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Diego Armando Maradona: el ídolo y sus “novias” de 16 años

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Por Rosa Daza Castillo

Nadie en algún lugar del mundo puede desconocer la importancia de la figura de Diego Armando Maradona, tenía una magia única para manejar la pelota y una resiliencia gigante para ganarle a las necesidades que le puso la vida desde su infancia.

Fue un grande, por lo que fue en el fútbol y por lo que representó socialmente hasta que -sabemos todos- cae en el infierno de la adicción.
Conocemos esta triste historia del 10, lo vimos enfermarse cada día, y cometer todo tipo de errores impresentables, desde escupir a su propio hijo hasta acusar públicamente de ladrona a su ex esposa, claudia villafañe.

Sin embargo y pese a su fallecimiento, su recuerdo sigue vivo y sus historias lamentables no dejan de salir a la luz.
Recientemente el mundo conoció que en los años 2000 y siguientes, mientras el 10 se encontraba en un proceso de rehabilitación en cuba, sostuvo relaciones sexuales con distintas menores de edad, entre ellas, quien recientemente ha decidido contar su historia: Mavis Alvarez, a quien Maradona conoció con apenas 16 años.

Más allá de todo lo que podríamos anotar frente a la repudiable conducta del ídolo que llegó a tener su propia religión e iglesia: “los maradonianos”, resulta igualmente inaceptable que la legislación cubana en el siglo XXI considere las conductas de Maradona -en las cuales existen niñas de 14 años guardadas en el baúl de vehículos para burlar la seguridad de los hoteles donde pasaban la noche, entre otras- no resulte un delito, o al menos contravención.

En efecto, las relaciones sexuales que mantienen las niñas de más de 12 años (y hasta los 16 años) no son punibles en ese pais, a menos que se pueda demostrar el uso de violencia e intimidación, o que el consentimiento estuviera viciado por el abuso de autoridad o el engaño.
Y aunque ese abuso de autoridad existía en el caso de Mavis -según sus declaraciones- éste se encontraba “avalado” por la debilidad manifiesta de unas menores que ven en los extranjeros la posibilidad de satisfacer necesidades básicas, que un país pobre y sin oportunidades no le brinda.

Y aunque los ordenamientos internos poseen su libertad de configuración, teniendo en cuenta que guardan especial relación con la cultura de su sociedad, contamos actualmente con un dispositivo internacional ampliamente desarrollado -por suerte- para defender los derechos de la mujer en el mundo, ¿qué sucede con esas herramientas jurídicas? ¿qué han hecho los organismos internacionales por las niñas cubanas?

Existe esa sensación de vivir en un mundo que se da vuelta frente a asuntos -inclusive complejísimos- tan solo por divisiones políticas.
Puede

Debe la comunidad internacional ejercer su justicia transnacional y sancionar a través de su tribunal internacional a quienes hayan participado en éstas actuaciones gravosas, aunque los hechos se desarrollen en un estado autoritario como cuba, donde los niños pueden -desde los 12 años- ser abusados sexualmente si se prueba que “dieron su consentimiento”

La edad constituye un elemento para determinar la capacidad de obrar, que es la aptitud para realizar de forma válida actos jurídicos, ejercitar derechos y asumir obligaciones. Lo anterior considerándose que allí alcanzan el grado de madurez mental y física que la ley requiere para poder considerar válido y completo el consentimiento de una persona.

Las niñas de 14 años que se casan no maduran de manera automática, como tampoco lo hacen las chicas como Mavis que a los 17 años ya eran sexualmente activas y consumidoras de sustancias con ocasión de la incitación de un mayor, sea ídolo o no.

Si no podemos cambiar la temible legislación cubana, la justicia penal internacional debiera poner especial foco en un asunto que excede a Maradona, que es sistemático y complementamente fuera de control.

No, Maradona ya no es un ídolo, y nunca tuvo “novias de 16” lo que tuvo fue menores sometidas.