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500 AÑOS

Carlos Vives lanza “500”: una rapsodia que une a Santa Marta con su alma indígena y caribeña

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El artista samario presenta una obra musical y audiovisual que reinterpreta los 500 años de historia de Santa Marta, integrando voces indígenas, sonidos urbanos y paisajes emblemáticos de la ciudad.

Santa Marta no solo cumple cinco siglos de historia; también resuena con un latido renovado gracias a “500”, el más reciente proyecto de Carlos Vives, quien reimagina la memoria de su ciudad natal a través de una creación artística profundamente simbólica. Lejos de una celebración oficialista, la obra plantea una mirada crítica, pero esperanzadora, sobre el pasado y el futuro del territorio que lo vio nacer.

Con una duración de 8 minutos y 9 segundos, la canción es una rapsodia compuesta por diversos momentos musicales que evocan el Caribe profundo, el legado africano, la espiritualidad indígena y la evolución urbana de Santa Marta. Es una pieza coral, en la que participan 12 artistas samarios y niños arhuacos de la Sierra Nevada, cuyas voces y lenguas ancestrales abren el tema con un mensaje contundente: “Nos asiste el mandato de proteger nuestra tierra madre”.

“500” no solo celebra los 30 años del icónico álbum La Tierra del Olvido, sino que también se convierte en un manifiesto artístico en medio de un aniversario histórico que, según el propio Vives, “no puede abordarse desde la ignorancia ni desde los relatos coloniales que excluyen a nuestros pueblos originarios y afros”.

Carlos Vives.

El videoclip, dirigido por Felipe Montoya y Sergio I. Rodríguez, va más allá del recurso visual tradicional. Es un recorrido narrativo por Pescaíto, el centro histórico, la Catedral, la Casa de la Danza, la Bahía y el Teatro Santa Marta, combinando escenas documentales con una puesta en escena que reinterpreta la llegada de Rodrigo de Bastidas, fundador de la ciudad.

La producción estuvo a cargo de Andrés Leal junto al propio Vives, con arreglos de Big Band a cargo de Giovanni Caldas y respaldo de Gaira Música Local. El resultado: una obra que se siente tan ancestral como moderna.

Entre porros, vallenatos, beats urbanos y afrobeat, la canción sostiene en su coro una frase que sintetiza todo el mensaje: “Yo me quedo en Santa Marta”. No como una declaración nostálgica, sino como una afirmación de resistencia, pertenencia y orgullo cultural.

Más allá de los reconocimientos, “500” representa una oportunidad para que Santa Marta se mire al espejo, reconozca sus heridas y celebre su diversidad. En palabras del artista: “Este no es un regalo para la ciudad. Es un grito de identidad y una invitación a construir una Santa Marta para todos, con memoria, música y esperanza”.