquilla, Alex Char, cuya favorabilidad no baja del 90%, quienes lo promovieron y lo llevaron a esta posición. Y para completar el panorama parece que también fue apoyado por Roberto Gerlein, lo que cuesta creer porque a diferencia de los Char que no son ni mucho menos muestra de cultura, Gerlein con todo su clientelismo si es un hombre preparado y culto.
Claro que, para ser justos, Zabaraín no es el único caso de semejante ramplonería ni ignorancia en este recinto de la democracia colombiana, pero sí puede tomarse como el caso que amerita una seria reflexión de cómo y quienes llegan al sector político colombiano. Lo que sí puede ser cierto es que muchos de estos ejemplos de quienes no deberían ser congresistas encuentran en la región Caribe una buena representación.
No se trata solo de corrupción, como en caso de la ex senadora Aida Merlano, también con vínculos personales con Julio Gerlein y los Char, sino también de un perfil de representantes absolutamente vergonzoso que llegan a donde se toman grandes decisiones de la vida nacional. La pregunta obvia es por qué si tienen tanto poder y todo el mundo se les arrodilla, no se le exige por ejemplo a la familia Char, que sea más selectiva si de verdad le importa el poder. Probablemente, lo que sucede es que lo que les interesa son solamente cuotas para nombrar a quienes quieran y fortalecer su capacidad de decisión en grandes temas regionales y obviamente obtener contratos. Una pobre concepción del poder político.
Los electores de estos clanes políticos que también se reproducen en otras partes del país, deben tomar atenta nota de lo sucedido con Zabaraín, para que no les pase algo igualmente vergonzoso con personajes que jamás deberían haber llegado a estos niveles políticos. Llevar individuos de este calibre es convertir la política en un circo donde las actuaciones de algunos se convierten en fuente de burlas. Es una pérdida de tiempo valioso en un país y con un gobierno lleno de problemas que se deben resolver, soportar el comportamiento de un individuo así. Un senador como Zabaraín es una vergüenza nacional que se la debemos a estos caciques que no tienen criterio, sino ambición.
Una nota: si Alex Char que pretender ser Presidente de la República sigue rodeado de Zabaraines, que Dios proteja a este país.
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